Entre buena y mala suerte, lesiones propias y de los rivales y cosas del calendario que van afectando a todos, después de 28 partidos ya se puede decir que la situación de los Nuggets no es precisamente la ideal. El finalista del Oeste la temporada pasada ha perdido 13 veces (15-13) y es séptimo de Conferencia. Y, sobre todo (y eso es lo peor), no parece mejor que la temporada pasada. Nikola Jokic (esta vez 33 puntos, 7 rebotes, 9 asistencias) sí es mejor. Pero el equipo no. Peor en defensa, con menos profundidad, con más diferencia entre Jokic y Jamal Murray y los demás… Mala cosa.

Después de una buena racha culminada con el triunfo ante los Lakers (el día de la lesión de Anthony Davis), los Nuggets se han llevado sus miserias de gira. En Boston perdieron porque estaban en cuadro. Aceptable. En Washington cayeron con un estrépito difícil de explicar, desde luego no en un partido de equipo con galones, con grandes aspiraciones. Encajaron su tope de puntos de la temporada (130) y fueron incapaces de sostener una ventaja inicial que llegó al +20 (21-41) antes de acabar un primer cuarto en el que Jokic anotó 15 puntos. Después, Scott Brooks puso a Robin Lopez a defender al serbio con todo su arsenal físico.

Funcionó… lo justo al menos. Después del brillante inicio del serbio, en el último cuarto tomó el relevo Murray. Al 24-41 del primer cuarto le siguió un terrible 46-23 en el segundo para unos Nuggets incapaces de defender y que perdieron 6 bolas para 15 puntos de unos Wizards que lanzaron en un 64% en ese parcial. Y que llevan tres victorias seguidas por primera vez desde diciembre de 2018: 9-17 ahora, escalando en un Este que no es precisamente temible. A Bradley Beal y Russell Westbrook se han ido sumando efectivos: la producción de Hachimura (esta vez 14 puntos y 4 rebotes), la defensa de Garrison Matthews y, por fin, la muñeca de Davis Bertans. El letón firmó antes de esta temporada un contrato de cinco años y 80 millones. En barrena, reconoció que no podía ni dormir durante un par de meses de malas noches y peores porcentajes. Ahora ha despertado: después de su 5/6 en triples ante los Rockets, se fue a un increíble 9/11 para 35 puntos en una victoria heroica de su equipo.

El final fue extraño, un desastre para los Nuggets. Murray (35+9+6) tiró de sus habituales heroicidades y anotó dos triples en los últimos 30 segundos, uno a falta de 2 y desde 9 metros que parecía asegurar la prórroga. Pero JaMychal Green cometió falta sobre la penetración a la desesperada de Beal, que ganó el partido con dos tiros libres en la última décima. Michael Malone se quejó de lo que consideró un contacto legal y del bloqueo de Lopez en el inicio de la jugada. Pero fue un mal último minuto para Green: antes de esa acción y entre los dos triples de Murray, el ala-pívot cometió otra falta de tiro, esta sobre Bertans y en la línea de tres. El letón, que forzó el contacto, anotó sus tres tiros libres. Y Beal los dos suyos. Y los Wizards ganaron aunque su 120-108 a 4:30 del final llegó a ese 128-128 antes de la última acción.

Beal acabó con 25 puntos y 10 asistencias y Westbrook firmó un triple-doble (12+13+12) de malos porcentajes (5/15 en tiros totales, 2/6 en tiros libres). Los Wizards van dejando de ser una broma y compiten, desde luego gracias en parte al despertar de Bertans, el laser letón. Los Nuggets no tienen justificación: siguen fuera Barton y Millsap pero volvieron Gary Harris y Monte Morris. Tendría que haber bastado. Michael Porter Jr alterna puntos con despistes defensivos en una ratio todavía negativo y Facundo Campazzo volvió a la suplencia tras su titularidad en el Garden. Con más minutos (25 esta vez) y más bola en sus manos, sus sensaciones siguen yendo a más: 14 puntos, 1 asistencia, 2 robos, 5/7 en tiros. Pero sus Nuggets no despegan.