LIGA ENDESA | 21ª JORNADA

El Valencia llama a la puerta

El equipo taronja, que ya ganó en el Palau, bate a un Madrid cansado en el que Llull y Rudy intentaron hacer otra vez de rescatadores. Jasiel Rivero, clave.

El Valencia, ahora con toda la plantilla al completo, aunque Claver no tuviera presencia en cancha, sigue al alza. El azote de las lesiones en los meses previos le ha hecho más fuerte y competitivo, le ha dado confianza a los jóvenes. El equipo está listo para plantarle cara a los grandes: en el Palau, donde ganó en noviembre, en el WiZink Center o dentro de semana y media en la Copa. Emocionante triunfo taronja (93-94) en un pulso de latido acelerado y, a la vez, de elevado acierto en el tiro. Jasiel Rivero y Prepelic, dentro y fuera, guiaron a los suyos (16 puntos cada uno), respaldados a un nivel muy alto por Dimitrijevic, López-Arostegui y Dubljevic. En un Madrid cansado, lo que tiene más de realidad que de excusa, Rudy (16) y Llull (17) trataron de ejercer otra vez de rescatadores tras desaparecer el empuje inicial de Heurtel y Yabusele. Tercera derrota seguida en Liga, las tres en casa (frente al Andorra y el Barcelona, las dos anteriores), cuando en los cuatro meses anteriores solo había tropezado una vez (Gran Canaria). Y es que hay algo indiscutible, lleva dos semanas disputando tres pasrtidos por los aplazados y la merca física es evidente.

El duelo salió veloz, de los que le gustan a la afición blanca, el problema para los merengues es que el más corría, siempre buscando la espalda a la defensa tras un mal tiro, una pérdida o un saque rápido, era el equipo taronja. Ese ritmo alto, con dos de los jóvenes más prometedores de nuestro baloncesto (Josep Puerto y Jaime Pradilla), le permitió enjugar una desventaja de 10 tantos (23-13, minuto 6) con un 0-12 en menos de tres minutos y marcharse por delante al final del primer cuarto: 30-31.

El Madrid cedía ese primer periodo pese a ir en proyección de 120 puntos y llevar 5 de 6 en triples. Heurtel había sido el hombre del break inicial con 11 tantos, bien respaldado por Yabusele, que despidió la primera parte con una canasta por la izquierda elaborada y rematada en dos segundos tras un pase de béisbol de Rudy de campo a campo. Peñarroya había apostado de inicio por dos cinco tiradores, Dubljevic y Tobey, para alejar a Tavares del aro. El buen resultado inicial lo contrarrestó Yabusele respondiendo con la misma moneda a los interiores valencianos. Más tarde, Peñarroya puso a Labeyrie de alero con Rudy, triple poste. El Valencia dominaba el rebote y, sobre todo, encontraba el camino para anotar más rápido, más fácil: 15 de 21 de dos entonces (26 de 41 al final). Demasiado sencillo. Iba medio pasito por delante y, luego, sin necesidad de venir desde atrás, dio otro estirón en la reanudación. El acierto de Prepelic, la fuerza explosiva de Rivero y … 52-65.

Un +13 visitante que no decidía nada, porque el Madrid (casi) siempre remonta. Y no defraudó tampoco esta vez, aunque le faltara pujanza y claridad de mente. Un buen tramo de Williams-Goss, la entrada de Poirier, dos triplazos y una canasta de Llull y, sobre todo, la influencia de Rudy en toda la pista levantaron la reacción: 22-9 y 74-74.

El duelo volvió a estabilizarse, regresaba a lo anterior, y el Valencia mandaba de nuevo. Rivero latía con fuerza y Arostegui acertaba de tres: 83-90. Respuesta inmediata de Rudy y, poco después, otro empate, a 90. Rivero hizo su última arrancada a falta de un minuto, desde el triple directo a colgarse del aro: 2+1 y espectacular caída al parqué incluida, así que el tiro adicional lo embocó Arostegui porque el cubano se hizo daño en una pierna sin consecuencias. Con 93-94 y apenas dos segundos, Arostegui erró desde la personal y lanzó a fallar el segundo. Era un error ganador. El Valencia llama a la puerta de esta Liga.

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