El círculo se ha cerrado en Milwaukee para Bobby Portis. Justo en su mejor momento, cuando está siendo decisivo para que los Bucks peleen por el título de la NBA frente a los Suns y con él demostrando que puede ser útil como recambio potente del mismísimo Giannis Antetokounmpo, vuelve Nikola Mirotic a la conversación. Ocurre tras una sentida entrevista concedida a Shams Charania para The Athletic en la que el ala-pívot explica lo que le cambió en el plano personal su tenebrosa pelea con el jugador hispanomontenegrino, ahora en el Barça y cuyos últimos pasos en América fueron en la franquicia de Wisconsin, en Chicago en 2017. 

"Me hizo mejor persona, estoy seguro. Mirotic y yo teníamos siempre altercados, aquella no era la primera vez y los de las oficinas lo saben. Pero aquella fue algo diferente. Algunas de las cosas que se dijeron iban en relación a que le pegué por la espalda o así. Los que estuvieron allí saben lo que pasó. Si hubiera sido tan grave, los Bulls no me habrían ofrecido una renovación de contrato. Creo que eso lo resume todo", apunta. "Lo que sí fue una locura es que él y yo estábamos muy juntos después de que se recuperara de la lesión. Luego no volví a hablar con él, pero sin rencores al menos por mi parte. Yo tenía 22 años y él unos 26, éramos jóvenes los dos. Fue sólo una mancha", añade. 

Portis fue suspendido ocho partidos por aquel incidente en el que Mirotic acabó en el hospital. Pero, como él dice, los Bulls le ofrecieron renovar posteriormente. Tras su paso por los Bulls pasó también por Wizards y Knicks con un rol parecido al de los Bucks pero con menos éxito. 

"A veces, cuando eres un chico joven en esta competición, miras lo que tienen los demás. Como éste tiene esto, yo debo tenerlo. Si ahora me pusieran esa renovación los Bulls, la cogería. Es dinero del que te cambia la vida, con el que puede proveer a tu familia de sanidad financiera. Yo estaba pensando más en otras cosas. ''Yo valgo esto'. Cosas así. Creo que encajaba muy bien en los Bulls, la ciudad me amaba y jugaba duro", dice sobre el pasado en Chicago. 

Tiene la opción de seguir un año más en Milwaukee, pero todavía no la ha valorado: "No lo he pensado. Me desperté después de las finales de conferencia fuera de mi cama, no dormí nada: 'Vaya, estoy en las jodidas Finales de la NBA', eso era todo lo que estaba pensando. Vas a entrenar y el trofeo Larry O'Brien está por todos los lados, ahora sólo me centro en esta misión". 

"Tenía que poner mi cuerpo en la mejor forma posible, eso ha sido lo más importante para mí. Perdí mucho peso y reduje mucha grasa corporal. Ahora soy más ágil y móvil que nunca. Pero ver a Giannis o Brook Lopez todos los días y poder ver lo que hacen, su táctica, es lo que me ha cambiado la vida. Ser capaz de mezclar esas cosas y que el entrenador se quede conmigo todos los malditos días tras las sesiones de vídeo me da ganas de hacer más", añade sobre las varias conexiones en estos Bucks.

En la entrevista también cuenta cómo habló con Antetokounmpo antes de firmar con Milwaukee y como éste le dio su beneplácito: "Fue duro. No le conocía mucho hasta ese momento, así que poder hablar con él fue genial. Estaba en Grecia, en dos husos horarios diferentes, así que tuve que llamarle cuando para él eran siete horas más. Finalmente le cacé y todo salió bien. El dinero no era el problema para mí. Solo quería formar parte de un equipo ganador y demostrarles a todos que realmente puedo ayudar a ganar a un equipo. Cuando estás en equipos perdedores, es posible que tengas buenas estadísticas, pero nadie respeta las estadísticas de un equipo perdedor si no eres una elección alta del 'draft' o si no eres una superestrella 'in the making'. Ha sido un año de inversión para mí, estoy feliz de haber venido".