A Giannis le bastan 25 minutos para destrozar a los Blazers

Se nota que los Bucks son un equipo campeón. Están inmersos en una temporada regular tranquila, casi tediosa desde el punto de vista del espectador, en la que no dan demasiada importancia al récord y se dedican a seguir sumando mientras esperan la llegada de los playoffs. Una actitud que les ha dado el anillo, una seguridad que tienen los más grandes y que les va a convertir, seguramente, en el rival a batir en la fase final. Por ahí aflorarán los Heat, pero da la sensación de que Bulls y Cavs se van a quedar por el camino tras dos muy buenas temporadas regulares y conclusiones positivas al final. Los Sixers estarán, dependiendo lo que pase con James Harden, metidos en el ajo. Y ya veremos qué pasa con los Nets, con el propio Harden, con un equipo que tiene a Kevin Durant lesionado y que no tiene a Kyrie Irving a tiempo completo. Ahí emergen los Bucks, el único equipo que no muestra dudas, que se dedica a hacer lo que tiene que hacer, está relativamente fuera del foco mediático, es discreto y un martillo pilón que aplasta a sus rivales.

Su última víctima han sido los Blazers, que realmente son víctimas de ellos mismos. Con el proyecto desangrándose, Damian Lillard sin ganas de volver y CJ McCollum en rumores de traspaso, los Blazers están muy lejos de ser un rival fiable para nadie. El equipo del cuestionado Chauncey Billups no hace más que sumar una derota tras otra. Van décimos de la Conferencia Oeste empatados con los Pelicans (undécimos) y, por lo tanto, más cerca de quedarse fuera del play-in que de adelantar a los Lakers y el resto de equipos que tienen por delante. Ante los Bucks, perdieron los tres primeros parciales, ya estaban sentenciados al descanso (70-54) y recibieron 34, 36, 37 y 30 puntos en cada uno de los cuartos, unas cifras que dan buena muestra del escaso (escasísimo) nivel defensivo de una de las mayores decepciones del curso baloncestístico.

Ningún jugador de los Blazers (que tienen de baja a Damian Lillard, Eric Bledsoe, Keon Johnson, Nassir Little, Larry Nance Jr. y Cody Zeller) anotó más de 20 puntos, y los 19 de Anfernee Simons y Ben McLemore (este desde el banquillo) fueron los topes del equipo local, que juega en casa como si no lo hiciera y tiene una desconexión total y absoluta con su público. McCollum, un hombre totalmente venido a menos, se quedó en 17 puntos con 7 de 18 en tiros de campo y un desastroso 1 de 8 en triples. Jusuf Nurkic aportó un discreto doble-doble (11-10) y los Blazers fallaron casi la mitad de sus tiros libres (12 de 21) y perdieron 16 balones. Es el séptimo partido que los Blazers pierden por más de 25 puntos esta temporada, una cifra escalofriante para un equipo que en 2019 disputó las finales de Conferencia. Parece que han pasado 100 años desde entonces y... en fin. Así están las cosas.

En los Bucks funcionó todo de manera radicalmente distinta a la de sus rivales. Un 46% en triples (23 de 50, espectacular), dominio del rebote (44-38), juego colaborativo (36-25 en asistencias), dominio de los dos lados de la pista, un físico como siempre superior y la aportación de todos los jugadores disponibles, que es la plantilla al completo excepto George Hill y Brook López. Mike Budenholzer rotó como siempre, nadie jugó más de 30 minutos y a Giannis Antetokounmpo le bastaron menos de 25 para conseguir 29 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias. El griego, recordemos, se está saliendo esta temporada, superando sus registros del año pasado y promediando casi 29 puntos, 11,3 rebotes y 6 asistencias, la máxima de su carrera. Eso sí, el otro gran protagonista esta noche fue Bobby Portis, funcionó a su lado de forma excepcional (30+4+5) y fue el máximo anotador del encuentro. Sin grandes alardes, los Bucks siguen siendo los máximos favoritos. No es para menos.