NBA | NETS 114 - BUCKS 108 (3-2)
Harden vuelve con un muy mal partido, Durant es el que resuelve
Partido para la historia de Kevin Durant, amo y señor ante los Bucks. James Harden forzó pero estuvo muy lejos de su nivel. Los Nets se ponen 3-2.
Maravillosa reacción de los Nets cuando todo empezaba a pintar muy negro, como el color de sus zamarras. Hasta 17 puntos de diferencia hubo en este quinto partido a favor de unos Bucks que llegaban crecidos, habiendo igualado un 2-0 en su feudo y gallardos en el 2-2 con Irving lesionado y Harden tocado. Era el regreso de este último, que forzó para no dejar sin lugartenientes de altísimo nivel a Kevin Durant, pero la tarántula de D.C. se bastó solita en un encuentro en el que su compañero, renqueante, hasta le lastró. Fue la noche y el día. Harden, con 1/10 en tiros pese a jugar 46 minutazos y con el riesgo físico que eso supone en su lesión muscular; Durant, con 49 puntos, 17 rebotes y 10 asistencias para convertirse en el único jugador que ha logrado algo así a esas alturas de temporada en toda la historia.
Nash y Budenholzer jugaron a una rotación cortísima y dejaron de lado el superlativo fondo de armario que tienen. Antetokounmpo volvió a estar a un buen nivel, pero nada comparable con lo que hizo Durant. Para los restos. El alero titular de los Nets se vio apoyado en buena medida por otro de los tocados en lo físico, Jeff Green (27), y por el encargado de defender al griego en primera instancia, Blake Griffin (17). Tareas varias aderezadas por los puñales que K.D. lanzaba hacia el aro, que dejan herido de muerte a los Bucks para el sexto encuentro.
Tuvieron, sin embargo, que hacer un esfuerzo ímprobo los de Brooklyn en la segunda mitad. Se les había escapado el tren en el que iban los de Milwaukee y tuvieron que correr mucho para alcanzarlo. En el último cuarto apretaron las tuercas en defensa para dejarles en 21, la peor anotación de los cuatro periodos, y se impusieron con 114-108 remontada mediante como marcador final de la velada.
La defensa le funcionó a los Bucks en la primera parte. Pasado medio cuarto los Nets sólo habían logrado 6 puntos y serían sólo 15 al término de éste. En ataque alargaban las posesiones para encontrar la mejor opción, como la superioridad física de Anteto en la pintura, un buen encaje de altura de Lopez por dentro o las salidas del bloqueo de Bryn Forbes. Durant, asumiendo ya tiros de más al ver que los otros no podían. En el inicio del segundo cuarto, con un triple de Khris Middleton (25) en un error de comunicación para marcarle, llegó el 15-32 y los 17 de ventaja, la que sería la máxima para los visitantes. Más tarde daría comienzo un verdadero recital por parte de Durant, que fue el absoluto protagonista del partido, pero a destacar también la idea del cuerpo técnico de los Nets de juntar en cancha a Green y Griffin, que son un perfil calcado, al ver que ni Jordan ni Claxton son opción en la pintura: nexo ganador.
Tucker, que venía con la emoción en todo lo alto tras el cuarto partido, vio cómo Durant le vacunaba y con doble dosis. Uno de los anotadores más letales de la NBA, algo infravalorado durante los últimos años, sacó todo, también la capacidad de ceder el balón cuando se veía atrapado, para poner en marcha la remontada de los Nets y dispararse hasta los cielos. Falló sólo 7 tiros de los 23 que intentó y disputó los 48 minutos. Sobrehumano.
Al volver del descanso, con el tercer cuarto en marcha, la diferencia se mantenía. 16 era en ese tramo. Green, con un par de tiros y un tapón a Connauhgton, fue el que espoleó definitivamente al público y a sus compañeros para creer que podían ganar. Al acabar la tercera manga, ya con el Barclays Center metido en la pista, la remontada era imparable. Sólo quedaba ver dónde quedaban los números de Durant y si habría una segunda respuesta de los Bucks, pero el conjunto dirigido por Mike Budenholzer volvió a demostrar una vez más sus carencias en los momentos importantes y vio a los Nets, y sobre todo a un Kevin Durant en el pico más alto de su excelencia, demostrar por qué estamos al candidato principal al título por el lado de la Conferencia Este. Durant resolvió cuando, décimas antes de que sonara la bocina de fin de posesión, metió un triple central ante Middleton que les ponía en ventaja de cuatro a falta de 50 segundos, con la única pena de fallar un tiro libre después y no llegar a 50 para hacerlo todo más redondo; como para pedirle algo más.