Los Warriors son una fiesta

El Chase Center vuelve a ser una fiesta. Hay globos, guirnaldas y muy buen baloncesto. Divertido y alegre, con unos Golden State Warriors que en este principio de temporada han pisado el acelerador para colocarse con un balance de 8-1 tras la victoria de esta pasada madrugada ante Houston Rockets (120-107), que contó 5 minutos con Usman Garuba. Son el único equipo de la NBA que solo ha perdido un encuentro. Es, ahora mismo, el líder de la Liga por delante de Philadelphia 76ers que ha ganado lo mismo, pero ha caído en dos encuentros.

Una tormenta de triunfos que recuerda a otros tiempos. Cuando los Warriors dominaban con puño de acero de la NBA. Cuando hacían temblar los cimientos del campeonato con un juego extremadamente duro en defensa y alegre en ataque. Con rotaciones profundas que no hacían perder comba a lo planificado sobre el papel por Steve Kerr. Tenemos claro que no es lo mismo. Ni que se conseguirá lo mismo, pero… es bonito ver que cierto aroma del pasado ha regresado a San Francisco con Golden State abrasando desde el perímetro.

Poole y Porter

Con Curry anotando a diestro y siniestro (20 puntos, 4 triples) y Jordan Poole desatado desde el primer cuarto: 15 de sus 25 tantos llegaron en ese lapso. Añadió 5 asistencias y 4 rebotes. Y, claro, Draymond Green en la intendencia. El ala-pívot solo hizo 6 puntos, pero repartió 9 pases de canasta y capturó 8 rebotes. El momento de inspiración de Porter en el tramo final del segundo cuarto (tres triples en 40 segundos) fue un aviso a navegantes: cuando nos desencadenamos, somos imparables. Mucha dinamita a la espera de Klay Thompson, que si es regresa, como mínimo, al 70% de lo que es él… Cuidadito.