NBA | CAVALIERS 89 - WARRIORS 104

Curry rompe en el último cuarto para remontar ante los Cavaliers

Cleveland, pese a las bajas, volvió a mostrar una muy buena cara. Sólo falló en el último cuarto, en el que encajó un parcial mortal. Gran Curry, mal Ricky.

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No se esperaban los Warriors tener que sudar tanto para llevarse esta victoria. Probablemente fuera uno de esos partidos en los que al cuerpo técnico le hubiera gustado dar descanso a Stephen Curry. Nada más lejos de la realidad, fue la aparición estelar del base en el último cuarto la que desató la remontada, que no fue pequeña, para ganar un encuentro en el que estaban bastante perdidos. El parcial de 8-36, como leéis, en toda la manga final fue un golpazo a las opciones de los Cavaliers, que resistieron bastante bien remando sin remos durante más de media hora de juego pero claudicaron, y de forma desesperante, en los instantes decisivos

No es sencillo sentar a Curry si sabes que eso te puede acarrear una derrota. Los Warriors llevan sólo dos en quince partidos, pero la sensación es la misma. Que se lo digan a los que estuvieron con él en el 73-9 de 2016 y cómo llegaron a luchar, precisamente, contra su rival de hoy: los Cavaliers, en aquel caso liderados por LeBron James, que lograron remontarles. En materia de este jueves por la noche los que llegaron por detrás para terminar por delante de forma sorprendente, porque así lo hizo posible el partido, fueron los californianos. Curry metió 40 puntos en total pero 20 de ellos fueron en ese cuarto periodo, 20 de esos 36 de su equipo con cuatro triples (en total, 9/16) para hacerlo posible. Contribuyó también, a pesar de las imágenes cortadas en redes sociales de jugadas aisladas, a la defensa sobre, por ejemplo, Ricky Rubio, que tuvo una noche complicada. El español terminó con 4/15 en los tiros y hasta cinco pérdidas, nada habitual en él, por la insistencia de una defensa liderada por Curry, porque también baja el culo cuando debe hacerlo aunque se comente menos, sobre todo en un último cuarto en el que los locales no llegaron ni a la decena de puntos. 

El reventón de Cleveland en el cuarto cuarto les dejó con 12 posesiones sin anotar y viendo como el rival les metía 17 tantos consecutivos. En cinco minutos ya estaban por delante, obviamente, y pudieron hasta cerrar con tranquilidad la noche para firmar el 89-104 con el que se terminó. Una pena para los Cavaliers, que a última hora vieron cómo otro jugador se les caía, el turco Cedi Osman por un dolor en la espalda, siendo el segundo partido en dos noche seguidas y estando tan cerca de ganar al que por la conferencia contraria lidera toda la Liga. Deben seguir la línea. 

Garland, que fue el mejor de los Cavs con 25 puntos, empezó sentando cátedra. Cuatro jugadas en la parte frontal en las que parecía imparable desataron el primer parcial de 7-0 y una buena ventaja durante los primeros minutos. Curry empezó a responder y los Warriors recortaron rápidamente tras la salida de los suplentes, entre los que destacó Bjelica. Mandaron más los visitantes que los locales durante la primera mitad. Y los de Ohio cortaron a tiempo una desventaja de cuatro puntos gracias a un par de penetraciones de Rubio y a una jugada de fantasía de Garland bailando a Lee. Sacó la cabeza Ed Davis, sin ritmo competitivo al estar fuera de la rotación pero con la sapiencia de siempre, y en otras tres acciones los locales fueron los que pegaron más fuerte. Pese a todo, igualdad al descanso. El desequilibrio llegó en la segunda parte. 

Se descentraron bastante en defensa los Warriors durante unos minutos a mitad del tercer periodo y perdieron todo lo ganado anteriormente. Dos tiros lejanos de Wade, dos tiros de tres de Love y el único triple del partido de Ricky Rubio dejaron, entre otras jugadas, el pasto perfecto para ponerle cuesta arriba la victoria a Golden State. Los locales estaban en la horquilla entre los cinco y diez de ventaja y tiraron más hacia la segunda al terminar ese tercer acto. En el cuarto ya fue otra historia. Los Cavs se quedaron clavados en 81 puntos y vieron pasar las jugadas de los Warriors como cuando ves tu vida pasar ante tus ojos a cámara rápida. Un vendaval en el que Curry sopló más fuerte.