LeBron: "Yo he ganado los dos títulos más difíciles de siempre"
Lleva cuatro títulos de campeón, pero asegura que no es solo el número total y que dos de ellos llegaron en las Finales más difíciles de ganar de toda la historia de la NBA.
LeBron James tiene cuatro anillos de campeón. Podría tener más: ha jugado diez Finales pero ha perdido seis. Su balance es 4-6 después del título logrado con los Lakers, que le ha permitido alcanzar otro hito histórico: ha ganado MVP de Finales con tres equipos distintos, dos Miami Heat (2012 y 2013) y uno con Cleveland Cavaliers (2016) y Los Angeles Lakers (2020). LeBron jugó las Finales en 2007 con los Cavs y ha jugado las de 2020 con los Lakers. Y entre medias, disputó ocho seguidas (otra barbaridad: 2011-2018), cuatro con los Heat y otras cuatro con los Cavs. Cinco de sus seis derrotas han sido contra dos de los mejores equipos que ha visto la NBA, los Spurs de Popovich (2007 y 2014) y los Warriors de Steve Kerr (2015, 2017 y 2018). Y en 2011, los Heat se estrellaron cuando eran el favorito claro contra los Mavericks de Dirk Nowitzki.
Camino de los 36 años que cumplirá el 30 de diciembre, LeBron tiene todo el derecho a pensar que puede sumar más títulos: él y Anthony Davis han ampliado su vínculo con unos Lakers que defenderán título con una plantilla que parece incluso mejor que la de la temporada pasada. LeBron sabe que sus derrotas contra los Warriors le dejaron con muy pocas opciones de alcanzar los seis anillos de Michael Jordan, pero sabe también que juega a su favor el éxito con tres equipos distintos, en todos como jugador franquicia… y, según él, la dificultad de esos éxitos. Porque ha asegurado que hay que medir sus títulos por el número pero también por la complejidad: “Lo que puedo decir seguro es que he jugado con los dos equipos que han ganado los dos títulos más difíciles de ganar de toda la historia de la NBA, el de 2016 con los Cavs… y este de 2020, con todo lo que tuvimos que pasar en la burbuja”.
Es fácil entender a qué se refiere LeBron, se esté más o menos de acuerdo con él. En 2016 los Cavs se convirtieron en el primer equipo que remontaba un 3-1 en contra en una Final. No solo eso, lo lograron llevándose el séptimo y definitivo partido a domicilio (el último campeón en conseguirlo había sido Washington Bullets en 1978)… y lo lograron ante el que iba a camino de ser el mejor equipo de la historia, los Warriors que habían sido la primera franquicia con 73 victorias (73-9) en una Regular Season. Los de la Bahía arrasaron en los dos primeros partidos y ganaron el cuarto, en Ohio. Con 3-1 se fundieron y perdieron tres partidos seguidos, en su pista, ante el ascenso imparable de Kyrie Irving y un colosal LeBron, que le dio a los Cavs el primer título de su historia.
Después llegó Kevin Durant y los Warriors ganaron a los Cavaliers en 2017 y 2018, sin contemplaciones (8-1 total). En 2019 LeBron patinó y ni se metió en playoffs en su primera temporada en los Lakers, pero este año ha logrado llevar a la cima a los angelinos, que no eran campeones desde 2010, con Kobe Bryant. La temporada se paró durante cuatro meses y se retomó en la burbuja de Walt Disney World, donde los finalistas, Lakers y Miami Heat, llegaron a primeros de julio y no salieron hasta después del último partido oficial, el 11 de octubre. Más de tres meses de encierro, una situación deportiva muy exigente a la que se sumó el amago de boicot por la situación social en Estados Unidos previa a las elecciones de noviembre. Un título, por eso, muy complejo y muy duro que LeBron coloca como uno de los más difíciles de sumar. Como el de 2016, también con él como protagonista.