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BILBAO BASKET 95-GRAN CANARIA 80

El Bilbao Basket se siente imbatible en su fortaleza de Miribilla

Quinta victoria consecutiva de los 'hombres de negro', pletóricos en defensa y ataque. Pésima imagen de un Gran Canaria que parecía cansado por el periplo europeo.

Delgado, ante Stevic y Ennis
Delgado, ante Stevic y EnnisAIOL

La transformación del Bilbao en estos dos meses es digna de estudio en la Universidad del Baloncesto-Milagro. Penaba por la Liga con jugadores sin alma en defensa y con escaso bagaje en ataque. No se sabe muy bien si fue el lento goteo de bajas y la llegada de rostros nuevos lo que activó la mudanza. Alguno como Miniotas quiso abandonar el barco, Rigo siguió por desgracia entrando y saliendo de la enfermería, y fueron cayendo otros compañeros, hasta recién llegados como Thomas. Pero se encendió la mecha el 17 de octubre ante el Fuenla como en la campaña pasada tras un confinamiento por la COVID. El equipo reseteó su cabeza y empezó a creer que la gesta del año 2020-21 podía tener continuidad en el actual. Desde lo más profundo de la tabla, como colista con 0-5, ha ido elevándose gracias a su castillo inconquistable de Miribilla.

Entre cuatro señores, 59 puntos: Goudelock, Bigote, Reyes y Delgado. Y todo sobre ruedas. Quinta victoria seguida en casa después de destrozar a un Granca que parecía cansado desde el salto inicial tras su viaje en la Eurocup a Montenegro, la vuelta a la isla y el enlace hacia Euskadi. Las bajas de Albicy y Pustovyi, donde empieza y acaba el juego de Fisac, pesaron lo suyo, pero ahora mismo la trituradora de Miribilla puede aniquilar a cualquiera. El ‘average’ que se lleva le complica el billete para la Copa.

Lluvia solidaria de peluches al descanso
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Lluvia solidaria de peluches al descanso

Con un par de pinceladas ha cambiado la carrocería de Mumbrú de forma fabulosa. Inglis es un jugador fantástico, heredero de Banic, otro ‘culón’ ilustre del Bilbao Basket. Luz carga las pilas de todos con su energía inagotable y Reyes está a un nivel de confianza superlativo. Se ha esperado pacientemente a Withey tras mil problemas y ha merecido la pena, porque es un candado bajo el aro que anima a todos a jugar con enorme alegría. La puesta en escena fue de nuevo portentosa: 5-0, con Goudelock incrustado en el quinteto inicial. Curioso lo del escolta norteamericano, una estrella en Europa que no tenía sitio en el Surne porque apenas tiene piernas para defender, pero que han rehabilitado por la baja de su sustituto, Thomas. Él, que ha estado en tres continentes buscándose las alubias, es un profesional como la copa de un pino y sigue paseando su muñeca de seda hasta que vuelvan a decirle que se aparte. Que a este nivel será difícil que se lo trasladen.

A todo el mundo afecta esta bendita crecida. Delgado, por ejemplo, que metió dos tiros libres seguidos al comienzo, una refrescante noticia. Una varita mágica parece haber rozado la cabeza de esta gente de negro. Todo se construye desde la defensa. Ese motor enciende la chispa en ataque, donde el equipo mueve la pelota, busca ventajas y encuentra puntos. Tener a dos tipos como Delgado e Inglis bajo el aro, rebañando todo lo que cae, es una red de seguridad tremenda. El francés es infatigable. Salió a medio campo a una defensa a Ennis, al que persiguió como una anguila y casi le roba la cartera. O Rafa Luz, flojo tirador del extrarradio en su carrera y ahora está lanzando con una confianza que abruma. Solo falta que Hakanson recupere la confianza en el tiro lejano.

