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NBA | MERCADO

Nuevo desastre de Boston, Denver emerge... Ganadores y perdedores del mercado NBA

El mercado se ha acabado y con él un momento decisivo que puede marcar lo que queda de temporada. Y, como siempre, hay equipos que han acabado ganando y otros que no.

El mercado se ha acabado y con él un momento decisivo que puede marcar lo que queda de temporada. Y, como siempre, hay equipos que han acabado ganando... y otros que no.

Se acabó el mercado. En una jornada marcada por la emoción, las constantes filtraciones de Adrian Wojnarowski y Shams Charania (cómo no) y los rumores, los equipos son, al margen de lo que pase con los buyouts, definitivos para lo que queda de temporada. Todo lo que no se ha hecho ahora ya no se va a poder hacer, y lo que sí se ha conseguido se debe rentabilizar, o bien que las cosas no salgan como se esperaba en un inicio y convertir un traspaso prometedor en un desastre de dimensiones épicas. Los matices grises también tienen cabida en esta ecuación, con movimientos que acaban sin ninguna conclusión o que, simplemente, están dirigidos a acabar con salarios incómodos, hacerte con rondas del draft y mirar al futuro con cierto optimismo. Para ver la luz también valen estos momentos, al igual que para reconstruir... algo que algunos saben hacer mejor que otros.

De una forma u otra, estos son los ganadores y los perdedores del mercado invernal de la NBA, uno que ha acabado con alguna que otra sorpresa, ligeros desastres y varios aciertos.

GANADORES

Pat Riley

El mandamás ejerce un año más como una de las mentes más brillantes de la historia de la mejor Liga del mundo. No quería deshacerse de Tyler Herro y renunció a las exigencias de unos Raptors que se han quedado sin nada, pero supo buscar (y encontrar) lo que necesitaba en Houston y hacerse con Victor Oladipo, un premio muy grande en una noche que parecía muy pequeña para ellos. Riley ha sabido aguantar unos días después de hacerse con Trevor Ariza de la misma manera que el año pasado se hizo con Andre Iguodala, y ahora ha formado un equipo que puede ser igual de competitivo o más que el año pasado, sobre todo tras recuperarse (de forma ligera, que no total) de las bajas iniciales potenciadas por el coronavirus. La eterna (y eternizada) figura del legendario personae baloncestístico sigue haciendo magia a los 76 años. Cualquiera diría que es inmortal. Desde luego, su leyenda lo es.

Rajon Rondo y los Clippers

El base necesitaba un lugar en el que encontrarse más cómodo y gozar de un protagonismo acorde a su talento. No lo tenía en Atlanta, donde se fue sin querer firmar el mínimo por los Lakers para embolsarse 15 millones en dos temporadas. Deportivamente, las cosas no han ido bien, con su versión tan soez de regular season, con un esfuerzo defensivo ínfimo, sin meter ni un solo tiro y con mucho tiempo de bote en ataque, algo que no funciona al lado (o en sustitución de) Trae Young. Los Clippers, desde que Kawhi Leonard y Paul George se unieron al proyecto, han echado en falta un distribuidor que les ha obligado a asumir mucho y ejercer una función que no es su favorita (ni su mayor virtud). Ahora lo tienen en Rondo, aunque se han quedado sin su favorito, Lonzo Ball. Nadie sabe por dónde puede salir el nuevo base angelino, que llega a Los Angeles tras ganar el anillo con los Lakers el año pasado. Eso sí, quizá juegue como en los pasados playoffs... y ahí ojo. Que puede dar miedo.

Denver Nuggets

Los ganadores del mercado. El fichaje de Aaron Gordon les da un buen defensor contra rivales directos como Kawhi Leonard y LeBron James, y un gran tirador exterior que además es fuerte, enérgico, corre al contraataque y funciona bien en los dos lados de la pista. Lo que han soltado (Gary Harris y Hampton) es menos que lo que han ganado. La salida de ambos jugadores deja a Facundo Campazzo con más minutos y una mayor seguridad. Además, los Nuggets han fichado a JaVale McGee, que vuelve a Colorado tras estar allí de 2012 a 2014. Salen reforzados, van al alza y pueden dar problemas a cualquiera. Que nadie se olvide de que el año pasado fueron finalistas de la Conferencia Oeste.

