El rescate de los Lakers a Davis: "No quería entrenar ni jugar"
Un primer intento de traspaso no se materializó. Hasta que el segundo se materializó entre Pelicans y Lakers el ánimo de Anthony Davis estaba bajo.
Los Lakers encontraron una segunda superestrella en el mercado con LeBron James ya en la plantilla y quisieron quedársela para ir a por el campeonato. Eso es lo que sucedió en 2019 cuando, en una operación con los Pelicans, ficharon a Anthony Davis. Se tuvieron que deshacer de parte del talento joven que habían juntado, con Lonzo Ball, Brandon Ingram y Josh Hart saliendo del plantel, pero la ocasión era la adecuada para hacer un movimiento así. El tiempo les dio la razón, ya que en la primera temporada del tándem se hicieron con el título en la burbuja especial creada en Florida. Sin embargo, el camino personal de Davis en ese proceso no fue todo lo feliz que hubiera deseado.
No fue en el primer intento sino en el segundo cuando se produjo el traspaso. En la primera ocasión Dell Demps, el mánager general de los Pelicans en esa ocasión, pidió demasiado a los Lakers que, por aquel entonces, presidía 'Magic'. El cerrarse en banda acabó con el empleo de Demps. Curiosamente, Johnson tampoco seguiría. Lo firmaron David Griffin y Rob Pelinka. En el final del mercado invernal se rompió la relación por los impedimentos que pudo Demps y hubo que esperar a verano, con otra situación distinta, para volver a probar. Ese lapso de tiempo fue un machaque para Anthony Davis, que había pasado de ser la referencia de su franquicia a pedir irse por falta de motivación y objetivos.
En aquel tiempo la opinión pública se le echó encima. Se tomó excesivos descansos, jugó con aparentes molestias y el primero que lo dejó patente fue el entrenador Alvin Gentry. La determinación de Davis era clara: salir. Lo hizo dejando ese detalle en una de sus últimas apariciones públicas como jugadores de los Pels, portando una camiseta en la que estaba estampado el famoso mensaje de despedida de los Looney Tunes: "Esto es todo, amigos". Fue el golpe bajo que peor les cayó a todos.
Ahora, tras ganar la NBA y hacerlo con el equipo que confió en él para sacarle de Nueva Orleans, habla sobre aquellos días negros en su historial. Lo hace en una conversación con Preston Ellis para SB Nation.
Le da vueltas a una frase de Monty Williams, ahora en los Suns pero anteriormente entrenador de Davis en los Pelicans, para explicarlo: "La alegría es lo que finalmente conduce al éxito porque sólo vale la pena si lo disfrutas". Para Davis es un mantra: "Él me decía: 'Nunca dejes que nadie te robe la alegría por este deporte'. Y es verdad. La mayoría de la gente piensa que el éxito está determinado por la dedicación, el trabajo duro, la determinación, lo cual es cierto, pero es difícil tener éxito si no eres feliz".
En los Pelicans tenía un gran contrato y aspiraba a otro realmente enorme, pero prefería tomar otro camino tras siete años allí: "Cuando estás perdiendo, no te das cuenta de que no estás feliz. Sí, gané un montón de dinero. Puedes hacer lo que quieras. Puedes vivir este estilo de vida, sin hablar del sueño americano, pero perder es una mierda. No era feliz y quería serlo. ¿Realmente quiero jugar baloncesto? ¿Realmente soy bueno? Me hacía esas preguntas. Empiezas a dudar de ti mismo porque no eres feliz". Eso repercutió físicamente en los últimos meses, cuando ya se conocían sus intenciones: "No estaba contento y eso se reflejó en mi juego. Y me empezó a provocar lesiones leves porque no jugaba suficientemente duro".
Se confiesa sobre lo que ocurrió en Nueva Orleans y cómo se sentía él: "No quería ir a entrenar ni a jugar. Pasaron muchas cosas porque ya no tenía esa alegría. Entrar en el juego con los aficionados y los medios fue mucho. No estaba en un buen estado de ánimo". Lo pasó mal y afectó tanto a su salud mental que no veía otra salida: "Cada día era llegar y pensar: 'Uf, otro día. A ver si termina ya la temporada'. Era todo así. Veías a la gente decir llamarme traidor y yo, pensando: '¿Cómo? Si no entiendes por lo que estoy pasando'. Todos me estaban golpeando al mismo tiempo, pero tenía un gran equipo a mi alrededor. Estaba haciendo lo mejor para mi y mi familia".