Simone Fontecchio destapa el tarro de las esencias

El Baskonia ha cerrado esta semana un acuerdo con la compañía de criptomonedas turca Bitci. El primer año serán los patrocinadores principales y, luego, seguramente pasarán a segundo plano durante dos campañas más. Habrá un fijo para el club y luego unas variables dependiendo de la cotización de las finanzas virtuales y digitales dentro del mercado internacional. Pues bien, el CEO de la empresa otomana no ha podido elegir mejor socio porque, para fluctuar, el equipo de este año de Dusko Ivanovic. Capaz de lo mejor (78-66 hoy) y de lo peor.

Se enfrentaban dos técnicos montenegrinos y volvió al Buesa Arena Mike James, un jugador singular. Enorme como ejecutor y muy raro como persona. Particular como mínimo. “Vitoria es una ciudad aburrida”, solía decir cuando vivía en la capital alavesa. Todo el mundo feliz con el txuletón, los txokos y James atravesado. Menos mal que dio días de gloria al club con Darius Adams, Ioannis Bourousis y Velimir Perasovic, este último en el banquillo. De hecho, los vitorianos jugaron la Final Four de Berlín tras una fase regular y un Top-8 ejemplar.

Los dos equipos se plantaban sobre el parqué del Buesa Arena con un balance de dos triunfos y dos victorias, lo que ocurre es que los locales habían encadenado sendas victorias en las últimas jornadas y los monegascos comenzaron muy bien y luego se atascaron en las últimas. Eso sí, dando guerra a sus rivales. Los de Ivanovic comenzaron concediendo demasiado rebote ofensivo (2-5, min. 3) pero Nnoko empezó a hacer daño en la pintura y, tras una canasta del africano, los vitorianos se pusieron por fin por delante con el 10-9. Granger consiguió su asistencia número 750 en la Euroliga y el Baskonia se marchó al final del cuarto con un 21-18.

Fontecchio destapó el tarro de las esencias y, en el minuto 12, llevaba ya 11 puntos y 16 créditos de valoración. Fue cuando Ivanovic decidió colocar al letón Kurucs de uno y a Baldwin IV de dos. Según el montenegrino, el equipo necesita más sus puntos que sus pases. La máxima en esa segunda entrega fue de +7 con el 28-21. Montiejunas relanzó al equipo visitante y los monegascos se acercaron en el marcador pero, a fin de cuentas, el Bitci Baskonia llegó al descanso por delante en el marcador (38-35) aunque llevaba 2/8 en triples y había concedido 9 rebotes ofensivos. Al margen de eso, bastante igualados los dos conjuntos en materia de pérdidas y de rebotes totales.

El Baskonia mantuvo el pulso en el tercer cuarto (53-40, min. 26). Fue cuando un hombre importante para Mitrovic, Westermann, sumó su tercera falta personal. Los vitorianos coquetearon con la veintena de diferencia (60-42) pero no acabaron de conseguirla. A pesar de todo, la sensación de superioridad en ambos lados de la cancha era evidente. El tercer cuarto terminó con un tranquilizador 60-46 (parcial de 22-11) con un estirón final de los de Montecarlo. Granger y Kurucs desempeñaron la labor de bases y Baldwin, definitivamente, ejerció de dos porque Marinkovic no acaba de dar la talla en los partidos de liga y Euroliga. El mejor de ese cuarto fue el playmaker uruguayo con 6 puntos y 2 asistencias.

Pero, al igual que las criptomonedas, todo fluctúa. A falta de 4 minutos para el final, el Mónaco se puso a 6 con el 66-60 y la sombra de otros partidos, como el de Berlín de la semana pasada, volvió a aparecer. El equipo de la liga gala, como otros muchos conjuntos de Francia, son muy atléticos y te llevan al límite en los últimos minutos. Como era previsible, Mike James trató de resolver el entuerto por su cuenta pero, en esta ocasión, su plan le salió cruz y el Baskonia consiguió la tercera victoria de la temporada regular ante un público entregado. Hubo una jugada emblemática en la que el americano del Mónaco lanzó un triple desde la esquina pero Baldwin IV, un jugador que ha tenido problemas con la directiva por la gestión de su descanso en la paternidad, le metió un tapón de campeonato. Presente todavía incierto frente a pasado glorioso.