Westbrook y Beal, de videojuego, someten a los Jazz
Los Wizards pasan por encima de los Jazz con un triple-doble de Westbrook y 43 puntos de Beal, una nueva actuación con números de videojuego.
Los Wizards parecen un equipo de Play Station. Y no porque ganen partidos, algo que les está costando mucho este año a pesar de la espectacular racha que tuvieron antes del All Star, cuando incluso parecía que tenían opciones de playoffs. Ahora están a cinco victorias y han ganado su primer encuentro después del parón, que les hundió cuando mejor estaban y les dejó tiritando. Llevaban cinco derrotas consecutivas antes de encontrarse con los Jazz, casi el rival más difícil de la racha, al que se han impuesto en Washington con dos actuaciones estelares de, una vez más, Russell Westbrook y Bradley Beal, que quieren romper todos los récords estadísticos a pesar de ver, ahora sí, increíblemente lejos unos playoffs a los que tienen más difícil que nunca acceder, algo que solo harán salvo sorpresa y remontada histórica; y no por la distancia a la que se encuentran del octavo puesto, más bien porque tienen por delante a cuatro equipos, más los que están inmersos en la lucha por el la clasificación y que entran y salen constantemente de esos puestos.
El equipo que dirige Scott Brooks anotó más de 30 puntos en todos los cuartos, algo típico como anotadores prolíficos que necesitan una mansalva de juego ofensivo para llevarse un encuentro al no ejercer, claro, ningún esfuerzo en defensa. Y los números, atención, fueron de otro mundo: Westbrook se fue a 35 puntos, 15 rebotes y 13 asistencias, con 12 de 23 en tiros de campo, 2 de 5 en triples y 9 de 11 en tiros libres. Perdió 5 balones, pero su equipo sumó un +10 con él en pista, una noticia casi inédita si tenemos en cuenta su fama para restar más que para sumar. Es, por cierto, el triple-doble número 13 de Westbrook esta temporada y el tercero que consigue en los últimos cuatro partidos, además de haber repartido 10 o más asistencias en siete de los últimos ocho. En el caso de Beal, la exhibición fue, de nuevo, anotadora: 43 puntos (y 5 asistencias), con 6 de 24 en tiros (tremendo) y 4 de 6 en triples, más 7 de 8 en tiros libres.
En el otro lado del dúo dinámico, los Jazz ya no parecen ni a los Spurs de 2014 ni a los Warriors de 2016. Como tocados por una varita, parecían inmortales en esa espectacular racha en la que nada ni nadie podía pararles. Ahora, se han quedado sin esa dosis de magia de la que antes hacían gana y es un equipo vulnerable, que sigue manteniendo el liderato de la Conferencia Oeste pero ven a 1,5 partidos a unos Lakers que están segundos tras aprovechar las derrota de los de Quin Snyder, la de los Suns y, una jornada antes, la de los Clippers. Donovan Mitchell se apuntó al festival anotador de Beal y le miró a la cara en un enfrentamiento de altura: 42 puntos, 4 rebotes y 6 asistencias, con 16 de 30 en tiros de campo y 4 de 12 en triples, además de 6 de 7 en tiros libres. El problema para Utah es que ahora necesitan de una exhibición individual para ganar y no le vale con el excelente juego colectivo que practicaban en su espectacular racha. Un síntoma más de que la magia se ha acabado. Lo que no sabemos, es si volverá.
Los Wizards tendrán que volver a hacer una racha espectacular si quieren obrar el milagro de los playoffs. De momento, se conformarán con ser uno de los mejores equipos de la competición, con tener a Beal de máximo anotador y con que Westbrook siga remontando a Oscar Robertson en la lista de triples-dobles históricos, que a buen seguro liderará en un futuro no excesivamente lejano. En el caso de los Jazz, tendrán que recuperar su juego si no quieren sustos en el primer puesto de la Conferencia más dura, pero más allá de esa posición, el objetivo son unas sensaciones que han desaparecido y que, siendo tan impresionantes, serán difíciles de recuperar. Ya lo dijimos: los Jazz necesitan jugar perfecto, como lo estaban haciendo, si de verdad quieren tener el derecho a ser considerados aspirantes al título. Pero, en el momento en el que bajen el 10%, van a tener muy difícil imponerse en una serie a siete partidos contra Lakers o Clippers (que sí pueden permitirse el lujo de no usar toda su capacidad), o incluso Suns, con más talento bruto. Ahí estará la clave para ellos. Y para todos los demás, claro.