Un nuevo escándalo en los Mavs
Donnie Nelson denuncia que su despido fue una "represalia" por denunciar el acoso sexual que su sobrino sufrió por parte de Jason Lutin, mano derecha del propietario Mark Cuban.
Vuelven los líos a Dallas Mavericks, en un momento en el que la franquicia pasa por una fase deportiva óptima, la mejor de los últimos años: 43-26, luchando por el cuarto puesto del Oeste y la ventaja de campo en primera ronda de playoffs. Con Luka Doncic en un trance maravilloso, en nivel de pelear por el MVP (con el hándicap de su discreto, para sus estándares, inicio de temporada) y un feliz resultado en apuestas que parecían arriesgadas como la llegada de Jason Kidd al banquillo o de Spencer Dinwiddie al equipo en la operación que sacó del roster a Kristaps Porzingis. Por ahora todo va bien, pero los problemas en los despachos resurgen, un asunto que parece constante en la última etapa del régimen Mark Cuban, el propietario del equipo desde 2000.
La situación se había calmado tras el terremoto que siguió al cierre de la pasada temporada. La convulsa salida de Rick Carlisle, un entrenador que se había convertido en una institución en Dallas, y la de otro clásico esencial en la historia de la franquicia: el ejecutivo Donnie Nelson. La llegada de Nico Harrison para tomar el mando en los despachos, los rumores sobre la influencia de Doncic en todos estos movimientos, la extraña labor y salida de Haralabos Voulgaris, colaborador de Nelson que se convirtió en enemigo de Doncic, los roces entre el esloveno y Porzingis… y, por encima de todo, las denuncias y la investigación que llevó a cabo la Liga por una “cultura de acoso sexual y machismo” sostenido durante años a la sombra de Mark Cuban y su mando.
De este último asunto colea un nuevo escándalo, destapado por Don Van Natta Jr en ESPN: Donnie Nelson, que salió de los Mavs después de 24 años en los que construyó, sobre todo, el equipo campeón en 2011, ha demandado a la franquicia porque asegura que su despido fue "una represalia" por informar de que Jason Lutin, jefe de staff y mano derecha de Cuban, acosó y asaltó sexualmente a su sobrino en un hotel de Chicago, durante el All-Star 2020 de la NBA y tras citarlo en su habitación para, en teoría, tratar asuntos laborales. Nelson asegura que Cuban le ofreció 52 millones de dólares para llegar a un acuerdo y firmar una cláusula de confidencialidad sobre ese caso de Lutin en Chicago.
Cuban ya ha negado todas las acusaciones de Nelson a través de un email que ha enviado a ESPN: "Todo son mentiras. Lo investigamos todo y la única persona que no está a la altura de nuestros estándares fue el señor Nelson. Así que fue despedido. Conocía la investigación y se negó a participar plenamente en ella. Así que insisto: todo lo que dice es mentira". En otro correo electrónico, Lutin niega los hechos de los que Nelson lo acusa y asegura que lo que le está haciendo el exejecutivo de la franquicia "es algo para lo que no hay palabras". La NBA, a través de su portavoz, Mike Bass, asegura que estaba al tanto de las acusaciones contra Lutin y de la investigación interna que se estaba realizando. Y, posteriormente, de que se iba a proceder al despido de Nelson.
El que fue general manager, hijo del mítico entrenador Don Nelson, asegura que no supo del problema de Lutin en Chicago hasta cinco meses después, cuando estaba negociando un nuevo contrato de diez años con los Mavericks. Entonces, dice, le dijo al propietario que Lutin "estaba poniendo en peligro a los trabajadores, a los jugadores y a toda la organización de los Mavericks. Su denuncia habla de un correo electrónico en el que Cuban le escribe que antes de seguir con las negociaciones tenía que “saber más de lo que estaba pasando con el otro asunto. Porque tiene que ver con lo que estamos negociando". Ese asunto, según Nelson, serían las acusaciones contra Lutin, al que el escrito de Nelson describe como "un depredador sexual": "Cuban tendrá que asumir responsabilidades por no tomarse en serio este asunto, encubrir e ignorar repetidamente las acusaciones contra altos ejecutivos por parte de empleados de los Mavericks", Cuban preparó una oferta inicial de 66 millones de dólares por diez años que luego retiró para, a continuación, despedir a Nelson. La demanda se pregunta para qué se hizo esa oferta de 52 millones para cerrar un acuerdo si el despido era, teóricamente, por bajo rendimiento laboral.
Según Nelson, Lutin le pidió que recomendara a su sobrino que le visitara para explorar opciones sobre su futuro laboral. Que ambos estuvieron en un almuerzo organizado por Nelson, del que hay imágenes, pero que después Lutin invitó al sobrino de Nelson, un joven de entre 20 y 30 años del que se desconoce la identidad exacta, a su habitación de hotel para "discutir opciones laborales". Y que allí le pidió que se sentara junto a él en la cama y le acosó "intentando aprovecharse de una joven vulnerable de la comunidad LGBT que buscaba un trabajo". A Cuban se le acusa de intentar que casos como este no le salpicaran de forma pública y de no ser todo lo duro que debería, según el propio régimen interno de lo Mavericks, e intentar "resolver de forma confidencial y discreta" este posible escándalo.
Los Mavs, por su parte, han recordado en un comunicado público que hubo una investigación sobre los hechos a los que se refiere Nelson, que la NBA estaba al corriente de los pasos que se daban y que se determinó que todo había sido "fabricado": "El señor Nelson se negó a colaborar con los investigadores. Su acusación de ser despedido como represalia es infundada y su denuncia está llena de mentiras".
Contradenuncia
En respuesta a Nelson los Mavericks también han actuado en los juzgados. Han interpuesto una denuncia por "extorsión". Las razones para ello son el acuerdo que Nelson quería firmar con la franquicia en 2020, una renovación a largo plazo que se discutió con Cuban y que después de los acontecimientos de Chicago no volvió a estar sobre la mesa. Los Mavs acusan a Nelson de crear "un esquema para extorsionarles" y sacar unos 100 millones de dólares de dicha estrategia. Supuestamente su plan era cazar ese contrato, extendido durante varios años, para continuar en la franquicia y, adicionalmente, no desvelar el turbio conflicto con su sobrino.