NBA | PELICANS 108 - NUGGETS 113
Los Nuggets sobreviven al mejor Zion Williamson (39+10+5)
Nikola Jokic supo frenar el efecto de Zion Williamson, que logró su máxima anotación en la NBA hasta ahora. Remontada en la segunda parte y victoria.
Los Nuggets, sin Hampton y Harris tras el traspaso y también sin haber recibido aún a Aaron Gordon, hicieron los deberes. Se pedía que Nikola Jokic no tuviera que dar la talla en exceso, que en un equipo tan coral alguien le echara una mano en ataque y sacara posesiones positivas sin que el serbio tuviera que hacerlo todo, y es que se han perdido varios partidos esta temporada por esa exclusiva razón, no por ninguna más. La pila está puesta. Por lo menos ante los Pelicans, que tenían por delante un doble duelo este fin de semana ante Nuggets y Mavericks, de los mejores de su conferencia, y lo han empezado malamente.
Salieron los jugadores. Y se juntaron varios. A falta de saber cómo se acoplará Gordon, ya queda claro que el cambio de Michael Porter (25) a titular ha surtido efecto. JaMychal Green no está aportando todo lo que se quisiera y el joven alero ha dado un pase adelante a la vera de Paul Millsap (16), también en positivo esta noche. Ese frente era vital para parar el efecto de Zion Williamson, que hizo lo que quiso pero sufrió lo que Jokic ha sufrido durante buena parte del año: soledad. Aportación escasa de los compañeros en su mejor noche en la NBA: 39 puntos (16/19 en tiros) más 10 rebotes y 5 asistencias. Zion es el jugador que más produce en la pintura cuando juega en ataque y esa ayuda en la zona de Denver ayudó a que sólo fuera lo hiciera muy bien y no sirviera para que, directamente, ganara el partido. Jamal Murray (23), por ejemplo, sí fue el complemento que Jokic necesitaba. De esto hablamos.
El cerrojo se puso tarde, pero se puso. Los Nuggets sufrieron en la primera mitad, también los arreones de la pareja de exteriores formada por Bledsoe y Alexander-Walker. Ya sin Redick el triple no era tal amenaza, pero los Pelicans anotaron con fluidez hasta que Denver despertó del letargo. Y Jokic salió aportando más en ataque en los momentos decisivos, que es cuando se le pide y se le tiene que utilizar con más razón, e influyó para que los visitantes remontaran en la segunda mitad y sumaran una victoria más, con la que siguen quintos.
Funcionaron los Pels por fuera en los primeros compases. Supieron jugar muy bien con Zion se experto en todo, moviendo el balón con eficacia y haciendo sufrir a quien Malone pusiera a defender, fuera Campazzo, Dozier y Nnaji o Jamal Murray. Todo cambiaría minutos después. Por dentro, sobre todo, ahí estaría la clave. Fue bonito ver el emparejamiento entre Williamson y Millsap, por la disparidad de estilos y porque los dos dieron el máximo, y también el de Adams y Jokic, pero aquí por el rendimiento que supo sacar el pívot europeo al oceánico.
Cuando restaban tres minutos para el final del tercer cuarto, y gracias a dos triples de Murray y Jokic, los Nuggets ya estaban por delante. A la espalda de Nikola quedó el peso de la responsabilidad y supo jugar con ella. Ya a falta de dos minutos, en el periodo decisivo que conceden los americanos a los cuartos de baloncesto, llegó el mejor. Primero con un palmeo, algo sencillo, pero en la siguiente jugada con un desborde en el poste bajo a Adams y luego salvando la ayuda. Jokic cerró el encuentro a lo grande, como él sabe, y lo metió al zurrón.