Este es Russell Westbrook. Después de su asombrosa exhibición contra los Pacers (132-124 final) su entrenador, Scott Brooks, con el que tiene una larga relación desde los (felices) tiempos en OKC, dijo que el base “no es un jugador perfecto” pero también que no había visto nada igual en su vida en la NBA: “Y llevo en la Liga treinta años ya…”. Westbrook. Un imán para los debates más polarizados, un jugador siempre en el filo, entre la epopeya y el desastre, entre la desesperación y la iluminación. Westbrook, a veces un martillo indestructible y otras un niño frágil, entre la agresión y el dolor, jugó un partido descomunal, difícil de explicar, para conducir a un equipo sin Bradley Beal (baja por molestias en la cadera): 35 puntos, 14 rebotes, 21 asistencias.

Sin calorías vacías: los Wizars necesitaron exprimir cada gota de energía de Westbrook, que rozó los 40 minutos en pista y que propulsó una reacción feroz y más bien inesperada. Con 110-116 para los normalmente más funcionales Pacers a mitad de último cuarto, el partido se cerró con un parcial de 22-8 abierto con un 11-0 que se llevó por delante a un rival con más talento pero de tendencia pusilánime, fofa. Ni Domantas Sabonis (35 puntos, 11 rebotes, 6 asistencias), ni Malcolm Brodgon (26 puntos, 8 asistencias, 5/10 en triples) pudieron contener la sangría. Tampoco un Caris LeVert que acumula partidos de poca eficiencia en Indiana: 8+5+4, 3/14 en tiros.

Westbrook reventó a los Pacers, es difícil explicar el partido en otros términos más allá de los 26 puntos y 8 rebotes de Hachimura, los 12+8 de Avdija, los 15 puntos de Neto y el buen debut de Hutchison (18+5). Gafford estaba jugando otra vez buenos minutos en su nuevo equipo (11 puntos) cuando sufrió una fea lesión en una pierna. Y los Wizards quedan en 17-28, ahora el sexto peor equipo de la NBA, por el 21-24 de los Pacers, novenos de un Este flojo en el que los de la capital, a pesar de los pasares, están a dos partidos del play in.

Ahí mira Westbrook, a los playoffs, o eso se empeñó en repetir después de un partido monstruoso que ya es historia: ese 35+14+21 es algo nunca vista y solo dos leyendas como Magic Johnson y Oscar Robertson, y solo una vez cada uno, habían sumado hasta ahora triples-dobles con al menos 30 puntos y 20 asistencias. En los últimos cinco años, Westbrook ha llegado seis veces a 20 puntos y 20 asistencias, y todo el resto de la NBA, una (Chris Paul). Además, ya tiene el récord (16) de triples-dobles de los Wizards. Lo ha logrado en 38 partidos. Era de Darrell Walker (15), que jugó 284 entre 1987 y 1991. En el histórico de la Liga, ya está a solo 20 de Oscar Robertson (181 por 161). La cuestión no es si superará al mítico Big O… es ya solo si lo logrará en la presente temporada.