Positivo y negativo: lo que le espera a Garuba en los Rockets
El aún jugador del Real Madrid apunta a los Rockets, el equipo que le ha escogido en el Draft NBA 2021, en declive tras la salida de Harden.
El aterrizaje cual cohete de Usman Garuba en los Rockets puede ser un hecho sólo si el jugador da el OK, algo que en el Real Madrid ya ha pasado y con resultado contrario. El madrileño debería tomar, a sus 19 años, la decisión opuesta a la que tomó su compañero Sergio Llull, que rechazó jugar en la NBA a cambio de mantenerse en Europa con uno de los mejores contratos posibles. Para Usman sería cumplir un sueño que le ha rondado la cabeza desde pequeño.
En cuanto a lo que se encontrará en Houston, en caso de ir, hay nubes y claros.
Garuba llega con mucho más balance internacional que algunos de sus posibles nuevos compañeros, incluso más mayores. Su trabajo en la Euroliga, sobre todo esta última temporada con actuaciones históricas ante el Efes, y el bagaje acumulado en la Liga, con más y más presencia desde que llegó a la primera plantilla, le hacen un valor por el que apostar a lo seguro pese a su juventud. En la franquicia destacan su defensa, como es lógico. Le faltará mejorar el tiro si quiere ser un '4' de garantías a medio plazo, algo que ha ido puliendo en el último año y medio.
Los Rockets, desde el traspaso de Russell Westbrook y el posterior acuerdo para que James Harden, la estrella de la franquicia durante ocho años y el que les aupó a los primeros puestos del Oeste, buscara otro destino, acompañado por otros movimientos como el del nuevo campeón P.J. Tucker, están en lo hondo. Se ganaron una de las tres plazas por las que jugarse el primer puesto del Draft NBA, consiguiendo el segundo y a Jalen Green en él.
Garuba tendrá como principal competencia a Wood. Apostaron por él como hombre grande el pasado verano, cobrando 13,6 millones este próximo año como muestra de esto mismo. Es el destinado a ser titular salvo que se juegue con pequeños y su rendimiento ya ha sido positivo, cercano al All-Star pese a las derrotas. Ahora se une un Sengun que, entre lo que se aclimata, pinta bien como su suplente. Olynyk, que acabó muy bien la temporada, es agente libre. Sólo quedan en el interior dos agentes libres restringidos, el quizá aprovechable Wilson y Oliver. Para el ala-pívot sólo se divisa a Garuba, siendo ésta la verdadera buena noticia. Debería tener minutos a espuertas para convertirse en eje pivotal de la nueva cultura que quiere imponer Rafael Stone, el directivo que ha apostado por él.
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Es complicado el papel de los Rockets en el colectivo, eso sí. 17-55 fue su récord la pasada campaña, hundidos en la miseria desde enero con jugadores que estaban ya pensando en otra cosa. Los que se quedaban sí o sí, en esta temporada que ahora entra y en la que tienen mucho impulso joven. Lo que querían. John Wall, Avery Bradley o D.J. Augustin son veteranos con nivel para las posiciones exteriores, Eric Gordon es un superclase, Kevin Porter ha tenido ya un partido de cincuenta puntos, Danuel House aporta arriba y abajo y Jae'Sean Tate se mostró en su temporada de novato como un defensor a tener en cuenta. Dependerá del físico de estos y de su capacidad para congeniar con los nuevos que peguen una subida, sea más o menos fuerte, en la conferencia más complicada de las dos, contando con que la lesión de Christian Wood ya es pasado.
A cargo del banquillo está Stephen Silas, ninguneado en el primer año como entrenador principal. Cogerá a los nuevos con unas ganas locas. Es mesurado, tiene experiencia y quiere cambiar el estilo marcadísimo que ha tenido Houston los últimos años, en los que estuvieron a punto de ganar a los mejores Warriors de la era Kerr. No más abuso del triple, algo que también ayudará a adaptarse a un Garuba que en la 2020/21 ha promediado un 31,5% de acierto en los tiros de larga distancia entre España y Europa. Encajará.