Desastre total en los Lakers: LeBron, sin fecha de regreso
LeBron se perderá el partido de los Blazers y que podría no volver por un tiempo indefinido. Los Lakers, 24-27, afrontan el desastre total.
Si algo puede salir mal, saldrá peor. Parece el lema de los Lakers esta temporada. El equipo angelino está inmerso en un curso (muy) malo, absolutamente gris, triste y deprimente, en el que encadena resultados pésimos ante rivales teóricamente inferiores tras haber juntado en sus filas a una ingente cantidad de talento. Sin embargo, ese grupo veterano, casi viejo, vanidoso sin motivo y con ínfulas de grandeza para nada justificadas, se le ha cruzado algo que es tan, tan, tan objetivo que sirve incluso para explicar todo; o, al menos, una buena parte de lo que les está pasando: las lesiones. Si Anthony Davis volvía tras una ausencia de 17 partidos, ahora es LeBron James el que está de baja. Y lo que parecían una serie de pruebas nada preocupantes se ha convertido en una ausencia de tiempo indefinido, tal y como ha anunciado Shams Charania (The Athletic), a través de Twitter.
LeBron es baja desde el partido ante los Sixers por problemas en la rodilla izquierda. En lugar de viajar a Atlanta con sus compañeros para el encuentro ante los Hawks, la estrella puso rumbo a Los Ángeles para someterse a una serie de pruebas, pero se esperaba que su reincorporación fuera prácticamente inmediata y estuviera ante los Blazers. Al final, las cosas han sido peores de lo que parecían en un inicio y LeBron suma un nuevo problema a la parte inferior de su cuerpo en los últimos años. Algo totalmente normal para un jugador que se encuentra en su 19ª temporada y tiene 37 años de edad. Lo que se salía de la normalidad era su nivel en el presente curso: 29,1 puntos, 7,7 rebotes y 6,3 asistencias. Sobran las palabras.
En lo referente a los Lakers, tampoco hay mucho más que añadir: 24-27 y todavía novenos gracias al poco nivel de una Conferencia Oeste deprimente en esa parte de la clasificación, con tres partidos de ventaja ante unos Blazers contra los que se enfrentan dos veces (una en casa y otra fuera) en los próximos días y cinco sobre unos Spurs que son undécimos, puesto con el que ya no se opta al play-in. Entre cada enfrentamiento contra Portland hay otros tres, ante Clippers, Knicks y Bucks. Y, tras ello, con LeBron o sin él, el calendario más difícil de la competición, con un examen diario y una serie de victorias que ya son una necesidad real en una franquicia que empezó como aspirante, y corre riesgo real de quedarse fuera de playoffs. Un fracaso absoluto si tenemos en cuenta las expectativas iniciales, pero con una serie de desgracias en forma de lesiones. Algo tangible e innegable en, insistimos, una temporada que no deja de ser por todo ello (muy) mala.
LeBron James, Anthony Davis y Russell Westbrook han disputado tan solo 16 partidos juntos (poco más del 31%) en los que han amasado un récord de 9-7, contando además la derrota ante los Timberwolves, en la que Davis se lesionó y los angelinos cayeron tras amasar tres victorias consecutivas. Un dato que habla perfectamente de una temporada que no se puede juzgar del todo y en la que Frank Vogel se ha enfrentado a rumores constantes de despido sin concretarse nada. Ya sea porque el relevo natural sea David Fidzale (en esas estamos), porque no se puede juzgar su trabajo o porque para qué, si dicha decisión no va a cambiar nada. De donde no hay no se puede sacar, Westbrook es el único que se ha mantenido sano durante los 51 partidos y el más cuestionado de todos, los movimientos en el mercado son prácticamente imposibles y la temporada tiene pinta de fracaso estrepitoso cuando todavía no hemos llegado al All Star. O LeBron vuelve más pronto que tarde y las tres estrellas empiezan a jugar juntas o lo dicho: esto huele, cada vez más, a desastre total.