El Lenovo Tenerife abraza su cuarta semifinal en cinco años

A falta de acierto y buen baloncesto, emoción, la del primer duelo de esta Copa de Granada, que deja al Lenovo Tenerife en semifinales por cuarta vez en los últimos cinco años (62-64). Eso es cogerle el paso a la competición. Y lo logró después de pasar las de Caín en el último cuarto, donde casi dilapida un +17 que parecía definitivo: 34-51, minuto 29. Una ventaja que se comió enterita el Joventut, con un parcial de 25-6. El canterano Joel Parra, artífice de la remontada junto con Brodziansky, embocó tres tiros libres para poner el 59-57 a falta de 1:04. Salin respondió con un triple con consideración de gol por dos motivos. El primero, porque la Penya no aprovechó el turno de réplica (erraron Bassas y Brodziansky). Y el segundo, porque era el segundo acierto en juego de los de Vidorreta en 14 minutos, el resto, 10 tiros libres. Solo Marcelinho Huertas había visto aro en una actuación inaudita en lo personal (8 puntos y 8 perdidas, -2 créditos) por un gripazo. Pero es que, al lado de los bases verdinegros, ni tan mal: entre Vives (-12) y Bassas (-7) agruparon -19 de valoración y 0 de 11 en triples.

El tiro fue una losa imposible de levantar para los de Duran, que, hasta la diana sobre la bocina de Willis, ya sin ningún valor, llevaban 3 de 26. Si lo pelearon hasta el final fue porque Tomic ejerció de sostén inicial y también porque el Lenovo le echó un capote: pasó del 7 de 12 de tres del descanso al 2 de 14 de la segunda parte y añadió 17 pérdidas. Con Huertas gris y sin Fitipaldo, lesionado, la intendencia de Joan Sastre y Shermadini como pilar irrenunciable (9 faltas recibidas y 8 de 13 desde la personal) dieron el pase al CB Canarias.

Esperábamos mucho más juego, no les vamos a engañar, para alzar el telón de la 86ª edición de la Copa del Rey. Y la puesta en escena no fue lo peor, aunque tuviera solo un color, el amarillo. La Penya entraba en una cascada de errores en el lanzamiento y el Lenovo hacía un magnífico resumen de sus puntos fuertes: triple de Doornekamp con recriminación posterior al banquillo verdinegro, canasta de las suyas de Marcelinho y 2+1 de Shermadini, pero sin embocar el adicional. En ausencia de Fitipaldo, pieza clave en los esquemas de Vidorreta, más protagonismo para Tobias Borg, que cumplió.

Lo del Lenovo no es que fuera una locura ofensiva tampoco, aunque alcanzó el descanso con un +13 (23-36) después de haber viajado incluso 16 arriba (15-31, minuto 16). Lucía desde el perímetro con 7 de 12 frente a un desangelado 1 de 10 de un Joventut en apuros, en el que solo Tomic aguantaba el tipo al poste, pero cada vez más controlado ante la falta de otras amenazas. El último cuarto fue el del hundimiento tinerfeño hasta su reacción ganadora del minuto final. Pasión no faltó.