Westbrook y un récord imposible
El jugador de los Wizards acumula 14 triples-dobles en 16 partidos y se sitúa a siete de la marca histórica, ostentada por el legendario Oscar Robertson.
En Oklahoma, Russell fue Westbrook, en toda su esencia. El del MVP de 2017, cuando vestía la camiseta de los, hoy, contrincantes. Al inicio del segundo cuarto, carrera y salto explosivo para salvar la pelota, que iba a salir fuera. En la misma jugada, ya colocado en la esquina, recepción y tiro para finiquitar la acción con un triple. Explosividad, fuerza, carácter... pero también calidad. Hoy en los Wizards. En la memoria, ayer en los Thunder. "Ha sido muy diferente. Venir aquí, que esté todo tan silencioso...", declaró el base tras el encuentro. Once campañas al máximo nivel, prácticamente desde el primer día, en las que se empezó a forjar la leyenda del triple-doble. La que hoy continúa. Penetración tras penetración, salto tras salto y entre alley oops y pases al hombre liberado, en la ciudad donde se quedó a metros de la gloria, Westbrook firmó su 28º triple-doble de la temporada. El cuarto de forma seguida y el 14º en 16 partidos. Y también dejó cosas de Westrbook. Tras patear la pelota cuando ya estaba fuera, se ganó una técnica. "No, no estaba frustrado. ¿Por qué me iba a sentir frustrado si íbamos ganando de 12? No. No estaba frustrado. Solo estoy haciendo cosas de Russell '', añadió ante los medios. En todo su esplendor.
A lo largo de los años, Russell ha tenido que lidiar con la inmisericorde opinión pública como casi nadie. Tan imprevisible dentro de la pista como fuera, y tan capaz de situarse en un extremo como en el otro. Un jugador pasional, como los de antes, que se camufla a la perfección en la nueva era del baloncesto; la misma que ha contribuido a cambiar. Si Stephen Curry, entre los muchos que le han acompañado, ha sido el adalid del triple; Westbrook lo ha sido del triple-doble. Para bien o para mal, allá cada uno, jugadores que cambian la historia de un deporte en lo más hondo del mismo. No se habla aquí de ganar más o menos campeonatos, ni de meter más o menos puntos; sino de impregnar toda una disciplina con la esencia propia. Hace poco más de una década, no se lanzaba ni la infinitésima parte de los triples de hoy; en el mismo tiempo, la frecuencia con la que se produce un triple-doble ha aumentado un 700%. Un libro con autores. Hasta que lleguen otros que marquen una nueva tendencia, el baloncesto actual lleva un poco de muchos, pero también un mucho de Curry o Westbrook.
La explosión tiene fecha concreta: la temporada 2015-16. Con 18 triples-dobles, Russell firmaba, solamente, cinco menos de los que, entre todos los jugadores de la liga, habían logrado cuatro años antes. En la 2016-17, su primer curso promediando los dobles dígitos en puntos, asistencias y rebotes, ya no habría vuelta atrás: 42 para él, 22 para Harden y 13 para LeBron James. Desde entonces, la NBA acumula cinco años seguidos sumando, en total, más de 100. Y así, año tras año y de barbaridad en barbaridad, Westbrook se ha situado a las puertas de la historia. Con sus 37 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias frente a Oklahoma, ya está a solamente siete noches de empaches estadísticos de igualar a Oscar Robertoson, Mr. Triple-Double, apodo que ya comparten. 174 frente a 181, una deidad que parecía inalcanzable. Uno de esos récords que, cuando se registran, se esconden debajo de todos los demás, porque está destinado a acumular polvo. Si hace unas semanas parecía altamente improbable que Westbrook fuera a alcanzar a The Big O en el corto plazo, ahora ya parece una certeza. Él se ha empeñado en que sea así. No quiere esperar al próximo curso. En esta campaña, en la que promedia triples dígitos (21,9+11,1+10,9), acaba con triple-doble una de cada dos noches. Si quedan 13 jornadas y le faltan 7...
Los Wizards se mimetizan
En Washington, la temporada no ha sido sencilla, en todas las acepciones de la palabra. Complicada, pero también compleja. Lesiones, franquicia con más partidos aplazados por los protocolos sanitarios y de seguridad, etc. Era el año I post John Wall, que a pesar de los pocos partidos jugados seguía siendo alma, y la apuesta era tan decidida como atrevida: Russell como nueva pieza para compartir liderazgo con Bradley Beal. Y los resultados se han contagiado de él, con tramos para olvidar, pero con otros tan explosivos como el actual: siete victorias seguidas para estar relativamente cerca de los mejores. Ya en posiciones de play-in, algo que, en cierto momento, llegó a parecer una epopeya. "Ha sido fantástico desde el primer día. Ambos nos hemos aceptado. Ambos respetamos el juego del otro. Y siento que simplemente nos convierte en un mejor equipo. Continúa elevando a sus compañeros y se desafía a sí mismo", comentó Beal tras anotar 33 puntos frente a los Thunder. Entre él y Westbrook, 70. De ellos va a depender, prácticamente en su totalidad, el devenir de la franquicia en el tramo decisivo de la temporada. Una en la que, de forma reiterada, han resucitado contra todos y contra todo. Vida extra para los Wizards.