Los Wolves cambian de dueño: ¿seguirán en Minnesota?
Alex Rodríguez, tres veces MVP de la MLB y pareja de Jennifer López, será el próximo dueño de los Timberwolves junto al magnate Marc Lore.
Alex Rodríguez, tres veces MVP de la MLB, y pareja de Jennifer Lopez, será el próximo dueño de los Timberwolves junto con el magnate del comercio electrónico Marc Lore. Ambos están negociando la venta definitiva con el hasta ahora único dueño que ha tenido la franquicia en su historia, Glen Taylor. Rodríguez y Lore firmaron los documentos el pasado sábado y ahora tienen, según las informaciones, una ventana de negociación exclusiva de 30 días para tratar de cerrar un trato con Taylor. Si se completa, se pondrá fin a un reinado, el de Taylor, que ha durado 27 años. El plan de sucesión que se está discutiendo y se pediría a Rodríguez y Lore (amigos cercanos que irán al 50%) que se unan al grupo de propietarios de Taylor como socios limitados durante dos años y medio, momento en el que Taylor se haría a un lado de manera definitiva.
Para un equipo que languidece con el peor récord de la NBA, una sola aparición en los playoffs desde 2004 (la época de Kevin Garnett, que tiene una mala relación con Taylor, queda lejana) y ha visto la apatía establecida entre los aficionados, una nueva estructura de propiedad con Rodríguez y Lore en roles principales generaría una energía muy necesaria. También aportaría un sabor dinámico y diverso al establo de propietarios de la Liga, rociando una pizca de glamour en una franquicia que rara vez ha estado en el centro de atención.
¿Se moverá la franquicia de ciudad?
Taylor ha dicho que no hay planes de trasladar al equipo de Minnesota, que era una de sus principales prioridades en una búsqueda de un sucesor durante años. Sin embargo, no se garantiza este trato por escrito, por lo que podría pasar cualquier cosa. Lo que sí se sabe es que la venta rondará los 1.500 millones de dólares. En el próximo mes se discutirán los detalles más concretos de la negociación, mientras que la venta será paulatina y no tendrá lugar de un día para otro. Como ya se ha mencionado, la idea es que Taylor deje de ser el dueño de manera oficial dentro de dos años, por lo que sumaría casi 30 a los mandos de una franquicia joven en la NBA. Y también de uno de los mercados más pequeños que hay dentro de la competición norteamericana.
"Me gusta cómo piensan y cómo tratan a las personas y cómo piensan sobre el trabajo con la gente", ha dicho Taylor de los hombres a los que les va a vender la franquicia. "Me gusta que ambos sean personalidades muy, muy competitivas". Taylor ha tenido al equipo en el mercado varias veces a lo largo de los años, pero nunca ha sido capaz de dar edl paso para renunciar a una franquicia que compró en 1994 por 88 millones de dólares. Durante mucho tiempo ha convertido en una prioridad encontrar un grupo comprometido con mantener al equipo en Minnesota. Otra de sus preferencias ha sido traer nuevos socios en un rol limitado a corto plazo para que pueda servir como un mentor y ayudar a que la transición sea lo más fluida posible. Taylor se enorgullece de su experiencia en la cima de los Timberwolves y de las relaciones que ha cultivado a lo largo de los años en toda la Liga, incluso con otros propietarios y el comisionado Adam Silver. Su presencia continua ayudaría a Lore y Rodríguez a aclimatarse a una nueva Liga y una nueva aventura.
"Para mí, las probabilidades de que sucediera siempre fueron muy pequeñas", ha asegurado. “Entonces, de repente, surge que tengo un comprador y están muy interesados y pensando en el largo plazo y me darán algo de tiempo para entregarlo, darme algo de tiempo para mostrar lo que nuestra gente puede hacer, si les gustan o no. Son todas las cosas que son importantes para mí".
Este es sin duda un momento emotivo para Taylor, a quien le encanta ser el dueño de los Timberwolves. Salvó al equipo de mudarse a Nueva Orleans en 1994 cuando se abalanzó de la nada para comprar el equipo de los propietarios en dificultades Harvey Ratner y Marv Wolfenson y ve al equipo como una confianza pública, una especie de regalo de él a la comunidad del baloncesto. Quiere que ese regalo resista la prueba del tiempo mucho después de que él se haya ido.
A medida que se acerca a su 80 cumpleaños el 20 de abril, Taylor ha estado buscando un camino definitivo para la franquicia que tanto le importa. No hay nadie en su familia con planes de hacerse cargo del equipo, por lo que ha estado buscando un sucesor o sucesores jóvenes que, en su opinión, puedan hacerse cargo del equipo y de las personas involucradas y parece que por fin ha encontrado la solución definitiva.