Jokic sigue a lo suyo
Los Nuggets dependen de un jugador. Jokic sigue tirando del carro en otro gran partido y el equipo de Colorado aguanta en la sexta posición del Oeste. Campazzo, 5+2+5.
Nikola Jokic contra el mundo. Es, ajustándonos a la realidad, el resumen de la temporada de unos Nuggets que dependen del todo y para todo de una estrella absolutamente generacional, un vigente MVP que, independientemente de que pueda o no revalidar el título (por ahí anda Joel Embiid), está tirando de un pundonor único, destroza a sus rivales, ignora la fatiga y suma una exhibición tras otra. No hay noche en la que el serbio no sea el mejor de su equipo, el máximo anotador, reboteador, asistente, ladrón y taponador. El que más y mejor tire a canasta. También, claro, el que mejor defienda. Y, obviamente, el que más tiempo está en pista. Solo así su entrenador, Mike Malone, puede sostener un esquema que se caería sin una pieza clave, un hombre por el que pasa el balón en prácticamente todos los ataques de los Nuggets.
Jokic ha disputado 51 partidos de 57 posibles esta temporada, todos ellos de titular. Se ha perdido seis por diferentes motivos para un récord de los Nuggets en esos encuentros de 1-5, y a punto de cumplir 27 años (lo hará el 19 de febrero) tiene ya una carrera meteórica a la que le quedan muchos años por delante y de la que no se puede ignorar una cosa: el condicionante de qué podría haber pasado estas dos temporadas con Jamal Murray a su lado siempre estará ahí. Que un proyecto en línea continua ascendente, con unas finales de Conferencia en la burbuja y mucho margen de mejora se haya quedado sin su segunda espada en dos temporadas en las que cualquiera de la Conferencia Oeste se puede colar en unas Finales, resiente la carrera del pívot, que a pesar de ello se encarga de seguir haciendo historia, sin pudor ni descanso.
La suma de estadísticas es ya simplemente de película: Jokic lleva 45 dobles-dobles y 15 triples-dobles en 51 partidos, y ha conseguido doble-doble o triple-doble en los 11 últimos encuentros. Sus promedios hablan por sí solos: casi 26 puntos, 13,7 rebotes (máximo de su carrera) y cerca de 8 asistencias, con un 57,6% en tiros de campo y un 36,8% en triples. Su máxima anotación han sido 49 puntos (con triple-doble) ante los Clippers, lleva 4 partidos por encima de los 20 rebotes (22 de tope, en otro choque ante los angelinos) y lleva hasta 15 partidos con 10 o más asistencias, algo impensable hace unos años para un center pero que él ha conseguido ejerciendo al mismo tiempo esta función y la de playmaker. La diferencia en puntos con el segundo jugador de los Nuggets es de más de 10, con Will Barton consiguiendo 15,4 tantos por duelo. Sobran las palabras.
Ante los Magic, Jokic ha logrado su enésima exhibición de la temporada: 26 puntos, 15 rebotes y 7 asistencias, pero 5 pérdidas. En esta ocasión, todo el quinteto de los Nuggets se ha ido a dobles dígitos en anotación, mientras que Campazzo vuelve a entrar en los planes de Mike Malone y roza los 20 minutos, con 5 tantos, 2 rechaces y 5 asistencias. Los Nuggets sentenciaron de inicio (29-14) y se dedicaron a administrar la ventaja, algo que consiguieron a pesar de un último periodo de locura y mucha anotación (36-41). En los Magic, que piensan en el futuro, hubo un poco de Franz Wagner (26+8+4, con 2 robos) y otro de Wendell Carter Jr. (25+12+4, con otros 2 robos). Pero nada ni nadie fue capaz de frenar al epicentro de la NBA, el baloncestista total. El hombre que mantiene las esperanzas de los Nuggets prácticamente solo. Que lucha contra todos. Y al que nadie puede parar. Estamos hablando de Nikola Jokic, claro. Un jugador histórico.