EUROCUP (F)

Escándalo en Turquía

El Gernika sufrió en la Eurocup femenina una encerrona como las de hace 30 años en Europa. "Jamás he visto algo parecido", confiesa el presidente, Gerardo Candina.

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Temi Fagbenle (Mersin) tapona a Tinara Moore (Gernika) en el Edip Buran Arena de Turquía, un pabellón pequeño (2.000 espectadores) y con mucho ruido por megafonía.
FIBA

EI Gernika vivió el pasado martes un episodio que no olvidará jamás, una encerrona de esas que podían organizarse hace 30 años en algunas pistas europeas y que parecían ya desterradas. El equipo vizcaíno defendía 24 puntos de renta ante el CBK Mersin en esta ciudad turca, en el partido de vuelta del playoff de la Eurocup femenina, y cayó eliminado por un contundente 69-40.

La plantilla llegó este miércoles a casa, pero no lo hizo al completo. Este jueves lo hacían el técnico, Mario López, y la capitana, Belén Arrojo. La historia merece un libro o una película. Estos dos últimos salieron más tarde tras el supuesto positivo que dieron antes del partido del martes. Casualmente, tras la derrota ya estaban limpios. El CBK ­Mersin, amparado por la FIBA, realizó al equipo un test, aunque habían dado negativo en dos ocasiones unas horas antes del encuentro, en Bilbao y en el propio aeropuerto de Estambul nada más aterrizar. Y según su examen, Arrojo estaba contagiada.

"El documento es falso"

"Vamos a elaborar un informe detallado para que todo esté perfectamente documentado, lo mandaremos a la FIBA y la Federación Española para que esto no vuelva a pasar", expone el presidente del ­Gernika, Gerardo Candina. "Te pueden abrasar con un falso positivo. Lo defenderé donde sea y como si me llevan a los tribunales, hasta el documento es falso, un laboratorio se puede equivocar, pero ellos lo han trucado", remarca.

Eso no es todo. Para afrontar este partido, el CBK Mersin cambió su pabellón habitual, para 7.500 espectadores, por uno más pequeño de 2.000. La semana pasada notificaron la mudanza con la excusa de que estaban modificando el parqué. "Sabíamos que íbamos a una encerrona, pero no calibramos que sería con la excusa de una enfermedad, y más llevando una PCR de los servicios médicos españoles y un documento de Sanidad. Ya sabían a quién nos anulaban: la capitana, que lleva tres años en el equipo y es la mano derecha del técnico. Además, estábamos tan solo con ocho jugadoras y nos cargaron pronto con faltas a dos", continúa Candina. En esa ratonera se pudieron escuchar sirenas antiaéreas, música y otros sonidos por megafonía durante el encuentro. El banquillo vizcaíno recibió agua lanzada por aficionados locales e insultos constantes.

"Es vergonzoso"

Candina lleva 18 años al frente del Gernika: "Jamás he visto algo parecido, esto pasaba en Grecia y Turquía pero hace mucho". Su última declaración es contundente: "Es vergonzoso, no podemos estar sometidos a este tipo de cuestiones, no conozco bien a los turcos, pero términos como deportividad y juego limpio les suena a chino; les da igual el cómo, tienen que vencer como sea". Auguran una sanción económica al Mersin, "pero eso les da igual, en el partido de ida vinieron a Euskadi en un jet privado...".

Paula Ginzo, una de las jugadoras importantes del Gernika, aún no da crédito a lo ocurrido: "Pedimos por favor si podían bajar un poco la música, que no podíamos concentrarnos, y nos dijeron que de ninguna manera iban a hacer nada. Los árbitros no decían nada. Allí estaba el comisario de la FIBA, allí estaban los árbitros y un montón de personas que, por lo que parece, y, perdón por la palabra, estaban allí para jodernos a nosotros. Nadie nos hacía caso en absolutamente nada. Terminamos acostumbrándonos a las sirenas antiaéreas, pero al principio nos agarrábamos la cabeza y tratábamos de taparnos los oídos", lamentó en la SER.