NBA | JAZZ 116 - MAVERICKS 104
La trituradora de Utah Jazz tampoco tiene piedad de Doncic
Los de Salt Lake City ganan sin Mitchell y ya son el mejor equipo de la NBA después de aplastar a los Mavericks, que no tuvieron opciones. Partidazo de Gobert, Ingles y Clarkson.
Quin Snyder en un excelente entrenador. Sus Jazz siempre, es su marca registrada, van a ser uno de los equipos más disciplinados, colectivos y profesionales de la Regular Season. Su reto es que tengan también vuelo en playoffs, donde llevan dos años seguidos perdiendo en primera ronda, en la burbuja después de amasar un 3-1 a favor contra Denver Nuggets. ¿Puede ser este año diferente? Todavía es pronto para saberlo, pero desde luego Snyder está firmando una obra maestra con un equipo que, recordemos, parecía asaltado en los últimos meses por los problemas de química de Donovan Mitchell y Rudy Gobert (y sus pasos por el trance de la COVID) y esa eliminación durísima en Walt Disney World.
Ahora, la temporada avanza y los Jazz son el mejor equipo de la NBA, 14-4 y ya por delante de los Lakers tras la derrota del campeón en Philadelphia. Los de Salt Lake City llevan diez victorias seguidas (estuvieron 4-4) en un tramo en el que tienen el mejor ataque de la NBA, la cuarta mejor defensa y la mejor diferencia de rating. En el que han ido por detrás solo 57 segundos en diez últimos cuartos totales y en el que baten récords de triples: nadie ha metido tantos, nunca, en sus 18 primeros partidos (299) y son el primer equipo con más de 15 en ocho victorias seguidas. En la temporada, Mike Conley tiene el mejor +/- de la NBA y Rudy Gobert, el segundo. ¿Por qué todos estos números? Porque es la mejor forma de explicar que los Jazz son ahora mismo mejores que los Mavericks…también sin Donovan Mitchell. Con su gran estrella en el protocolo por conmoción, una sorpresa que llegó horas antes del partido, los de Snyder ni se inmutaron y aplastaron a los Jazz en un partido en el que el +12 final (116-104) no explica la enorme diferencia que hubo entre ambos equipos.
El duelo había saltado por los aires al descanso (69-48). Por ahí pasaron los Jazz con 18 rebotes más (30-12) que un rival sin el mínimo de energía activado. Con una imagen pésima. Gobert capturó más (13) que todos los Mavericks. El pívot francés llevaba también 20 puntos, por 22 de Jordan Clarkson y 15 de Joe Ingles, titular sin Mitchell. Gobert acabó en 29+20 más 3 tapones, unos números que nadie hacía en los Jazz desde Karl Malone en 1991 y su mayor anotación en casi tres años. Clarkson sumó 31 puntos y va a por el premio de Mejor Sexto Hombre (18 por noche ahora mismo) e Ingles firmó una lección (21 puntos, 8 asistencias, 7/11 en triples). Los dos, Ingles y Clarkson, destrozaron literalmente a la defensa de los Mavs con sus jugadas de pick and roll con Gobert. Una exhibición, una masacre en la que Conley añadió 17 puntos y 6 asistencias.
Los Mavericks asistieron casi como meros espectadores al paso de una trituradora que está muy lejos, ahora mismo, de donde están ellos. Volvieron algunos de los que han sido baja por COVID (Finney-Smith, Richardson, Powell) aunque sigue sin regresar Kleber. Con la rotación bajo mínimos, los Mavs han perdido automatismos, química, y han acumulado minutos en sus jugadores principales… y sanos. Llevan tres derrotas seguidas, están 8-10 y juegan mañana otra vez contra estos mismos, y ahora mismo aterradores, Jazz.
Tendrán que encontrar nuevas respuestas en defensa, algo de energía para cargar el rebote y más acierto para no depender de ir a un aro donde Gobert absorbía todos sus intentos. Durante algunos minutos, los Mavs fueron poco más que los tiros de Hardaway Jr (19 puntos) en un partido intrascendente de Porzingis y uno en el que Luka Doncic se vio totalmente superado por un rival con un excelente plan de juego. Y en el que volvió a quejarse de la rodilla, como en partidos anteriores, algo que puede tener que ver con el sobreesfuerzo al que le ha obligado jugar con la rotación de su equipo hecha unos zorros. El esloveno acabó con 30 puntos, 4 rebotes y 6 asistencias, un 13/24 en tiros y un 2/7 en triples. Pero llevaba al descanso 12+1+3 y había visto en esa primera parte como la ventaja de los Jazz había pasado de 8 a 18 puntos en el tramo en el que él descansó. En el tercer cuarto apiló 15 puntos y 3 asistencias, pero la diferencia no bajó (31-30 para los Jazz) pese a las señales de vida en ataque, demasiado tarde, de un equipo que tiene que recuperar la salud (está en ello) y recomponerse. Así de sencillo.