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NCAA | MARCH MADNESS 2021

"Esto es una basura": la desigualdad de género, polémica en el March Madness

Las diferencias entre las instalaciones para los equipos masculinos y femeninos enfada a las deportistas y la NCAA promete mejorar la situación.

Joey powers (right) and Kathleen Martinus take pictures in front of a March Madness sign during the first round of the 2021 NCAA Tournament on Thursday, March 18, 2021, at Mackey Arena in West Lafayette, Ind.   Mandatory Credit: Robert Scheer/IndyStar via USA TODAY Sports
Robert ScheerUSA TODAY Sports

La locura universitaria ya está aquí. Después de un año en blanco, en el que la pandemia mundial del coronavirus se interpuso, el March Madness vuelve a ser una realidad. Con el First Four decidido, ya son 68 los equipos del bracket, sinónimo de apuestas y de espectáculo mayúsculo. En Indiana, pero también en Texas, donde se disputará su edición femenina y donde se ha desatado la primera polémica de la competición. La diferencia entre las instalaciones de entrenamiento masculinas y femeninas ha sido el detonante. Unas, con abundante equipamiento de primer nivel; las otras, con apenas un par de máquinas de trabajo. Las comparativas entre un caso y el otro no han tardado en aparecer, copando las redes sociales y haciendo que muchas voces autorizadas de la propia NBA reclamen una mayor igualdad.

"Sala de pesas para las mujeres y sala de pesas para los hombres... pensé que esto era una broma. ¿Qué es esto? A todas las mujeres que disputan el March Madness, ¡no dejéis de luchar!", escribe Sabrina Ionescu en su perfil de Twitter, junto a una foto donde se observan las manifiestas diferencias. La jugadora, ahora en el New York Liberty de la Women's National Basketball Association (WNBA), es una de las principales figuras del baloncesto femenino estadounidense. En su época universitaria, muy reciente (23 años), atrajo un foco mediático inédito hasta el momento y, como ha hecho en múltiples ocasiones, lo ha utilizado para respaldar a sus compañeras. Junto a ella, A'ja Wilson, también jugadora de la WNBA, o Kelsey Plum, internacional con EE. UU.

Ante el revuelo, la NCAA ha reaccionado. A través de un comunicado oficial, ha reconocido las diferencias y se ha comprometido a minimizarlas durante los próximos días: "Reconocemos que algunos de los servicios a los que los equipos normalmente tendrían acceso no estaban disponibles dentro del entorno controlado. En parte, esto se debe al espacio limitado y el plan original era ampliar el área de entrenamiento una vez que hubiera espacio adicional disponible más adelante en el torneo. Sin embargo, queremos responder a las necesidades de nuestros equipos participantes, y estamos trabajando activamente para mejorar los recursos existentes en los pabellones de práctica, incluido el equipo adicional de entrenamiento con pesas ". Su respuesta, sin embargo, se ha percibido como insuficiente. La "falta de espacio", especialmente, se ha interpretado como una excusa que no ha tardado en ser nuevamente replicada.

Sedona Price, jugadora de Oregon Ducks, ha mostrado desde dentro, a través de un vídeo, lo denunciado por Ioenscu. "Voy a enseñaros una cosa. El NCAA March Madness es el torneo universitario más importante de baloncesto femenino", empieza diciendo en su grabación. Tras intercalar imágenes de las máquinas masculinas y femeninas, añade un plano del espacio disponible en sus instalaciones, prácticamente vacías, haciendo hincapié en ellas: "La NCAA ha salido con un comunicado diciendo que el problema no es el dinero, que es el espacio". "Si aquí no ves ningún problema es porque no lo estás viviendo", concluye.

Jugadores como JA Morant (Memphis Grizzlies), CJ McCollum (Porland Trail Blazers) o Sthepen Curry (Golden State Warriors) se han unido al grito. "Qué falta de respeto. Venga, hombre", "esto es una basura, tienen que hacerlo mejor", "venga, esto es alucinante", se puede leer en sus perfiles de redes sociales. Y es que el trato distinto según el género llega hasta tal punto que afecta, incluso, a las comidas. Así lo ha hecho saber la periodista Sarah Spain, de la ESPN, que ha compartido una foto en su página personal de Twitter sumándose a la denuncia y a la ironía como castigo: "¿Tampoco hay espacio para los distintos tipos de comida?", pregunta.

Doce pistas de entrenamiento contra dos bicicletas

A lo largo del día, la evidencia no ha hecho otra cosa que crecer. Chantel Jennings, periodista de The Athletic, ha cifrado de forma exacta las herramientas de entrenamiento a las que tienen acceso las deportistas. Entre ellas, dos bicicletas estáticas, una cinta de correr, diez esterillas, dos juegos de mancuernas o cinco bancos ajustables. Diferencias más que notables respecto a las 12 pistas de entrenamiento y las seis salas de pesas de tamaño estándar a disposición de los equipos masculinos. Una comparación que se sigue agrandando cuando se habla de material complementario, como suplementación alimenticia o ropa de entrenamiento.

Tal y como se deduce del propio comunicado de la NCAA, y como después se ha ido concretando, la intención de la liga era agrandar las posibilidades para los equipos femeninos a partir del Sweet 16 (octavos de final), cuando, además, se permitirá la entrada de público a los partidos (17%). Ante la polémica desatada, será mucho antes. El torneo arrancará el próximo domingo, cuenta con 64 equipos y acabará con la Final Four, del 2 al 4 de abril. Se disputará en su totalidad en el área de San Antonio, con partidos en seis canchas de cinco pabellones en San Marcos, Austin y San Antonio y, si la organización cumple con su palabra, en mejores condiciones que las actuales.