BURGOS 104-BILBAO BASKET 97

El Burgos se aferra a la vida gracias a un regalo del Bilbao

El colista, que llegó a estar 17 abajo, empleó dos prórrogas en un caos absoluto en el tramo final. Los pupilos de Olmos no dejaron de creer. Bigote quiere marcharse por motivos personales.

La locura absoluta se ha instalado en el Coliseum casi de madrugada. La Liga ACB ha querido fusionarse por primera vez con la Copa, ir de la mano. El baloncesto ha estado expresándose en Burgos en un partido que se ha ido a las dos horas y media, que ha terminado casi en el mismo día en el que se abren los cuartos de final del torneo del KO de Granada. Por cuatro minutos no ha sido así. Y el juego se ha mostrado burlón dibujando mil quiebros antes de decretar un ganador. Dos prórrogas después, el San Pablo ha encendido la vela de la esperanza con su quinto triunfo de la temporada y el Bilbao Basket ha acabado con su magnífica serie de siete triunfos seguidos, se ha quedado a uno de igualar su tope histórico. Hasta el 'average' de +6 se ha dejado en este viaje tan cercano.

Abrazos y lloros de felicidad en la ciudad castellana. El San Pablo cayó en su querida Champions y cedió el domingo la final de la Intercontinental, pero la fiesta de hoy ha alcanzado el cielo, casi como si se hubiera conquistado cualquiera de esos dos trofeos. Un sitio que ama a Mumbrú y que este no ha podido conquistar. La épica estuvo del lado azul. Olmos al fin tiene una en la saca en la ACB como técnico en el Coliseum. Se le caían de los bolsillos en Lugo con el Breogán, pero aquí anda escaso. Tras seis derrotas seguidas, lo de hoy tal vez sea el punto de inflexión que busca. Si alguno piensa que por la afinidad que existe entre ambas aficiones (por la pandemia hoy no había huellas de la hinchada vizcaína), este tropiezo es menos triste, nada de eso, hará mucho daño en el Surne.

Lo del Bilbao Basket es carne de cañón de un psiquiatra experimentado. Tenía el partido absolutamente ganado y controlado con +17 ante un colista moribundo y se ha empeñado en hacer un regalo fuera del período navideño. Con 11 de 26 en tiros libres es difícil pretender derrotar a nadie en esto del baloncesto de élite y con el agujero en el rebote defensivo, tres cuartas partes de lo mismo. O con faltas fuera de guion que permitían canastas y adicional. Renfroe recuperó viejas sensaciones. 

Los pupilos de Mumbú no solo no remataron a un cadáver vestido de azul. Es que lo revivieron tres veces. Goudelock tuvo la sentencia en primera instancia, en el final tiempo reglamentario, pero falló un triple de esos que tanto le gustan en muy buena posición. En el final de la primera prórroga, con tres arriba, se dejó maniobrar al San Pablo sin hacer falta y Marc García, el líder en cuanto a coraje, lanzó desde unos nueve metros para forzar otro tiempo suplementario. Aquí ya se llegó al culmen del despropósito. Los locales estaban sin Gamble y Benite por faltas, pero eso daba igual. El que menos fallara se lo llevaría. En medio de un caos y un panorama agónico mayúsculo, el rebote en ataque y fugaces momentos de lucidez, como tiros lejanos de Díez, acabaron con el debate. El Burgos empezó a emplearse con enorme dureza y a Delgado se le fue la cabeza con Nnoko. Le castigaron con técnica y fue descalificado. Olmos jugó muy bien sus bazas: no se podía dejar que el dominicano recibiera e hiciera 2+1, las faltas tenían que ser durísimas antes de girarse para asegurar la tortura del viaje a la línea fatídica.  

Lo que pasó en los 40 minutos previos a esos dos añadidos en realidad da un poco igual. Por resumir: Un Bilbao Basket que fue engrasando su maquinaria con Inglis absolutamente inconmensurable, abusando de Rabaseda. Iba el cuadro vasco a un alegre intercambio de canastas, pero no controlada el partido, y provocaba tímidas sospechas. Tuvo que ajustar su defensa con mejores ayudas y empezó a pasearse sobre el parqué. Lo vio todo tan chupado que tal vez se comportó con un indebido aire de superioridad.

Mumbrú, que descartó a Peno, apenas empleó a Bigote, al que medios franceses sitúan en la órbita del Le Havre, equipo de la tercera categoría francesa. Ha pedido salir, por motivos personales. Su integración, desde luego, no tiene mucho que ver con las de sus compatriotas Rousselle o Inglis. El técnico barcelonés despachó el asunto así: "No ha jugado por problemillas y decisión técnica. Hablaremos con Rafa (Pueyo, director deportivo) y veremos si ese rumor se hace cierto". ¿Le gustaría que siga?, se le cuestionó. "Estamos contentos con el equipo que tenemos, venimos de ganar partidos", respondió. Ahora llega un parón por las ventanas para masticar la gigantesca decepción. De momento, es seguro que Masiulis (Lituania) y Hakanson (Suecia) se van con sus selecciones. Podría haber un nuevo movimiento en un equipo con muchos cambios, casi todos por razones ajenas a la propia entidad.

Olmos: "La diferencia es haber creído"

Olmos, que logró su primer triunfo en la Liga Endesa, considera que la diferencia con los otros encuentros anteriores es que su equipo "supo creer en los momentos difíciles", señaló a los periodistas. Olmos calificó el triunfo como una "victoria a la épica y de la fe y el creer con el apoyo del público que volvió a ser el factor diferencial que solo tiene Burgos".

A pesar del triunfo, que no les permite escapar de la posición de colistas, el técnico levantino reconoció que su rival fue superior durante los tres primeros cuartos "porque el equipo no tenía ritmo, cometiendo muchos errores, pero aún así no ha dejado de creer porque durante estos días, tras volver de Egipto, hemos querido formar un grupo, una familia y mirar el objetivo con optimismo".

Desde su punto de vista, en el último cuarto, antes de las dos prorrogas, su equipo se ha "quitado las ataduras, siendo menos disciplinado pero creciendo en intensidad", recalcó, y por ello, aunque no hubieran conseguido el triunfo "el resumen final hubiera sido el mismo, aunque la victoria refuerza", antes de afrontar el parón.

Si en otras ocasiones el factor mental ha jugado en contra de sus intereses, en este encuentro, según el técnico burgalés les ha hecho "creer en la victoria" para conseguir "un poco de aire para trabajar más y poder mejorar y ojalá sea el punto de inflexión y el principio de algo bueno mejorando factores pero manteniendo esta fe", dijo.

Mumbrú: "Tuvimos dos veces ganado el partido y lo perdimos"

Mumbru ha lamentado la derrota ya que consideró, según ha señalado a los periodistas que "el partido estuvo ganado dos veces y al final lo perdimos". El técnico catalán, que reconoció el error inicial de permitir el intercambio de canastas en el primer cuarto, vio una mejora en el tercer y cuarto "aunque a falta de cuatro minutos el partido se descontroló porque era lógico que el rival volviera por su necesidad".

Para Mumbrú fue clave en el desarrollo del encuentro, sobre todo en el último cuarto del tiempo reglamentario, los numerosos lanzamientos de tiros libres de que dispuso su rival "que les permitió aguantar no a través del juego, pero hay que felicitar a Burgos por creer hasta el final", dijo.

Sobre la falta técnica sobre Ángel Delgado justificó la reacción de su jugador, que se enfrentó en la pista con Landry Nnoko porque "todos los rivales saben que tiene problemas en los tiros libres y le hacen faltas, algunas muy duras y y tiene que tener una paciencia infinita".

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