NBA | MAVERICKS 101 - SUNS 109
Doncic no pone excusas
Los subcampeones le dieron la vuelta al marcador en el último cuarto gracias a Chris Paul. Luka Doncic terminó dolorido tras una fea caída.
A los Mavericks les sobró un cuarto para cerrar un doblete de esos que te impulsan a cosas grandes. Con Porzingis ya integrado de forma positiva en el equipo tras estar apartado unos partidos por coronavirus, la victoria contra los Raptors y el buen punto de forma demostrado por Doncic les llevaban a luchar un día después contra uno de los huesos de la Liga, Phoenix Suns, y se quedaron a unos minutos de completar una bella serie de dos victorias en 24 horas. Llegaron las desgracias en cadena y los subcampeones sacaron la victoria de Dallas por 101-109. Con ella han ganado los últimos cinco compromisos, todos a domicilio, en una racha que les ha dejado liderando la competición en solitario.
Luka Doncic arrastraba del partido ante Toronto la mejor anotación de la temporada (41 puntos) y la sensación de que su equipo, sin grandes alharacas, estaba empezando a ser un problema para los rivales. Han alcanzado un buen nivel durante este mes de enero. Pero, pasados los problemas de tobillo y rodilla que forzaron el parón más grande que ha tenido en la NBA hasta el momento, el físico le ha vuelto a jugar una mala pasada. En una penetración a canasta a poco de acabar el tercer cuarto en la que le defendía Biyombo, recientemente fichado y renovado por los Suns, cayó de forma tal que se lesionó el cuello. El esloveno dejó de anotar con fluidez -llevaba 24 y terminó con 28- cuando regresó a cancha para los siete minutos finales. "Cuando caí, me hice daño en la columna vertebral. Ahora mismo la tengo muy dolorida", dijo en la rueda de prensa de final de partido, en la que también añadió que "es verdad que hemos jugado un 'back-to-back' y que estamos un poco cansados, pero eso no puede ser una excusa: creo que han sido mucho mejores que nosotros en los últimos minutos". Es duda para el encuentro del próximo domingo con los Grizzlies: "Estaré bien en un par de días".
Y se lo hicieron complicado los Mavericks a su rival, los Suns, con el que han perdido los últimos nueve partidos que han disputado. Valiendo la mística o no, el hecho es que valen jugadores de experiencia para estos finales de partido y Chris Paul la tiene para dar y regalar. El base anotó 10 puntos, la mitad de los que consiguió en la noche, durante el parcial de 19-35 con el que los de Monty Williams cerraron el encuentro en un cuarto periodo en el que dieron la vuelta al marcador. Con jugadores así se ganan campeonatos aunque, vaya, éste no es el mejor ejemplo.
Los Mavs llevaron al contrincante a su terreno y, para sorpresa de muchos, jugaron con ellos la mayor parte del tiempo. Sólo cuando les dejaron correr se vieron las alas de los que llegaron a las pasadas Finales con los Bucks. Apretando el gas por momentos les iba dando para liderar con mayor o menos ventaja el marcador durante la primera mitad, pero manteniendo el control. Kidd probó con Hardaway desde el banquillo, poniendo a Kleber junto a Porzingis, y no le salió mal. En el segundo cuarto no sólo aguantaron el tirón de las transiciones de Phoenix sino que ampliaron la ventaja, sobre todo en una jugada mágica que tuvo lugar justo antes del descanso: después de que Johnson neutralizara el triple anterior de Brunson, Doncic castigó al alero visitante con un gancho lanzado desde el poste bajo y, cuando se posicionaba para defender, vio el pase a pocos metros de su cara, se lanzó a por él, tiró de tres sobre el sonar de la bocina y encestó otra, sumando cinco puntos en tres segundos y recordando a aquella sonada acción de Rudy Fernández con los Trail Blazers en la que pasó algo parecido. Ese golpe de gracia les dejó con ánimo.
Lo que vino después fueron otros dos pases del genio que culminaron con fantasía Porzingis y Kleber en el inicio de la segunda mitad. El público se estaba viniendo arriba y era normal. Las vibraciones eran buenas. Incluso con el 2-12 de parcial con el que los Suns se pusieron arriba. Había respuestas. Powell, con dos canastas seguidas, y Brunson con la última del tercer periodo anulaban el efecto provocado por el contrario.
Los Suns no se sentían nada cómodos. Buena parte de esta buena racha de los Mavericks en enero viene por escalar puestos en la lista de mejores defensas de la Liga, están cerrando con candado a muchos rivales, y en este encuentro se estaba volviendo a cumplir. Phoenix no llegó ni a cincuenta en la primera mitad. El descontrol del final del partido fue lo que les permitió desajustar y descerrajar. Con Doncic penando por el golpe mencionado anteriormente en la jugada defensiva de Biyombo tocó dar el paso definitivo y ni siquiera fue con Devin Booker, el máximo anotador y la razón por la que los Suns habían llegado hasta ese punto con tan poca desventaja. Otro parcial importante dejó el partido igualado a falta de tres minutos para la conclusión y llegó el colectivo de Arizona, con dos jugadas de Bridges y el triple sentenciante de Paul, que apagó la gran ilusión del combinado texano.