El Baskonia se pasea por Miribilla
Gran victoria de los vitorianos, que se escaparon en el segundo cuarto y no dieron opciones a su rival. El triunfo les asienta en puestos de playoff.
El Baskonia llegaba al partido con el rejonazo de la eliminación virtual en la Euroliga y el Surne, con la ubicación media en la tabla en la que no sabes si soñar con los playoffs o seguir defendiendo tus opciones de cara a la permanencia. Sensacional ambiente en las gradas, ya con el cien por cien de asistencia permitido, y buena convivencia entre las dos aficiones. Con el pique habitual pero sin incidencias reseñables.
Se jugaba la jornada 26, la de los duelos regionales, y el arranque tuvo una gran puesta en escena de los locales (10-3, min. 3). Costello se cargó rápidamente de faltas personales y se tuvo que ir al banquillo. Delgado es un fenómeno en el poste bajo aunque, si le llevas al tiro libre, le metes en problemas. El choque se abrazó a 10 y, a pesar de un cuádruple cambio de Mumbrú, las cosas no cambiaron demasiado. Reyes demostró su pericia en los triples y el primer cuarto terminó con un ajustado 19-20.
El Bitci Baskonia reventó el partido en el segundo cuarto con un parcial de 11-31. Granger anotó triples a tablero y, además, repartió juego a su compañeros. El equipo vitoriano cerraba su rebote defensivo y anotaba sin compasión. Cuando su rival fallaba, conseguía puntos con contraataque. Entre Granger y Enoch, parcial inicial de 5-15 ante un Surne inofensivo en líneas generales y poco productivo desde el tiro libre. El partido se rompió antes del descanso (30-51). Fontecchio tuvo un gesto feo dedicando un triple al banquillo rival en esa segunda entrega.
Lejos de remontar, el Surne entró en barrena. Las diferencias fueron aumentando y los de Spahija, con jolgorio en el banquillo, llegaron a estar 33 puntos arriba con el 44-77 del minuto 28. Los vitorianos no tenían pérdidas, cerraban su rebote y firmaban buenos porcentaje de tiro. Los intangibles (o no) de Delgado y la inspiración de Goudelock evitaron un marcador de escándalo. El último cuarto sobró porque el conjunto de Mumbrú entregó la cuchara y el de Spahija se vino arriba para cerrar sus heridas europeas.
Computando el cuarto 2 y 3, el parcial era de 28-57 pero el principal mérito era que, faltando diez minutos para terminar el partido, los vitorianos llevaban sólo una pérdida. Los hombres de negro maquillaron un poco el resultado (60-83) pero el pescado estaba ya vendido. Spahija terminó en cancha con Raieste y Barrera y eso suele ser sinónimo de ir perdiendo por mucho o ganando con margen. Al croata le molestó el último ataque de su equipo, con todo resuelto, en lugar de ir dejando correr el segundero.