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CLEVELAND CAVALIERS

Se confirma lo peor para Ricky

La lesión de Ricky es de la más graves que hay: "desgarro del ligamento cruzado anterior" de su rodilla izquierda. Llega en el mejor momento de su carrera.

La lesión de Ricky Rubio ante los Pelicans deja tocados a los Cavaliers. El base llevaba 27 puntos, 13 rebotes y 9 asistencias cuando ha ocurrido la desgracia.
La lesión de Ricky Rubio ante los Pelicans deja tocados a los Cavaliers. El base llevaba 27 puntos, 13 rebotes y 9 asistencias cuando ha ocurrido la desgracia.Stephen LewUSA TODAY Sports

Los Cavs se quedan huérfanos de Ricky Rubio. El base español estará fuera toda la temporada tras sufrir una rotura ("desgarro" es la palabra que utilizan en el comunicado) en el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. Es la misma lesión que le dejó fuera de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. A falta de 2:20 para el final del partido que enfrentaba al equipo de Ohio ante los Pelicans y en plena remontada local, Ricky cayó cerca de la línea de personal cuando driblaba a Devonte’ Graham, que le hizo falta. El playmaker se resbaló y su rodilla izquierda se torció en una postura muy fea en plena caída. Se fue sin apoyar la pierna, sin poner ningún peso sobre el pie izquierdo, con claros gestos de dolor y ayudado por sus compañeros.

El percance supone un golpe terrible, especialmente duro en este momento para un Ricky que había recuperado la alegría en los Cavs después de los traspasos, el extraño regreso a Minnesota y las dudas sobre su futuro. Asentado en su inesperada nueva casa y con una sonrisa de oreja a oreja, promediaba 12,7 puntos y 6,5 asistencias y estaba siendo una de las piezas clave, tanto dentro como fuera de la pista, en la monumental temporada de los Cavs. Ricky (31 años) está en el último año del contrato de tres que firmó con los Suns (51 millones, 17,8 este curso) y será agente libre el próximo verano, algo a lo que también va a perjudicar su nueva lesión.

El desastre se ceba, por lo tanto, con un jugador que ve frenada una temporada en la que estaba brillando con luz propia. Ricky estaba en su prime, era el líder espiritual y moral de su equipo, aprovechaba como nadie la punta de su talento y el clímax de su carrera y avanzaba en su camino a una carrera meteórica que ya es tal y que, cuando salga de su lesión (con 32 años) podrá seguir adornando. Un traspiés que ha dejado sin respiración al baloncesto español y nos ha dejado sin uno de los referentes del equipo más revolucionario y divertido de la temporada.