El año maldito de Serge Ibaka
Llegó a los Clippers como fichaje estratégico pero una lesión de espalda le paró en seco en marzo y le ha obligado a pasar por el quirófano. Tiene una player option para el próximo curso.
Este debería haber sido el año de Ibaka, una temporada propicia, de aspiraciones máximas y en una situación envidiable. Pero ha acabado en pesadilla para el pívot español de origen congoleño. Un cierre consumado por la operación a la que se sometió el jueves por unos persistentes problemas de espalda que le habían dejado fuera de la rotación de los Clippers: si jugaba, lo hacía absolutamente mermado por el dolor. Así que no jugaba. Su presencia en los Juegos Olímpicos con España estaba virtualmente ya descartada, toda vez que el quirófano parecía obligatorio en cuanto deshojara la margarita respecto a sus opciones de ayudar a su equipo en estos playoffs. Finalmente, nulas.
Ibaka cierra la temporada con solo 18 minutos totales en playoffs, repartidos en dos partidos contra los Mavericks, en primera ronda, en los que dejó muestra absolutamente visible de su precario estado físico (promedió 5 puntos y 2 rebotes). Arrancó el curso como titular, jugó así 39 partidos y cayó el 15 de marzo, fulminado por la espalda. Aunque en su momento no se pintó como grave su percance, las semanas de baja se acumularon y se apilaron hasta llegar a los dos meses. Regresó para los dos últimos partidos de regular season y los dos citados de playoffs. Y se acabó.
Sus promedios de temporada han sido estos: 23,3 minutos (el mínimo desde que era rookie), 11,1 puntos (mínimo desde 2012), 6,7 rebotes y 1,1 tapones. Con 31 años, que serán 32 cuando comience la próxima temporada, tiene una player option de 9,7 millones de dólares que no sería en absoluto extraño que ejecute. Se garantizaría un buen contrato y la oportunidad de jugar un año a buen nivel (y sano) para firmar en el verano de 2022 un último gran (o muy buen, al menos) contrato. La agencia libre no abrirá hasta el 6 de agosto y sus designios siempre son difíciles de predecir. Kawhi Leonard, amigo de Ibaka, firmará en teoría un nuevo contrato con los Clippers. Pero su situación, si es que cambia, sería otra variable que podría afectar al futuro NBA de Ibaka. Que pasa, en primer lugar, por recuperarse.
El curso es especialmente frustrante porque Ibaka era un objetivo premium en el mercado previo a la temporada. Sin grandes agentes libres en el mercado, su cierre de contrato con los Raptors era estratégico. Su perfil, relanzado como interior moderno a las órdenes de Nick Nurse y con pedigrí ya de campeón en los Raptors (2019), era valiosísimo, uno de esos movimientos que pueden reforzar de forma decisiva algún roster en busca de complementos óptimos (y por el precio adecuado) para sus estrellas. Había tres interesados: los Nets, de su excompañero Kevin Durant (luego llegaría otro que jugó con él, James Harden), los Lakers (en menor medida) y los Clippers. Optó por los angelinos: dos años y 19 millones, player option en el segundo y una posibilidad deportiva fantástica tras promediar en la pasada campaña, con los Raptors, más de 15 puntos por partido con un valiosísimo 38,5% en triples.
Ibaka era un movimiento clave para los Clippers, escaldados tras su desastre de la burbuja, donde los Nuggets les remontaron un 3-1 en segunda ronda. Sin pisar una final de Conferencia todavía en toda su historia, otra decepción era intolerable en L.A. Y se cambió de rumbo. No solo salió Doc Rivers y llegó Ty Lue al banquillo, sino que se optó por una plantilla teóricamente menos profunda y con menos lustre pero con más fuerza competitiva. Ibaka era el nuevo guardaespaldas de Kawhi y Paul George, el interior polivalente y ágil que daría la consistencia interior que había faltado en Florida sin tener que recurrir a quintetos demasiado aparatosos; y sumaba un buen tirador para aprovechar la atención que acaparan las dos estrellas. Competitividad, músculo y un perfil exacto para un rol que necesitaban con desesperación los Clippers. La oportunidad era perfecta e Ibaka tenía que marcar (en su área de influencia) diferencias, un plus definitivo, en playoffs. Pero no ha podido ser.
Si las cosas acaban mal, los Clippers se verán en problemas si es que quieren cambiar drásticamente. A la espera de lo que haga Kawhi, del que se cree que no saldrá del equipo y se comprometerá a largo plazo como hizo Paul George antes del inicio de temporada (cuatro años extra y otros 190 millones), Ibaka podría optar por aceptar los 9,5 millones de player option y también se dio mucho dinero a Marcus Morris (15,6 millones la próxima campaña, más de 33 las dos siguientes) y Luke Kennard (12,7 la próxima, más de 28 garantizados las dos siguientes) mientras que saldrán al mercado dos jugadores muy importantes en la rotación de playoffs: Reggie Jackson y Nico Batum.