Reencuentro en la cumbre: Rajon Rondo vuelve a los Lakers
Rondo y los Grizzlies llegan a un acuerdo por el buyout y el base queda libre para volver a los Lakers. Fue clave en la consecución del anillo angelino de 2020.
La película es la misma que entonces, pero con dos capítulos de retraso. Los Lakers vuelven a juntar a un equipo de viejas glorias con ganas de redención, pero ya redimidas; y buscan desesperadamente un nuevo título que les eleve a ese Olimpo que ya ocupan, pero esta vez en solitario, sin compartir dicho honor con los Celtics ni con ninguna otra franquicia. De ese anillo, el de 2020, resisten LeBron y Davis, casi los dos últimos reductos de un proyecto del que se han ido Kuzma, KCP, Bradley, Caruso... Y las salidas de toda la camada joven que permitía correr sin pudor y resistir sin cansancio, han sido compensadas con piernas viejas y cansadas, jugadores de dudosa reputación y una plantilla (muy) veterana que genera una incertidumbre que nada ni nadie es capaz de paliar. Y con un mantra claro: hasta que no se les vea, los pronósticos son imposibles.
Eso sí, hay otros dos jugadores que salieron del equipo tras el anillo de 2020, pero han respondido con gusto a la llamada que los Lakers han hecho: Dwight Howard y Rajon Rondo. El pívot, previo paso por los Sixers, ha llegado al equipo en el que empezó su declive, allá por 2013, y en el que consiguió la redención, aceptando otro rol que tiene más que claro ahora y que ha explotado con buenos minutos en Philadelphia. El base, por su parte, regresa tras un año en el que ha pasado desapercibido pero en el que ha aterrizado en las finales del Oeste después de pasar por los Hawks y ser traspasado a los Clippers a mitad de año. Con los que, todo hay que decirlo, no ha sido tan decisivo como en el pasado. Ni de lejos. Tras la temporada, fue traspasado a los Grizzlies junto a Patrick Beverley, pero llegó a un acuerdo para el buyout con la entidad de Memphis, que lo puso fácil y no quiso estirar el chicle para intentar sacar algo por él. Quizá, con el recuerdo de Andre Iguodala todavía planeando sobre la franquicia.
Rondo regresa al equipo para el que fue clave en 2020, con el que se convirtió en el segundo jugador de la historia en conquistar un anillo con los Celtics (en 2008, precisamente ante los Lakers) y con el eterno rival, tras Clyde Lovellette. Ese curso, el base empezaba acompañado de una horda de críticas que habían dañado su reputación. Cada vez era más complicado ver al jugador que había sido un revulsivo increíble en Boston y luego se había diluido paulatinamente, con algunas ráfagas de brillantez (Kings y, sobre todo, Pelicans), pero poca aportación, especialmente en su primera temporada con los angelinos, la 2018-19. Sin embargo, tras llegar tarde a la burbuja de Orlando por lesión, Rondo se convirtió en ese tercer jugador que necesitaban los Lakers y volvió a ser el de antes, el de siempre, el Playoff Rondo que se ha ganado dicho apodo con todo merecimiento.
Los Lakers no esperan, con este fichaje, a un jugador que les resuelva todos los problemas. Pero quizá, solo quizá, podamos volver a ver a ese jugador que en 2020, contra los Rockets, se fue a 21 puntos, 5 rebotes y 9 asistencias y resolvió el último cuarto con 12 tantos y 5 pases a canasta. A ese que tuvo un nivel ilógicamente bueno durante toda la fase final e hizo explotar Twitter por su obra y gracia, con una multitud de analistas y periodistas que le habían criticado durante toda la temporada regular, alabándole de forma pública. Ahí podrá aparecer Rondo, un hombre que se fue a los Hawks en noviembre de 2020, ha coleccionado 15 millones de dólares, y ha regresado a los Lakers en agosto de 2021 con un impás que le ha llenado los bolsillos de dinero.
En los Lakers se juntan, en estos momentos, tres de los mejores pasadores de todos lo tiempos: LeBron James (8º), Russell Westbrook (12º) y Rajon Rondo (en el puesto 14). El flamante fichaje, un hombre que ya conoce a Frank Vogel y entiende y asume el funcionamiento interno de la franquicia. Rondo podrá dar minutos de calidad al equipo en temporada regular, pero su rendimiento en estos últimos años ponen en duda esta faceta. Será en la fase final donde, quizá, recorte minutos de calidad a un hombre que falla en esas fechas como Westbrook, y sepa compenetrarse con LeBron y Davis igual que lo hizo en 2020. Otro veterano (35 años), algunas dudas, un cuestionamiento de su ética de trabajo que ha modificado en momentos clave de su carrera deportiva y un temor reverencial de sus rivales a que, de repente y en el momento de la verdad, vuelva a aparecer. Así es Rajon Rondo: un jugador con mucho pasado, una inteligencia superlativa. Y, ante todo, una incógnita.