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NBA | NETS 130 - JAZZ 96

A falta de Durant, bueno es Kyrie

Partidazo del base más allá de los números (29+6+5), con lección de liderazgo incluida, para suplir la baja de Durant (y compañía). Los Jazz, una sombra en Brooklyn.

Kyrie Irving penetra a canasta durante el partido de la NBA que ha enfrentado a Brooklyn Nets y a Utah Jazz
AL BELLOAFP

Con Kyrie nunca se sabe. Y nunca, es nunca. Jamás una palabra tan extrema ha ido tan acorde a un jugador cuya mala cabeza solo es comparable a su inconmensurable talento. Uno único e irrepetible, capaz de hacer cosas en pista con una naturalidad que nadie había visto y que posee unas dotes innatas absolutamente extraordinarias. Y esa misma capacidad que tiene para enamorar al aficionado con su bote de balón, sus penetraciones imposibles o su resolución (cuando quiere) del clutch time, lo tiene para desmadejar proyectos, exasperar compañeros, sacar de quicio a franquicias o tener una capacidad de liderazgo (también cuando quiere, que suele ser poco) irrisoria. Por eso y sólo por eso los Nets son una incógnita. Una que se resolverá al final de temporada, cuando hayan recorrido un camino lo suficientemente largo como para poder sacar conclusiones. Ahí veremos si Kyrie, y sobre todo Durant, están sanos y con la cabeza en su sitio. Y, en función de eso y sólo de eso, la totalidad de la NBA podrá empezar a temer un asalto al anillo que ahora es una posibilidad pero, en mayo, y si se cumplen esas variables, puede ser una certeza.

Los Nets son, en este inicio, una buena representación de lo que es Kyrie: nadie les entiende. Empezaron con una victoria de 26 puntos ante los Warriors y luego conquistaron el Garden, en el retorno de Irving a uno de esos sitios en los que nadie les quiere ni ver y en un partido que finalizó con 37 puntos. En esos dos primeros duelos, el base sumó un +32 y un +31 en pista, Durant daba muestras de que se había recuperado de forma neta y completa de su lesión en el tendón de Aquiles y empezaron las alabanzas a un Steve Nash que ejercerá de psicólogo más que de entrenador o que necesitará recurrir a los mismos en una temporada en la que todo puede salir bien... o todo mal. Así se demostró poco después: derrotas inexplicables ante rivales teóricamente inferiores como Hornets y Grizzlies y una victoria ante los Hawks que pasó de puntillas y que fue una mera transición hacia otras dos derrotas, ambas en casa, contra Atlanta y los Wizards de Westbrook, esta última por un solo punto y con Kyrie y Durant fallando al final.

Tras el contacto de Kevin Durant con un positivo de coronavirus y su consiguiente cuarentena, algo que provocó un endurecimiento de las medidas contra la pandemia por parte de Adam Silver, todo hacía presagiar ciertos problemas para los Nets, que también decían, recientemente, adiós a Spencer Dinwiddie para toda la temporada. Sin embargo, Kyrie ha acudido inopinadamente al rescate y, al menos por un día, ha ejercido de ese líder que nunca ha sido y ha emergido para dar una abultada victoria al equipo de Steve Nash, que respira aliviado. Todo lo que sea sumar victorias es positivo para el técnico rookie, que sabe que cualquier conato de rebeldía de dos de los jugadores más empoderados de la era de los jugadores empoderados puede acabar con un puesto que del que ya salió Kenny Atkinson el año pasado por obra y gracia de los protagonistas mencionados. Últimamente, cualquiera se fía, y Nash ha empezado su aventura en los banquillos a lo grande (por la magnitud del proyecto) y deberá resistir para que su recorrido no sea pequeño. Su compañía en el cuerpo técnico es excelente (D'Antoni, Stoudemire, Vaughn...), pero sus capacidades están aún por demostrar. Y el resultado, de nuevo, lo veremos al final.

Del partido poco se puede decir, más allá de que se resolvió en el primer cuarto (35-14 para los locales, que fueron por delante todo el partido) y que los Jazz fueron una sombra que se tomó un día sabático sabiendo que ahora tiene calendario favorable (Knicks, Bucks, Pistons y Cavaliers son sus siguientes cuatro partidos, solo con Giannis como, en teoría, rival importante). Donovan Mitchell anotó 31 puntos y fue el único que puso un poco de interés en el equipo de Quin Snyder, que en ese terrorífico periodo inicial lanzó con un 19% en tiros de campo y en todo el partido se quedó en un 38,8%. Jarrett Allen (19+18) y Caris LeVert (24) acompañaron a un Kyrie que, claro, fue el mejor: 29 puntos, 6 rebotes, 5 asistencias, 3 robos, 12 de 19 en tiros de campo y 5 de 7 en triples sin tener que intentar un solo tiro libre y en menos de 30 minutos. Clínic de cómo se debe jugar al baloncesto, liderazgo y +22 con él en pista. Y 27,1+5,3+6,1 este inicio de curso, uno con varias luces y algunas sombras. Lo dicho, capaz de lo mejor y de lo peor. En esta ocasión, de lo primero. Como le dure... Ojo.