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HOUSTON ROCKETS

"Querían convertir a Westbrook en el culpable de todo"

¿Han utilizado los Rockets a Westbrook como su chivo expiatorio? El nuevo rumor colea con fuerza y señala a los texanos, que traspasaron al base a los Wizards.

Russell Westbrook, durante un partido de la NBA con Houston Rockets
Russell Westbrook, durante un partido de la NBA con Houston RocketsMichael ReavesGetty Images

La comidilla de la NBA. Es en lo que se han convertido los Rockets en las últimas semanas, envueltos en constantes rumores de traspasos e inacabables análisis y críticas que se han multiplicado de manera reciente, por culpa de o gracias al traspaso de Russell Westbrook a los Wizards. El base ha dicho adiós en un traspaso en el que nadie parece salir ganando y en el que pasará a la capital del país de las oportunidades para seguir jugando en una Liga en la que todo es posible... pero dando la sensación, ahora más que nunca, que las oportunidades se van acabando y el mantra del todo es posible se ha convertido en una losa inalcanzable. Una que pesa más que nunca en los hombros de un jugador muy controvertido pero que está condenado a pasar sus últimos años dando tumbos por una competición que prometió conquistar y con la que ha acabado chocando de bruces. Con un gran contrato y un estilo de juego al que es prácticamente imposible adaptarse en la NBA del 2020, el explosivo base llega a una franquicia con la intención de contentar a Bradley Beal... y se va de otra con la de contentar a James Harden. Y al final, lo curioso, es que nadie parece estar contento.

Las críticas han sido constantes en los últimos días, y la diana principal de las mismas han sido los desmadejados Rockets. Daryl Morey prometió a Chris Paul que no le traspasaría hace algo más de un año, pero la presión de James Harden forzó el movimiento (viva la era de los jugadores empoderados) y atrajo a un Westbrook que también ha acabado saliendo por obra y gracia de los deseos de La Barba. Un año después del sainete de Paul, los texanos han dejado ir a Russ consiguiendo menos que lo que tuvieron que dar para hacerse con él. En ese famoso traspaso de 2019 en el que, recordemos, se deshicieron de un playmaker que era (y es), objetivamente, mejor que el que conseguían y diciendo adiós al mejor compañero deportivo (que no personal, claro) que ha tenido Harden sobre una pista de baloncesto. Y, por si fuera poco, desde tan polémica decisión, han abandonado Houston Daryl Morey, el hacedor de un sistema que ha chocado contra sus propias limitaciones pero ha cambiado, y esto es innegable, la forma de concebir el baloncesto; y Mike D'Antoni, la extensión de Morey en pista y el benefactor de un Harden que ha explotado numéricamente a su lado y se ha convertido en uno de los mejores jugadores ofensivos de la historia (por mucho que pese en ciertos sectores).

The Athletic ha publicado un extenso artículo en el que ha señalado la posibilidad de que los Rockets hayan utilizado a Westbrook como chivo expiatorio de la derrota ante los Lakers. Esa serie en la que iban ganando 1-0 para luego perder cuatro partidos consecutivos y despedirse de la burbuja. Recordemos que el nivel de Westbrook ha pasado por varias vertientes durante la actual temporada: ir a un equipo contender que juega a tirar triples y anotar debajo de la canasta era un hándicap que D'Antoni resolvió permitiendo su improvisación y explosividad. El base ha promediado 27,2 puntos, 7,9 rebotes y 7 asistencias, lejos del triple-doble que había conseguido las tres temporadas anteriores pero con un par de meses justo antes del parón espectaculares: 32+8+7, con más de un 50% en tiros de campo. Ser el único que rompía con el esquema de juego texano daba más bazas al equipo, pero su Usage Percentage (porcentaje de tiempo de uso) era del 35%, 10 puntos mayor que el de Chris Paul en la última temporada, lo que dejaba a Harden con menos tiempo de balón.

Por si fuera poco, Westbrook contrajo el coronavirus y se lesionó del cuádriceps antes de una burbuja en la que tardó en debutar y lo hizo lejos de su mejor nivel. Contra los Thunder disputó tan solo los tres últimos partidos de la serie (14,7+6,3+4 de promedio) y aunque sus estadísticas crecieron en semifinales, sus taras se multiplicaron en demasía: 19,8 puntos, pero con un 42,4% en tiros de campo y un 25,9% en triples (tirando más de cinco por partido). Apenas un 53,8% en tiros libres, un arma fiable en el pasado y que se ha resentido recientemente. Y 7,4 rebotes, 5 asistencias y 2 robos... pero 4,2 pérdidas. Números demasiado pobres para jugar 35 minutos por partido y una química inexistente con un Harden que, todo hay que decirlo, tampoco estuvo bien, a pesar de irse a más de 29 puntos por partido (5 menos que en regular season). La serie acabó demasiado pronto para los Rockets y puso una nueva piedra en su camino a la autodestrucción. Una a la que han favorecido completa y netamente LeBron James y Anthony Davis, que se han encargado de dejar tiritando a un equipo que prometía mucho y se quedó en nada. Con ayuda inestimable en esta serie de, ojo, Rajon Rondo, que fue superior a Westbrook y promedió, en los tres partidos centrales de la serie, 14+5+8,7, con un 60,7% en tiros de campo y un 41,7% en triples. Casi nada.

¿Y ahora qué?

Toca esperar. Westbrook no acudió al training camp con los Rockets conocedor de lo que estaba por venir y acabó viniendo, y con 32 años (Harden tiene 31) tiene 41, 44 y 47 millones para las próximas tres temporadas. The Athletic ya ha señalado que le han acabado convirtiendo en el culpable de todo, pero la realidad es que ha acabado en los Wizards, donde se puede meter en playoffs o no (ojo al Este) y donde será mejor que un John Wall que lleva dos años parado y en la última temporada en la que estuvo en activo, la 2017-18, disputó tan solo 41 partidos, justo la mitad de los 82 tradicionales cuando no había coronavirus. En Texas, mientras tanto, deberán esperar una oferta ideal con Harden (que sigue compartiendo una gran amistad con Westbrook a pesar de todo) o aguantar un año ya con él, una posibilidad real dadas las circunstancias. Y con La Barba ya convertida, definitivamente, en el último reducto de un proyecto que es su proyecto y que no parece que vaya a conseguir algo que no ha conseguido ya, ese ansiado anillo muy esquivo y que tuvieron cerca en 2018, con 27 triples mediante fallados ante los Warriors, en el séptimo y en casa. Un recuerdo doloroso que permanecerá a buen recaudo en la memoria de los damnificados ese día. En la de Harden, seguro.