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NBA | NETS 125 - BUCKS 123

El talento puede con Giannis: Harden impulsa y Durant decide

Los Bucks naufragan en la Gran Manzana con un triple ganador de Durant, que recibió el pase de un Harden superlativo (34+6+12). Kyrie volvió a ser baja. Brooklyn rezuma talento.

James Harden y Kevin Durant, durante el partido de la NBA que ha enfrentado a Brooklyn Nets y a Milwaukee Bucks
James Harden y Kevin Durant, durante el partido de la NBA que ha enfrentado a Brooklyn Nets y a Milwaukee BucksBrad PennerUSA TODAY Sports

Decía Phil Jackson que los playoffs los decidían el talento y la suerte. Y los Nets tienen lo primero. En demasía. Todavía no estamos a esas alturas de la temporada del todo o nada, pero en la Gran Manzana van a divertirse mucho viendo jugar a uno de los equipos más atractivos de la última década y, a la vez, uno que va a ser sometido al escrutinio constante del aficionado, al juicio del analista y al desafío que supone enfrentarse a una NBA que no espera a nadie, algo que saben muy bien la inmensa mayoría de personas que componen el proyecto. Empezando por Steve Nash, un hombre con una calidad inconmensurable que cambió el baloncesto pero no pudo tocar la gloria; pasando por Mike D'Antoni, el hacedor de los extremos, el creador incomprendido. Y claro, llegando hasta un James Harden que ha llegado a Brooklyn con la intención de ganar un anillo que no consiguió en Houston y consciente de que el tiempo se acaba y que el talento puede ser eterno, pero que el físico no perdona.

Lo bueno para Harden es que tiene a su lado a un ser de apellido Durant: un jugador atemporal, histórico, con un físico privilegiado y unas capacidades innatas que le colocan entre los mejores de siempre; y que sabe (lo ha sufrido en sus carnes) que ganar no es tan fácil por algo que antes o después todo el mundo comprende en la NBA: nunca lo es. Durant tuvo que huir hacia delante, a un lugar que mezclaba lo viejo y lo nuevo, una farándula creciente en Oakland, un estilo que cambió el rumbo de la mejor Liga del mundo y el recuerdo de tiempos pasados a los que los Warriors honraron con el confeccionamiento de una de las mayores dinastías de la historia. El alero formó parte de ella cuando salió de Oklahoma para, al igual que hizo LeBron en 2010, quitarse la espina. Ganar por fin. Y una vez conseguido, puso rumbo a un nuevo camino sin la necesidad, ni las ganas (nunca las ha tenido) de dar explicaciones. Y entre La Barba y el estilizado alero, emerge la figura deun Kyrie que lleva fuera de la dinámica de los Nets siete partidos sin que nadie sepa por qué. O, al menos, en seis de ellos: la versión oficial para la última ausencia es que estaba finalizando su acondicionamiento tras un parón incomprensible deja subyacer el principal motivo por el que puede hacer aguas el proyecto.

Porque si por algo pueden ser derrotados los Nets, es por ellos mismos. Con un talento comparable solo a su mala cabeza, Kyrie puede ser el eslabón mental más débil de un equipo en el que ya la está liando pero que en el que también tiene margen para poner la directa. La comunicación con su nuevo compañero será claro, además de con un Durant con el que parece distanciado. De momento, ha visto entre bambalinas como ambos jugadores se entienden bien en pista, mientras Harden muestra una versión superlativa y parcialmente inhumana que contrasta con sus cuatro últimos partidos en los Rockets, en los que no llegó a los 20 puntos, algo que nunca le había sucedido en Houston. Ayer, el escolt se fue a 34 puntos, 6 rebotes y 12 asistencias, y corrigió los 6 balones que perdió en la primera mitad sin ceder ninguno en la segunda. Además, se ha convertido en el primer jugador de la historia que se estrena con un nuevo equipo y consigue más de 30 puntos y de 10 asistencias en sus dos primeros partidos. Y anoche, supo decer cuando había que hacerlo y gestionar bien el tempo del partido. Además de dar la asistencia a Durant para que este sentenciara con un triple... después del fallo del propio Harden. Como si de un videojuego se tratase: si la fallo yo, te toca a ti. Y seguimos.

Los Nets prevalecieron en un partido igualado, interesante y decidido enteramente en el clutch time, donde van a tener argumentos de sobra ante cualquier rival. Durant cuajó otra gran actuación (30+9+6) y anotó el triple de la victoria, uno que intentó devolver Khris Middleton sin suerte (25+4+4+4, pero 0 de 5 en desde el exterior). Los Bucks, que pierden el liderato de la Conferencia Este en favor de Boston, contaron con una nueva gran versión estadística de Giannis Antetokounmpo (34+12+7), que lideró a los suyos en el último cuarto (11 puntos), y mejoró en los tiros libres (6 de 8), pero acabó con un -12 y no fue la solución en la parte final del choque. Jrue Holiday fue un seguro 22 puntos) y Brook Lopez ayudó lo que pudo (15+7), pero Milwaukee no consiguió pescar en el río revuelto que supuso un final de partido lleno de locura y muchas oportunidades que no pudieron concretar. En los locales, 20 puntos de Joe Harris, 12+12 de DeAndre Jordan y 14+6 de Jeff Green. Y muchas sonrisas: los Nets llevan cuatro victorias seguidas y Nash ha superado el primer amago de crisis y la primera revolución interna de Kyrie, al que el equipo espera con ansia y con cierta ansiedad. Nadie sabe qué pasa por esa cabeza, pero todo el mundo es consciente de su talento. Y el talento... ya se sabe. Phil Jackson, por lo que sea, debe de saber bastante del tema.