Una noche gigante de Joel Embiid
El pívot camerunés, que se está colocando como uno de los favoritos para el MVP, se convirtió en el primer jugador desde que hay reloj de tiro con 50 puntos en solo 27 minutos en pista.
Hay pocas dudas de que Joel Embiid ha sido, en las últimas semanas, el mejor jugador de la NBA. O tan bueno como cualquiera, como mínimo. A su despliegue en ataque está sumando una producción atrás propia de Defensor del Año, y los Sixers van a por un puesto en el top 4 del Este, desde luego con un ojo en la situación de Ben Simmons y el cierre de mercado del próximo 10 de febrero. Si llegan refuerzos, pueden ser tan competitivos como casi cualquiera en el Este cuando lleguen los playoffs. Al menos, con Embiid al nivel de este partido contra los Magic (123-110).
Mientras Doc Rivers evitaba preguntas sobre qué va a pasar las próximas tres semanas con su plantilla, el pívot camerunés jugaba uno de los partidos de su vida para coronar uno de los mejores tramos de baloncesto de toda su carrera. Uno con aroma a MVP. Anotó 50 puntos, con lo que igualó su tope en la NBA, capturó 12 rebotes y puso 3 tapones. Y, lo más increíble de todo, lo hizo todo en 27 minutos y 3 segundos. Desde que hay reloj de tiro (1954-55), es el tiempo en pista mínimo para llegar a 50. Embiid anotó 17 de sus 23 tiros y 15 de 17 tiros libres. Un true shooting percentage del 82% con el que se unió a Wilt Chamberlain (11) y Allen Iverson (10) como los únicos jugadores que han sumado más de un partido de 50 puntos con la camiseta de los Sixers. “Lo más increíble es que lo hizo en 27 minutos. Yo jugué con Dominique Wilkins en los Hawks. Le vi anotar muchísimo, pero le llevaba partidos completos. Esto ha sido fácil, eficiente, con mucha determinación”, remató Rivers.
Embiid acabó con un promedio de 1,82 puntos por minuto, la octava cifra más alta de toda la historia de la NBA en un partido. Mientras se debate cuánto necesita su equipo un segundo anotador consistente (uno con más capacidad en defensa y más fuste en los partidos importantes que Tobias Harris), él tiró más desde la línea de personal que todos los Magic (17-16), anotó 20 de los 25 puntos de lo Sixers en el primer cuarto, se fue al descanso con 24 y sumó 23 en el tercero, cuando el partido dio la vuelta (parcial de 47-23 y 94-80). Un 16-6 para abrir el último cuarto, (110-86) con tres puntitos más suyos, le permitió irse rápido al banquillo. Había firmado uno de los trabajos de demolición más espectaculares que hemos visto en toda la temporada.
Después de la fea derrota del lunes contra los Wizards, los Sixers zozobraron en el segundo cuarto (22-36 y 47-57 al descanso). Pero se rehicieron a tiempo, en parte porque jugaban contra el peor equipo de la NBA, unos Magic que son el único equipo que no ha llegado a diez victorias (8-38) y que se hundieron después de jugar un buen primer tiempo. Uno iluminado por un Mo Bamba que también vivió la noche de su carrera: 32 puntos y 7/8 en triples, todos en un primer tiempo en el que acabó con 28 puntos. Hasta ahí llegaron los Magic, que en los 27 minutos en los que jugó Embiid anotaron 52 puntos, solo dos más que el pívot que, además de producir sin parar en ataque, devoró por completo con su defensa el juego de pick and roll de un rival finalmente superado. Es un 26-18 para unos Sixers que son el mejor equipo de los de la cabeza del Este en los últimos 10 partidos (8-2). Y que tienen a un jugador, Joel Embiid, que ahora mismo es uno de los favoritos tanto para el premio de Defensor del Año como para el MVP. Cuidado con él.