Utah somete al campeón: paliza, exhibición, y... ¿crisis angelina?
Los angelinos solo aguantaron 12 minutos y suman, ante el mejor equipo de la NBA, su cuarta derrota consecutiva. La crisis del campeón se agrava.
Habría sido bastante impresionante que los Lakers, tras caer ante los Wizards y venid de una racha de tres derrotas consecutivas, hubiera inmutado siquiera a los Jazz. El mejor equipo de la NBA desafiaba al actual campeón desde una posición de superioridad que pocas veces han tenido a lo largo de su historia, una que les permite mirar merecidamente a todos desde arriba y exhibirse como lo han hecho ante unos Lakers que no han podido ni sembrar ciertas dudas. El partido solo tuvo dos cambios de liderato y tres empates y los angelinos resistieron las embestidas locales durante los primeros 12 minutos antes de ceder al poderío ofensivo y defensivo del equipo de Quin Snyder, que entre el segundo y el tercer cuarto tuvo un parcial favorable de 66-41, un +25 que sería con la ventaja con la que finalizaría el partido. Los Lakers pronto bajaron los brazos en una misión que, para ellos y en estos momentos, era imposible, y cedieron ante el raudal de una franquicia que convirtió un espectacular 22 de 48 en triples (más del 45%), atrapó 53 rebotes por 45 de sus rivales y repartió 11 asistencias más que ellos. Al lado de los líderes de la NBA, los de Frank Vogel parecieron un equipo estéril, sin alma ni convicción, una racha de la que tendrán que salir antes o después si no quieren tener sustos no deseados en una Conferencia Oeste en la que los Suns (de momento solo ellos) les pisan los talones.
Una racha de tres triples consecutivos, convertida por Jordan Clarkson (que lleva 58 partidos seguidos anotando, al menos, un triple), Royce O'Neal y Mike Conley, ponía a los Jazz 10 arriba a inicios del segundo periodo (35-25). A partir de ahí, Utah fue para delante sin pudor y los Lakers no pudieron hacer nada: en el segundo cuarto, recibieron un 8 de 11 en triples del equipo de Salt Lake City, además de perder 5 balones (14 en total). Tras el descanso, Vogel hizo ajustes y defendió mejor el lanzamiento exterior (2 de 11), pero los Jazz hicieron gala de su mejor cara defensiva y aprovecharon una crisis espectacular de los angelinos para escaparse definitivamente en el marcador. Los visitantes anotaron, en el tercer cuarto, 17 puntos... con 5 de 21 en tiros de campo y 1 de 13 en triples. Es más, solo LeBron James, Markieff Morris y Montrezl Harrell anotaron en ese periodo, casi más bochornoso que el anterior. Antes de entrar a los últimos 12 minutos, los JAzz ya tenían el partido sentenciado.
LeBron James estuvo, de nuevo, muy solo en el ataque angelino: 19 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias, pero 4 pérdidas, 1 de 5 en triples y un -20 con él en pista. La estrella ya ha dado muestras de fatiga durante los últimos partidos y no aguanta todo el peso del equipo sin Anthony Davis, que seguirá en el dique seco, al menos, hasta después del All Star. Solo Morris, y Harrell, curiosamente los otros dos jugadores que anotaron en el tercer cuarto, pasaron de la decena de puntos, con 12 y 16 respectivamente. En el resto, nada: 3 de 12 en tiros de campo para Talen Horton-Tucker, 1 de 5 para un Kentavious Caldwell-Pope que ha pasado de ser uno de los mejores escoltas tiradores de la competición a una sombra, 2 de 5 para un desaparecido Kyle Kuzma, 1 de 8 para Alex Caruso, 8 de 33 en triples, solo un 40% en tiros de campo... en definitiva, una perspectiva nada halagüeña en la que es la cuarta derrota consecutiva de los Lakers, la quinta en seis partidos, una crisis en el juego que se alarga más todavía (las prórrogas contra los Thunder y compañía) y un nivel muy alejado de los mejores equipos de la competición, como han demostrado sobradamente los Jazz. Y tiempo para mejorar, claro. Es más, alguno se ha acordado de que el año pasado también hubo una racha de cuatro encuentros perdidos consecutivamente... y los Lakers ganaron el anillo. Ahí queda eso.
¿Y los Jazz? Pues a lo suyo: 22 victorias en los últimos 24 partidos con una derrota reciente ante los Clippers que refuerza al hermano malo de Los Angeles, uno que empieza a estar peligrosamente por encima del bueno. El resto, todo partidos ganados para los de Quin Snyder, que será el entrenador de un All Star en el que estarán Donovan Mitchell y Rudy Gobert, pero no Mike Conley (un dato para los amantes de la polémica). Ante los Lakers, hubo hasta seis jugadores por encima de la decena de puntos, un 18+9 de Gobert y un Mitchell (13+10+8) que hizo un poco de todo, al igual que Conley (14+8+8). Aportación del banquillo, tiro indiscriminado de tres y numerosas comparaciones con los Spurs que ganaron el anillo en 2014 y los Warriors que hicieron lo propio en 2015. Desde luego, palabras mayores, aunque queda claro que Utah ha mostrado legítimamente su candidatura y gobierna con puño de hierro la Conferencia Oeste mientras espera pacientemente la parte final de la temporada, esa en la que demostraran si lo que están haciendo es un mero espejismo o se ajusta a la realidad. Ya veremos. De momento, paliza al campeón.