A 7:14 del final del tercer cuarto, la tragedia hizo su aparición: Giannis Antetokounmpo se lesionaba de la pierna izquierda en una pugna con Clint Capela, que caía al suelo con su rival sin tantas consecuencias. El dolor era palpable en la cara del griego, al que se le escapaban lágrimas de impotencia mientras se escondía la cara entre sus enormes manos. La expresión de Mike Budenholzer era un poema. Khris Middleton,que había pedido el tiempo muerto al ver a su compañero en el suelo, procuraba no mirar. El personal médico de los Bucks intentaba, sin éxito, ayudar a la estrella. Y los jugadores de los Hawks observaban la situación apesumbrados. Incluido Trae Young, en el banquillo tras caer en el cuarto partido de una eliminatoria, otra más, que quedó empatada (2-2), pero está marcada, una vez más, por unas lesiones que está siendo el pan de cada día de estos playoffs.

Los Hawks jugaban sin Trae, y McMillan decisió que salir en tromba ante su propio público era la mejor decisión sin su estrella, que los dejaba en ese tipo de situaciones en las que el propio equipo se encuentra, tras partir en la quinta posición de la Conferencia Este: sin nada que perder y con mucho que ganar. En el primer periodo, dejaron a sus rivales en 22 puntos, y a Giannis en 0, ambas noticias tan inéditas como insólitas. El griego mejoró en el segundo cuarto, en el que anotó 6 tantos, pero su equipo solo hizo 16. Los Hawks llegaban con 13 de ventaja al descanso (51-38), una distancia que aumentaron a 16 nada más empezar la segunda mitad, por obra y gracia de Bogdanovic.

Y ahí fue donde las cosas empezaron a cambiar. Primero, Milwaukee mejoró, con Giannos a la cabeza:8 puntos en cuatro minutos y 4 de 4 en tiros de campo. Luego, el griego se lesionó, con la fea caída ya mencionada y cuando su equipo se había colocado a 10 puntos (62-52), que fueron 8 con una canasta de Holiday minutos después. Y hasta ahí llegaron los de Budenholzer, que vieron como la distancia se iba al 71-54 primero y al 87-62 al final de esos 12 minutos. En total, un parcial de 25-10 que desmadejaba a un equipo claramente pendiente de su estrella, y no de un partido en el que se dejaron ir mientras miraban de reojo a un túnel de vestuarios por el que Giannis había emprendido la marcha. Y para no volver.

Las desgracias no cesan

La situación está empezando a ser desesperante. Nadie se ha librado en estos playoffs y hay muchas estrellas incluidas en un historial de lesiones absolutamente largo: James Harden, Kyrie, Donovan Mitchell, Kawhi, Anthony Davis, Embiid, Conley, Jaylen Brown, Jamal Murray... Algunos antes de los playoffs, y otros durante. Giannis se fue por su propio pie y solo con una leve cojera, buenas noticias al margen del desconocimiento del alcance de la lesión. Pero si no juega el quinto partido, Paul George será el único integrante de los mejores quintetos de la temporada que haya disputado todos y cada uno de los partidos de esta fase final con los Clippers. Un dato escalofriante. Y muy peligroso para una NBA que deberá decidir si le compensa el calendario condensado y la exigencia física que acompañaban una temporada marcada, otra vez, por el coronavirus.

En lo que respecta a la serie ante los Hawks, estos ya merecían ganar el partido antes de una desgracia que lo aclaró todo y les ayudó, indudablemente, a llevarse el duelo. Eso, y los 21 puntos de un titular Lou Williams que busca la redención (y la reivindicación) en su Atlanta natal, los 20 de Bogdanovic, un 15+7 de Capela, otros 15 de Huerter, 12+5+2 del recuperado Cam Reddish o 10 de Gallinari, entre otras cosas. En los Bucks, Holiday se fue a 19+9 y mantuvo la cabeza fría más que el resto, pero la pelea estaba en el personal médico y no en un partido que supuso una derrota doble. Ahora, quinto asalto en Milwaukee con la eliminatoria empatada y la eterna duda de si Trae y Giannis volverán. A ese encuentro, a la serie y casi a la temporada. Una marcada completa y netamente por la otra cara del deporte y que ha dado un mazazo indudable a unos playoffs que prometían mucho y están cumpliendo a rachas. Siempre interrumpidas, claro, por una nueva caída. En esas estamos.