Chicago Bulls

Los Bulls buscaban un pívot y, al mismo tiempo, un jugador veterano que apoyara a una plantilla joven (Chicago tenía, hasta este movimiento, 25,1 años de media, el séptimo equipo más precoz de la NBA), con talento y prometedor que ha mejorado claramente este curso a las órdenes de Billy Donovan, pero que les falta un paso para convertirse en verdaderos aspirantes a los playoffs. Los Bulls están 19-24, en la décima posición de una Conferencia Este sumida en la locura y en puestos de play-in. Están a 1 partido de los Pacers (novenos) a 1,5 de los Celtics (octavos) y a 2,5 de unos Hawks en racha que ahora mismo ocupan la séptima posición. La llegada de Nikola Vucevic, que está en el mejor momento de su carrera a nivel individual (24,5 puntos, 11,8 rebotes y 3,8 asistencias por partido), fortalece el equipo y viene acompañada de la de Aminu, un sólido defensor que puede aportar en la segunda unidad.

PERDEDORES

Boston Celtics

Un año más, los Celtics se ven en las mismas. Nuevo desastre en el mercado, en el que se tienen que conformar con el fichaje de Evan Fournier a cambio de dos rondas del draft, una buena operación que sabe a poco si tenemos en cuenta que el plato grande era un Aaron Gordon que ha acabado en Colorado. Dany Ainge se ha vuelto a quedar sin nada mientras ya es casi una voz al unísono el cuestionamiento de su figura. Al final, los Celtics van octavos del Este, están en una situación crítica y apenas han mejorado el equipo. Eso sí, continuan con una ristra de intocables que no cambia. Así les va, dirán algunos. Pero ojo, que son los Celtics y con ellos nunca se sabe.

Houston Rockets

Una de las cosas que nadie entiende es qué pasa con los Rockets. Han sufrido uno de los desplomes más gordos de la historia en solo unos meses, con las salidas de Mike D'Antoni del banquillo y Daryl Morey de los despachos como primera piedra en el camino. Sin embargo, han traspasado a jugadores de la talla de James Harden y Russell Westbrook, además de otros de menor nivel como P.J Tucker, sin conseguir un gran premio. Con la franquicia sumida en una de las crisis estructurales y deporticas más grandes de su historia reciente (con 20 derrotas consecutivas incluidas sin que nada haya podido hacer el entrenador rookie, Stephen Silas), no parece que la decisión de Tim Ferttita, el dueño, de traspasar a Oladipo por dos jugadores aprovechables para un candidato, pero menores para salir de un bache de semejantes proporciones, haya sido la mejor. Toca hacer reflexión y hacer algo más que ahorrar dinero para reconstruir un equipo que, recordemos, estuvo muy cerca de pisar las Finales en 2018, hace tan solo tres años. Estamos hablando de un hundimiento antológico, sin duda.

¿Y qué pasa con los Raptors?

¿Son ganadores o perdedores? Apunta más a lo segundo. Se han deshecho de Norman Powell como pretendían, mandándolo a los Blazers, pero se han comido a Kyle Lowry. Las altas exigencias que han hecho a Lakers y Heat les ha impedido traspasarlo; los primeros hacían una buena oferta, pero en ella estaban incluido KCP y Schröder, que acaban contrato al final de la temporada. Toronto quería jugadores jóvenes o rondas del draft, pero ninguno de esos equipos se lo podía ofrecer. Ahora, la franquicia canadiense se queda con un Lowry que tiene 35 años (cumplidos el día del cierre del deadline, por cierto) y acaba contrato a final de temporada. Podrá renovar con los Raptors por el mínimo... pero habrán desaprovechado la oportunidad de sacar algo con él.