Continúa el reguero de crítica de Scottie Pippen contra Michael Jordan. Como colofón al aderezo que han sido las entrevistas anteriores, su libro de memorias ya está a la venta y en él Pippen hace un repaso, ayudado por la pluma de Michael Arkush, por las vivencias que ha tenido en su carrera deportiva y vital, ligada de forma intrínseca a 'Air'. 

En Unguarded, que ya está a la venta, se toca también The Last Dance, el documental que Netflix estrenó el año pasado para repasar la etapa más brillante de ambos en la NBA, con los Bulls, y que contó no sólo con el permiso imprescindible de Jordan sino con su colaboración a la hora de estructurar la historia. Es de lo que se han quejado otros ex de aquel equipo, que Michael metió demasiado la mano para proyectar una imagen buenista de un jugador de complicado carácter aunque indiscutibles calidad, rendimiento y grandeza. 

"En el documental Michael intentó justificar las ocasiones en las que reprendía a un compañero de equipo frente al resto del grupo. Debía sentir como si esos chicos necesitaran desarrollar su parte más dura para superar a los equipos más físicos de la NBA. Me morí de vergüenza, como ya hice cuando pasó, al ver de nuevo lo mal que Michael trataba a sus compañeros", asegura Scottie Pippen. 

El de Arkansas, miembro del Salón de la Fama de Naismith de igual manera que Jordan al haberle acompañado a enfundarse sus seis anillos de campeón, hace hincapié en el libro en la faceta del vestuario.

"Michael estaba equivocado. No ganamos seis campeonatos porque se metía con los demás compañeros sino a pesar de que lo hacía. Ganamos porque jugamos un baloncesto en equipo, que no había sido el caso en mis dos primeras temporadas cuando nuestro entrenador era Doug Collins. Eso era lo que hacía especial jugar para los Bulls, la camaradería que establecimos los unos con los otros"

"No es que nos sintiéramos bendecidos al estar en el mismo equipo que el inmortal Michael Jordan" 

"Como compañero de equipo fui mucho mejor que Michael. Preguntadle a cualquiera que jugara con los dos. Siempre estuve ahí para una palmada en la espalda o una palabra de aliento, especialmente después de que él menospreciara a alguien por una razón u otra. Yo ayudé a los demás a creer y a que dejaran de dudar" 

Jordan tiene un largo historial de tensión, por ser suave, con algunos de sus compañeros. Lo que él predicaba es que les llevaba al limite para sacar lo mejor de ellos, aunque el resultado fuera insultar Wennington, hacer llorar a Hopson, quitarle la comida a Grant, obligar a ponerse duro a Cartwright o directamente agredir a, según lo relatado, Will Perdue o Steve Kerr. Pippen recalca esta problemática sobre otras deportivas en el libro que acaba de publicar.