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El calvario inesperado de Doncic

El esloveno se hunde desde la línea de personal mientras los Clippers aprovechan las deficiencias de los Mavs: defensa de poco nivel y una segunda estrella que no responde.

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El calvario inesperado de Doncic
Kevin Jairaj USA TODAY Sports

Está hecho, los Mavericks están acabados”. Lo decía, casi a gritos, Charles Barkley (de profesión, bocazas) en TNT. “Los Mavs no van a ganar más partidos en esta eliminatoria”, remató el legendario exjugador, que tiende tanto a la exageración y a tirarse a cada piscina que se encuentra, la tv es un show, que es conocido por sus gafes y predicciones que acaban resultando hilarantes. Eso, para algunos, da esperanzas a los Mavericks. Y, bueno, a algo se tienen que agarrar los Mavericks, claro…

En un puñado de días, los texanos han pasado de sensación a desastre, incapaces de capitalizar en su pista el 0-2 con el que salieron de Los Ángeles (2-2 ahora) frente a unos Clippers que, desde luego, han respondido a lo grande. Desde el pozo, con los fantasmas de la burbuja y la opinión pública cebándose con ellos, han sacado la cabeza desde que perdían por 19 en el arranque del tercer partido. De ahí a su resurrección, su exhibición en el cuarto y, otra vez, todo en su mano para estar en semifinales del Oeste. Estamos ante una miniserie a tres partidos, con ventaja de campo para los Clippers y la inercia absolutamente bajo control, otra vez, de los de Tyronn Lue. Luka Doncic, para colmo, tiene problemas físicos (muy evidentes en el cuarto partido), un malestar en los nervios del cuello que responde al exceso de responsabilidad al que le obligan (los playoffs no son la regular season) las limitaciones de su equipo.

Los Mavericks son un buen equipo, pero no un grandísimo equipo. Necesitan una percusión ofensiva constante (en los tres primeros partidos sumaron al menos 17 triples con al menos un 47% de acierto) porque su defensa no es fiable. Tiene momentos, pero no es lo suficientemente buena cuando llegan las eliminatorias y asoman los mejores equipos de la NBA. Y los Clippers están en ese lote, con números que se disparan en cuanto se busca la combinación correcta: +18,1 de net rating en regular season en los partidos en los que jugó Kawhi Leonard. Con el alero y Paul George juntos (solo 1.028 minutos), percentil 99 para el ataque y 94 para la defensa. +17,2 de net rating, demoledor. Y ahora están los dos, que pasan de 40 minutos por noche cada uno. Y los Mavs los están sufriendo a base de bien.

Porque las grandes cuestiones se están acentuando según avanzan los partidos: la defensa es débil y Kristaps Porzingis no es una segunda estrella fiable. La 22ª peor de la regular season, especialmente horrible cuando la COVID hizo estragos, la protección atrás no ha crecido como esperaba Carlisle para esta temporada. Era un objetivo esencial del curso. Durante tramos del último partido, los Clippers ni siquiera ejecutaban bloqueos, simplemente abrían la pista y dejaban que Kawhi y George tostaran a sus defensores. Sin más. Casi baloncesto callejero. Los Mavs necesitan a Tim Hardaway Jr en el quinteto para ser elite en ataque y necesitan ser elite en ataque para ganar partidos como estos. Pero el alero no aporta en defensa. Tampoco es la especialidad de Doncic, y Porzingis se ha hundido también como defensor desde sus últimas lesiones de rodilla. Kleber y sobre todo Finney-Smith son buenos en ese apartado, pero no de elite. Así que los Mavs juegan con tres defensores discretos o directamente malos y dos apañados. Mala fórmula. La llegada de Richardson no ha sido el factor esperado e, implicó, para colmo, la (ya cuestionada cuando se produjo) salida de Seth Curry.

Porzingis promedia en la serie 15,3 puntos y 4 rebotes. Un desastre. Su defensa es desesperante y en ataque no es capaz de castigar los quintetos pequeños de los Clippers. Una versión incisiva del letón sería determinante para obligar a jugar a contraestilo a unos Clippers ahora mismo comodísimos. Pero Porzingis no está y cada vez se le espera menos: si Doncic anota tras asistencia solo el 6% de sus puntos, George el 30% y Kawhi el 49%, Porzingis (teóricamente la cuarta estrella de la serie) necesita ser asistido en el 91% de su anotación. Es decir, no produce sus propias canastas. Es decir, no hace lo que hacen las estrellas. En defensa, los Mavericks ya eran 5,6 puntos porcentuales peores con él en pista durante la fase regular. Un dato brutal. Solo con Doncic en acción, el net rating era de +5,6. Solo con Porzingis, ya negativo (-0,7). Y con los dos, otra prueba de que la cosa entre ellos no va bien, -1,47. En su actual versión, Porzingis no tiene agilidad para defender por fuera ni explosividad para cerrar el aro: los Clippers (Lue ha encontrado ahí una vía de agua decisiva) lanzan el 31% de sus tiros cerca del aro y anotan el 73% de ellos. Eso son números de game over.

Para colmo, los problemas en el cuello de Doncic, que asomaron en el tercer partido y fueron muy visibles en el cuarto, oscurecen todavía más el panorama. El esloveno, incluso con su mala última noche, promedia en la serie 33,3 puntos, 8 rebotes y 8,3 asistencias. Es casi imposible pedirle más… salvo en un apartado. Uno increíble: los tiros libres. Parece mentira, pero el esloveno está sufriendo muchísimo desde la línea de personal, una agonía evidenciada por su 0/5 en el cuarto partido, un dato horrendo que pone el total de la serie en 13/32. Eso es un injustificable 40,6%. Peor que su estadística (40,9%) en triples.

Ya en los playoffs 2020 Doncic estuvo muy flojo en la línea de personal: 42/64, 65,6%. Es, en total, un 57,3% en sus primeros 10 partidos de playoffs. Algo impropio y que exacerba unos números que no son malos pero tampoco brillantes en regular season: 73,5%. Válido… pero poco para un jugador como él. Shaquille O’Neal, cuyos problemas desde la línea de tiros libres eran legendarios, acabó su carrera en playoffs en el 50%. Mejor que Doncic en esta serie contra los Clippers. Dwight Howard, otro negado de leyenda, está en un 54% en las eliminatorias por el título. La comparación con estos pívots es anecdótica, pero da una medida del nivel de problema que tiene ahora mismo Doncic con una disciplina que debería darle muchos puntos gratis y en la que empieza a mostrar un peligroso atasco psicológico. No es, en todo caso, el mayor de los problemas ahora mismo de unos Mavericks que mañana (04:00 de la noche del miércoles al jueves) se juegan mucho en L.A. Media temporada, o más.