Doncic aparece a tiempo en la montaña rusa de Dallas

A trompicones, dando palos de ciego en muchos momentos de los partidos, pero los Dallas Mavericks están terceros en el Oeste, una conferencia que ahora mismo es un galimatías. Salvo los Jazz, que parecen decididos a repetir liderato como la temporada pasada, y los Warriors, invictos hasta hace un rato, no hay ni un solo equipo que parezca fiable en este lado de la liga y estas victorias sin demasiado lucimiento que están logrando los Mavs pueden valer oro si la confusión general se alarga más de la cuenta.

La de hoy habla de un equipo al que le cuesta controlar los partidos. Uno que no tiene un sistema de juego efectivo para hacerlo... Porque aún no sabe bien a qué quiere jugar. Jason Kidd ha querido introducir cambios respecto a la propuesta de Rick Carlisle. Sí, intentan más transiciones rápidas. Sí, tratan de meter más balones por dentro a los interiores. Y sí, la idea es que Doncic no penetre tanto. El tiempo dirá si reducir las opciones de que el esloveno utilice una de sus mejores armas, si no la mejor, es una buena idea. De momento ha bajado su producción (24 puntos y 7,8 asistencias lleva este año de media respecto a los 27,7 y 8,6 del año pasado) y, aunque es cierto que no está al 100% físicamente, la fórmula Kidd genera dudas.

Eso sí, el talento del esloveno está fuera de toda duda y su mentalidad ganadora le hace aparecer casi siempre en los momentos importantes. Hoy ha sido otra muestra, metiendo 10 de los 25 tantos con los que acabó en el último cuarto. El periodo en el que por fin los locales pudieron echar el lazo al partido, que hasta ese momento había sido una motaña rusa. Especialmente en el primer tiempo. Los Spurs comenzaron con un parcial favorable de 5-25. Los Mavs no metieron la primera canasta en juego hasta casi la mitad del primer cuarto y, a partir de ahí, parcial favorable de 18-3 que se alargó hasta un 31-4 para poner el 36-29 en el marcador. Pero antes del descanso tocaba otra vez bajada: 11-20  y ventaja visitante camino de los vestuarios (47-49).

Sin Porzingis, que no jugó por molestias en la espalda, Dwight Powell iba a estar a sus anchas por la zona y, aunque costó, un alley opp a pase de Doncic para poner el 86-84 a 8:33 del final iba a marcar el momento clave del encuentro. Contando esa canasta, un 11-2 muy duro para los Spurs, que trataron de levantarlo peleando hasta el final, pero que ya fue imposible. En esos minutos de conexión local vimos al mejor Doncic, cerrando el parcial con un triple para coronar un rato de baloncesto excelso. Esos Mavs son, sin duda, uno de los mejores equipos del Oeste. Ahora necesitan creérselo y ser regulares en esa brillantez. Casi nada.