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EUROLIGA | 20ª JORNADA

Tavares rompe a anotar

El pívot acaba con 26 puntos, su mejor marca de blanco. El Madrid gana en la prórroga al Bayern el duelo directo por la tercera plaza. Roce final entre Laso y Trinchieri.

Tavares frente a Gist.
Tavares frente a Gist.Euroleague

El mejor Bayern-Madrid que se recuerda con la pelota en las manos. Y no, no fue un partido para entusiasmarse, pero sí por primera vez en baloncesto una batalla en las alturas, un pulso directo por la tercera plaza de la Euroliga resuelto con una prórroga y un roce final entre Laso y Trinchieri. Ganó el Madrid el día que Tavares rompió a anotar, al nivel de jornadas previas y un poquito más. Récord con la camiseta blanca: 26 puntos tras un magnífico 11 de 14 en tiros de campo y 4 de 5 desde la personal. El técnico vitoriano tuvo que exprimirle de nuevo (37:29 en pista, lo que aguantó hasta cometer la quinta personal) para llegar a buen puerto. Su equipo se atascó, marró 17 de sus 21 triples y perdió 14 balones, aunque dio 20 asistencias (7 de Laprovittola) y su defensa, venía más descansado tras una semana sin compromisos, desequilibró en el tiempo extra. Lo hizo Taylor frente a Baldwin, también Deck en una actuación muy completa (12 tantos y 15 créditos).

Acostumbrados a un Madrid inclinado al triple, la puesta en escena rompió clichés. Deck y Thompkins actuaban al poste bajo y Tavares sacaba partido de los cortes y de la visión de sus compañeros. También de la de Laprovittola, que gestionó perfectamente el inicio y añadió dos robos. De una u otra manera, todos los balones acababan en Tavares, que, quitando un gancho en movimiento de gran mérito, se dedicó a empujarla a la red. El Bayern siempre un pasito tarde. En apenas 8 minutos, 11 puntos de Edy y… 13-23. La otra clave, las pérdidas locales que permitían las galopadas blancas.

La rotación, sin embargo, frenó al Real, que se espesó en ataque. El anecdótico 0 de 2 en triples en el primer acto se convirtió en un preocupante 1 de 10 al descanso y en 1 de 13 a falta de un cuarto. Porque en este tramo sí necesitaba del acierto y no lo encontró. Sin Tavares, Reynolds se frotó las manos. Encadenó cuatro canastas frente a Tyus y, a la vez, el base Baldwin enseñaba su arsenal, mezcla de físico y talento con arremetidas y tiritos de media-corta distancia. Siete tantos de Rudy actuaban de flotador.

Un corte de Deck y la defensa de Taylor

Ahora era un duelo más cerrado, lo vimos en la reanudación con el pulso Deck-Lucic, con Tavares haciendo aún daño tras estampar a dos manos sendos alley-oops servidos por Lapro. Al cuarto periodo se llegaba 50-51 y Tavares aún aportaría un 2+1 y otra canasta antes de que Laso le diera un respiro de un par de minutos. A su vuelta, 61-61. Ya no vería aro hasta la prórroga, con un Madrid asfixiado por la defensa muniquesa, con ayudas continuas que dificultaban los pases. Thompkins se ahogaba y entonces emergió Carroll: 8 puntos y dos asistencias para el 63-70.

Parecía resuelto y se igualó por los triples. El Bayern se volvió clarividente y tres dianas, dos de Lucic, mandaron la pelea al tiempo extra. El Madrid esquivó la derrota porque, con 70-72 y Thompkins acorralado en un dos contra uno, Deck cortó a tiempo para recibir y encestar. Y luego Taylor, en la última posesión, contuvo a Baldwin. Ahí y en toda la prórroga. El Bayern se pasó 4:30 en blanco, hasta que Tavares hizo la quinta. Era tarde, el triunfo merengue estaba envuelto y con lacito. Fuerte defensa y pequeñas ventajas en campo de ataque: una superioridad de Thompkins al poste, unos tiros libres aquí y allá... La tensión explotó al final con el cara a cara Laso-Trinchieri, tras negarle el técnico italiano el saludo y recriminarle no sabemos qué. Un conato de incendio que quedó en sofocón. El Madrid es tercero, con solo una derrota menos que el líder, el CSKA, y a un triunfo del Barça con un partido menos, el que jugará el lunes frente al Estrella Roja en el Palacio.