190 millones en cuatro años. O 226 en cinco. Depende del punto de vista con el que se mire la pedazo de extensión que Paul George acaba de firmar con los Clippers. El alero, que tenía contrato hasta 2021, ha decidido prorrogar su estancia en Los Angeles unas horas después de expresar públicamente sus deseos de permanecer en su actual franquicia para siempre. Algo que no es la primera vez que dice, ya que pronunció frases parecidas en Indiana y Oklahoma. De una forma u otra, la estrella de la NBA ha renovado por unas cifras espectaculares y ha aumentado su compromiso con la franquicia hasta 2025, sumando 190 millones a las ya abultadas ganancias con las que cuenta a lo largo de una carrera deportiva llena de luces, pero empañada en los últimos años con alguna que otra sombra que ha dejado en entredicho la reputación de uno de los talentos más prometedores de la Liga que, sin embargo, no deja de ser una estrella que ha empezado a perder luz y un jugador con madera de MVP que no termina de ser resolutivo en los momentos clave de la temporada.

De una forma u otra, Paul George continuará en unos Clippers cuya misión ahora es la de renovar a Kawhi Leonard y seguir desarrollando una asociación que no ha dado los frutos deseados pero que tendrá su segundo gran capítulo sin Doc Rivers y con Tyronn Lue. George tiene 35,4 millones pendientes de su actual contrato, y con los 190 extra que se ha asegurado renuncia a la player option de 37 millones que tenía pendiente, ahorrando así a los Clippers el sufrimiento de tener que gestionar una agencia libre, la de 2021, que se queda sin uno de sus platos fuertes. En ella sí podrá estar Kawhi, que tiene 34,4 millones por cobrar en la 2020-21 y una opción de jugador de otros 36... que podría rechazar, convirtiéndose en agente libre en apenas unos meses. Algo que espera evitar a toda costa Steve Ballmer, que intentará por todos los medios renovar al eje en torno al cual se mueven unos Clippers que apuntaban al anillo el curso pasado, pero que se dejaron remontar en semifinales de Conferencia ante unos Nuggets que acabaron avanzando hacia las finales del Oeste por primera vez desde 2010 de forma tan inopinada como merecida.

Paul George se encuentra con esta astronómica renovación tan solo unos meses después de firmar una de las peores temporadas de su carrera, a la vez que días antes de iniciar el curso baloncestístico 2020-21. Una temporada clave para los Clippers, pero también llena de dudas y con un Tyronn Lue que ha sustituido en los banquillos a Doc Rivers, el chivo expiatorio de la eliminación ante los Nuggets. El nuevo técnico deberá encontrar un encaje para George, que solo disputó 48 partidos el curso pasado, al lado de un Kawhi que, con 57, sigue siendo el abanderado del load managment. Lue tendrá más tareas añadidas, como la de fortalecer la parte mental de un jugador con un talento desmedido que no encuentra constancia en su juego, como se vio en la temporada pasada, donde, tras mucho tiempo de parón, encadenaba actuaciones magistrales con noches en las que se borraba literalmente del mapa. En playoffs no mejoró la cosa, al igual que en esa última temporada con los Thunder en la que opositó el MVP (28 puntos por partido en regular season) pero no fue la respuesta en la fase final a pesar de sus buenos números. Con los Clippers, apenas 18,5 puntos por partido en primera ronda (35,8% en tiros de campo y 27,5% en triples) y una leve mejora en semifinales (21,7 con mejores porcentajes de tiro) que quedó sepultada en un séptimo para el olvido: 10 puntos con 4 de 16 en tiros. Y 14, con 6 de 22 de Kawhi. Un auténtico desastre.

Los Clippers afrontan pues una temporada clave en un proyecto que se fortifica con la renovación de Paul George pero puede tambalearse si Kawhi decide cambiar de aires. El juego interior ha sido reforzado por Serge Ibaka, pero se ha quedado sin Montrezl Harrell y JaMychal Green, mientras que siguen sin tener un distribuidor que tanto han echado de menos este último año y del que siempre han carecido. Eso, y algo de fuerza en la zona son necesarios en el equipo de Tyronn Lue, que el año pasado miraba ligeramente por encima del hombro a sus compañeros angelinos, los Lakers, y ahora parten con una ligera inferioridad y con el miedo en el cuerpo. Porque sí, han atado a George... pero si las cosas no van bien, igual Kawhi empieza a pensar que su sitio está en otra parte. Otra cosa no, pero la estrella ya ha demostrado que no se casa con nadie. De momento, Steve Ballmer se ha asegurado la permanencia de una de sus dos estrellas. El resto, ya lo veremos.