Ricky Rubio, sincero: "En verano, mi mente no estaba en la NBA"
Un artículo de The Athletic repasa la excelente situación del base de El Masnou en los Cavs después de un trance feo tras otro traspaso. Y señala que los Warriors querían ficharle.
Solo han pasado unos meses y la vida de Ricky Rubio ha cambiado por completo. Y para bien. El base de El Masnou, que cumplió 31 años en octubre, pasó un mal trago cuando se enteró de que había sido traspasado a Cleveland Cavaliers. Son las cosas de la NBA, pero tenía que irse a cumplir su último año de contrato al equipo que más derrotas había sumado en el total de las tres temporadas anteriores, a una ciudad que normalmente no atrae precisamente a los jugadores y a su cuarta franquicia en cuatro años (Jazz, Suns, Timberwolves, Cavaliers).
Pero comenzó la temporada, los Cavs son la gran revelación, en el Este y en la Liga, y Ricky está jugando de maravilla y ejerciendo de líder veterano de un equipo al alza en el que emergen unos jóvenes de potencial extraordinario: Evan Mobley, Darius Garland, Jarrett Allen… Un extenso artículo de The Athletic, firmado por Kelsey Russo y Joe Vardon, que cubren la información de la franquicia de Ohio, repasa el excelente momento de la reconstrucción de la franquicia y el rol tan importante que tiene un Ricky del que dicen que estaba “muy enfadado cuando se enteró de que le habían traspasado a los Cavaliers”.
Ricky se enteró el 30 de julio, en los Juegos de Tokio, a punto de enfrentarse a la Eslovenia de Luka Doncic: “En verano, mi mente no estaba en la NBA, estaba en otra parte. Era ir a un equipo que no había ganado casi partidos en los cuatro años anteriores. Hablé con mi mujer porque al final es ella la que está en casa y lidia con mis estados de ánimo”, cuenta el base español en el artículo, que también explica que algunas franquicias esperaban que fuera cortado por los Cavaliers y que quedara libre en el mercado antes de comenzar la temporada. Y pone, de hecho, un nombre sobre la mesa: Golden State Warriors quería a Ricky para ponerlo al lado de Stephen Curry.
Ricky asegura que ahora “está feliz” en un equipo en el que es muy valorado. Darius Garland, el extraordinario base joven de estos emergentes Cavs, se deshace en elogios para su mentor: “Solo con estar en la pista ya marca diferencias porque todo el mundo sabe que puede recibir la bola en cualquier momento. Dejamos que él dirija el show. Lo que él ordena es lo que vamos a hacer, vamos a partir de ahí”. Ricky parte desde el banquillo pero juega casi 17 minutos por noche con Garland. Cuando ambos están en pista, los Cavs tienen un +5,7 en anotación con respecto a sus rivales.
El artículo también da voz a JB Bickerstaff, el entrenador encargado de vender la idea a un Ricky desilusionado con un nuevo traspaso. La primera llamada del técnico fue cuando España fue eliminada por EE UU en los Juegos, un torneo en el que Ricky promedió 25,5 puntos: “Le dije que queremos al Ricky de la Selección española. No era cuestión de que viniera aquí, se hiciera al rol de suplente, se dedicara a buscar jugadas para sus compañeros… le ves con España, le ves cargando con el equipo, liderando… ese es el espíritu que queríamos en nuestros Cavs. Por nuestro pasado podría haber jugadores que ni nos dieran la oportunidad. Pero tuvimos esa conversación con Ricky para explicarle la visión que teníamos para el equipo, lo importante que iba a ser él aquí”.
Finalmente, el artículo de The Athetic deja una última reflexión del base de El Masnou sobre cómo ha ido aprendiendo a adaptarse a los cambios de destino y de situación en la NBA: “Me traspasaban y me frustraba. Pensaba que tenía que volver a empezar otra vez de cero, buscar mi rol. Me frustraba, era cuestión de ego. Pero cuando apartas el ego y te dedicas a sacar provecho al rol que te toca tener, a hacerlo lo mejor posible… no hay nada mejor que un equipo en el que todo el mundo acepta el rol que le toca desempeñar”.