El Granca activa su martillo pilón para meterse en cuartos
Arrolla al Slask Wroclaw y se confirma como el favorito para ganar la presente Eurocup. El miércoles que viene, duelo fratricida con el Morabanc Andorra.
Un equipo consciente. Así compitió esta noche el Gran Canaria, inapelable su victoria ante el Slask Wroclaw (87-60) para confirmar su favoritismo a ganar la presente Eurocup. De hecho, tras la eliminación del Joventut, se asegura el factor cancha también en una hipotética final.
RESUMEN
87. CB Gran Canaria (25+17+22+23): Albicy (11), Brussino (15), Slaughter (11), Pustovyi (10) y Stevic (5) -quinteto titular-; K. Diop (7), Ennis (9), I. Diop (4), López (3), Salvó (8) y Balcerowski (4).
60. Slask Wroclaw (18+9+24+9): Kanter (16), Justice (3), Meiers (6), T. Trice (13) y Karolak (9) -quinteto titular-; Kolenda (5), Wojcik (2), Tomczak (2), D. Trice (4) y Ramlkak (-),
Árbitros: Mehdi DIfallah (Francia), Robert Vykliicky (Chequia) y Sergio Silva (Portugal). Sin eliminados.
Incidencias: Encuentro correspondiente a los octavos de final de la Eurocopa de clubes -Eurocup- disputado en el Gran Canaria Arena ante 3.573 espectadores. El Gran Canaria se clasifica para la siguiente ronda, en la que se medirá al Morabanc Andorra a partido único en el Arena.
Resulta una obviedad que el Gran Canaria afrontó con una motivación todavía mayor el partido de esta noche tras la derrota de anoche de ayer del ya eliminado Joventut, también primero de grupo como la formación insular. Dicha circunstancia le aseguraría al equipo de Fisac la ventaja de campo en una posible final, asegurada de cualquier manera en todas las eliminatorias previas.
También, claro, está el orgullo propio y la comunión con tu gente. Quien mejor representó ambos parámetros fue Nico Brussino, líder del Granca en el fulgurante inicio amarillo. En nada y menos, con dos triples del argentino, otro de Albicy y una canasta de Pustovyi, el marcador señalaba un inapelable 11-0. Aplatanado, como se diría por estos lares, el Slask no anotó hasta el minuto 6:52 por medio del hiperactivo Kanter, 10 puntos en el primer cuarto.
El noveno punto de Pustovyy le dio el primer +10 a los suyos, 16-6, antes de que un triple de Ennis anunciara tormenta: 21-8. Una cierta relajación local permitió a la formación polaca llegar con vida al final del primer acto, 25-18, pero las esperanzas fueron del todo vanas. Ocurrió que el Granca inició el segundo parcial con 6-0, y sendos triples de Albicy y Salvó disparaban la ventaja hasta el inapelable 39-20. Con el partido absolutamente controlado, la hueste local levantó el pie del acelerador, permitiendo así al Slask Wroclaw llegar con un minimísima esperanza al descanso tras dos tiros libres de Trice que cerraron el primer tiempo con el 42-27 iluminando el cielo del Gran Canaria.
Segunda parte
Retomó el partido el Gran Canaria con la intención de sentenciarlo cuanto antes, si es que no lo estaba ya. Así, cogió carrerilla con un 9-0 culminado con dos tiros libres de Stevic que le pusieron rápidamente 51-27. Pero como si no hubiera aprendido la lección que de hacía apenas unos minutos, nuevamente aflojaron los insulares hasta que un triple de Karolak puso el duelo en 52-37 y obligó a Fisac a pedir un obligado tiempo muerto.
Dos triples de Brussino, cuatro en total de momento, mantenían una cierta tranquilidad en las filas del Granca, 60-44, en cualquier caso muchas cuentas todavía pendientes al cuando acabó el tercer cuarto: 64-51.
Hasta ahí llegaron las fuerzas del Slask Wroclaw. Sendos triples de Salvó y Slaughter cercenaron cualquier conato que quedara de remontada, 74-58. El Gran Canaria ya se deleitaba, y entonces Khalifa Diop y Ennis se intercambiaron favores, asistencias y canastas, para anunciar que la batalla ya estaba definitivamente terminada con ese inapelable +20: 78-58.
Es que la fiesta local era ya completa. Tan fue así que el Granca cerró el partido con dos triples de los desahuciados Javi López e Ilimane Diop, tan acostumbrados últimamente a los minutos de la basura, si es que los tienen. Una vez más, la hueste de Porfirio Fisac se convirtió en un auténtico martillo pilón europeo, inaccesible también par el Slask Wroclaw. Aprendió la lección y no dejó el más mínimo margen a la sorpresa, citándose así el miércoles que viene con el Morabanc Andorra, al que derrotó hace apenas una semana en la competición doméstica. Lo hará, como todos los partidos que le queden por delante en la presente Eurocup, con el factor cancha a favor. Una oportunidad única. Un trampolín para un sueño. Y es que, solo igual, el sueño de regresar a la Euroliga, pies en el suelo antes, puede que no esté tan lejos.