Delgado empezó abusando de Stevic en facetas como el rebote y la anotación. Tuvo que salir Khalifa Diop a frenar esa sangría. Coincidió con Ilimane Diop, que no es su hermano aunque se apelliden igual. Por desgracia, se ha extraviado este chico que apuntaba alto y como 4,5 no parece asentarse ni en el cuatro ni en el cinco. Hasta los tiros libres, asignatura pendiente otras tardes, son ahora una bendición entre la tropa vizcaína. Todo era coser y cantar. Bigote encontraba los pasillos para entrar hacia el aro y Reyes sacó su metralleta. Total, que al descanso aquello pintaba a destrozo: 55-33. Casi 60 puntos en un tiempo para un equipo al que antes le costaba anotar casi como un parto.

Arreciaba la lluvia de canastas en el aro amarillo, y en el descanso siguió la tónica con una iniciativa solidaria, lanzando los espectadores cientos de peluches al parqué para los niños de familias con pocos recursos. El Granca trató de endurecer su defensa en el tercer cuarto, para amagar un último esfuerzo por reaccionar. Pero no estaba para esa labor ante un ciclón. El Bilbao Basket no bajó la guardia ni un segundo. Ni siquiera cuando tuvo que desfilar Inglis por culpa de un árbitro que tiene más nombre que condiciones con el silbato. Hierrezuelo es de esos colegiados que se creen estar por encima del juego y van a tensar al jugador cuando está a mil revoluciones en lugar de hacer como los buenos jueces: salir de la escena para esperar a que se enfríen los ánimos. Dos malos gestos del francés le condenaron con sendas técnicas que le mandaron a vestuarios. Un rasero muy distinto del aplicado con algún jugador amarillo.

Hierrezuelo sabrá si ese espectáculo es lo más recto en su labor. Querer convertirte en protagonista en un partido fluido, precioso, es lo peor que se puede recetar en el mundo del arbitraje. Más adelante le cascaron otra a Bigote. Tachar a una de las estrellas de la matinal con -17:07 por jugar podría inquietar al vicecolista, pero la distancia era sideral 57-35. Y más que esa distancia, la sensación que ambos equipos plasmaban sobre el parqué. Aquello engordó hasta el +30 (76-46 con 12 minutos por jugar). Una escabechina en toda regla, aunque se notó el cansancio de los locales al final. Mumbrú reza para que no haya más nubes negras de desgracia. Que nadie toque esta obra porque cada vez parece más redonda.

Mumbrú: "Era importante redondearlo"

Mumbrú valoró como "muy importante" la victoria lograda frente al Gran Canaria (95-80) por su valor clasificatorio y también como respuesta al apoyo de que han recibido por los más de 7.000 aficionados que se han dado cita en las gradas de Miribilla.

"Era importante porque había mucha gente, se han enchufado desde el principio, y redondearlo con una victoria es mejor", señaló el técnico de los 'hombres de negro' quien consideró clave la buena defensa realizada por sus jugadores "en los primeros 36 minutos".

"El inicio ha sido muy bueno, con buena actitud defensiva y metiendo tiros abiertos. Dejarles en 13 puntos nos ha hecho crecer desde la defensa y, después de un momento crítico y algunas dudas con la descalificación de Inglis, hemos recuperado el ritmo, aunque la zona se nos ha atascado un poco", admitió. No quiso valorar la labor de Hierrezuelo, sólo pide a Inglis que se controle más.

Fisac: "Su nivel físico era de 10 y el nuestro, mucho más bajo"

Porfi Fisac cree que una de las claves de la derrota de su equipo frente al Surne Bilbao Basket en Miribilla (95-80) fue que "nivel físico" de los locales "fue de 10" y el de sus jugadores "mucho más bajo para poder competir".

"No ha habido partido y sí un justo vencedor con un buen trabajo de Bilbao y de determinación en su juego. Nosotros hemos estado bastante desaparecidos a pesar del orgullo de varios jugadores para acabar dignamente el partido", explicó el técnico del conjunto grancanario.

Para Fisac, el cansancio físico "importante" acumulado esta semana con el viaje a la cancha del Buducnost y las bajas de hombres como Albicy o Pustovyi fueron también determinantes ya que obliga a sus jugadores a que "la mentalidad deba no la de competir sino la de sufrir".