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NBA | CLIPPERS 110 - KINGS 113

Un imperial De'Aron Fox (36) alecciona a los Clippers de Kawhi

Fox se exhibió ante los Clippers, que lo intentaron hasta el final sin suerte. Séptima victoria en los últimos ocho partidos para los Kings, que miran a playoffs.

De'Aaron Fox, durante el partido de la NBA que ha enfrentado a Los Angeles Clippers y a Sacramento Kings.
Gary A. VasquezUSA TODAY Sports

¿Qué les pasa a los Kings? El equipo de Luke Walton parece haber dejado atrás las crisis y todo lo que tiene que ver con el curso pasado y es, en estos momentos y junto a los Jazz, el equipo más en forma de la NBA. Una racha de cuatro derrotas consecutivas les dejaba en un preocupante récord de 5-10 y con pésimas sensaciones, una de las peores defensas de la historia de la competición norteamericana y una ingente cantidad de preguntas sin resolver que nadie contestó pero a las que, milagrosamente, se están encontrando respuestas. De repente, Luke Walton parece un buen entrenador, De'Aaron Fox es una estrella en ascenso que está, objetivamente, a nivel All Star, Harrison Barnes ha hallado su sitio, Buddy Hield convence y cada persona sabe su rol. Los Kings han pasado de ser el hazmerreír de la Liga y uno de los proyectos más malos de la actualidad (llevan sin disputar playoffs desde 2006, la racha más larga en activo) a una de las sensaciones del momento, a un equipo sólido, que es capaz de encadenar grandes actuaciones consecutivas con solvencia y de ganar partidos apretados a rivales de entidad, auténticos candidatos al anillo. Y ese récord que se tambaleaba es ahora positivo (12-11), Walton ha cambiado insultos por elogios y la ciudad de Sacramento vuelve a soñar con ver a su equipo en playoffs.

El partido fue extremadamente igualado: ningún cuarto se decidió por más de cinco puntos de diferencia y hubo, ojo, 23 cambios de liderato en el marcador y 11 empates, una barbaridad. Además, ninguna de las máximas de los dos equipos superó la decena. Una canasta de Kawhi apretaba al máximo el choque con menos de un minuto por delante. Holmes, a pase de Fox, machacaba para dar ventaja a los visitantes y dos intentos de triple angelinos, primero de Lou Williams y luego de Nicolás Batum, acabaron en fallo y con victoria de los Kings, que resolvieron con dos tiros libres de Hield e ignoraron una canasta de Williams que ponía el 110-113 definitivo. Y al final, victoria de mucho mérito ante un rival de mucha entidad para un equipo que tiene todavía mucho por demostrar pero que va dando pasos claros y rotundos en la dirección correcta. Y que está a un sólo partido de los playoffs, un rango en el que se encuentran hasta seis equipos y en el que tendrán que sufrir mucho si quieren un billete a ese lugar al que no llegan desde hace tanto tiempo que ya es difícil hasta recordarlo.

En los Clippers, nadie jugó especialmente bien. Kawhi, obligado a extenderse y a multiplicarse en pista en ausencia de Paul George, se quedó esta vez en 20 puntos, con 9 de 21 en tiros de campo y 7 tantos en el último cuarto, insuficientes para la victoria local. Tyronn Lue, viendo que los titulares no funcionaban, introdujo mucha rotación y consiguió que su equipo aportara la friolera de 57 puntos desde el banquillo, 27 más que su rival. Reggie Jackson anotó 14 y fue el único titular, junto a Kawhi, en superar la decena. Zubac logró un doble-doble de 12+14, Marcus Morris se fue a 16 y Lou Williams a 23 (+5+5), pero con 6 de 16 en tiros y representando un agujero en defensa que nunca se ha cerrado pero que ha crecido exponencialmente junto a su edad. Ojo a este jugador para un posible traspaso en el futuro: con una calidad innegable, tiene 34 años y no es lo que era. Y los Clippers, claro, siguen necesitando un distribuidor. El cuento de nunca acabar.

Y en el otro lado, la transgresión, el cambio. La revolución. Al menos, la interna, que es la que necesitan los Kings para hacer desaparecer los fantasmas que les atosigan en demasía y pensar sin pudor en un futuro que deje entrever algo de luz en la oscuridad. Fox se fue a 36 puntos (15 de 25 en tiros de campo), 4 rebotes y 7 asistencias (sólo 1 pérdida). Hield llegó a los 22 tantos, Bagley a 9+10, Holmes a 12+10, Barnes estuvo desaparecido en el tiro (1 de 7), pero atrapó 12 rebotes y Tyrese Haliburton, rookie y casi robo del draft (junto a Quickley, una de las sorpresas de la última lotería), a 13. Los Kings mejoran del banquillo al último jugador, no estructural pero sí formalmente, y saben que es pronto para sacar conclusiones que pueden ser precipitadas. Todo, esto y lo demás, se comprobará al final, que es donde deben llegar los Kings para acabar con su sainete particular y conseguir cambiar una historia que es la suya propia. Nunca un significado fue tan amplio como el que recoge esa frase que dice que la revolución empieza en uno mismo.