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Guerra a la vista: las estrellas NBA quieren empezar en enero

Se avecina tormenta por la fecha de comienzo del próximo curso. Adam Silver quiere que la NBA empiece el 22 de diciembre y las estrellas piden que sea el 18 de enero.

Se avecina tormenta por la fecha de comienzo del próximo curso. Adam Silver quiere que la NBA empiece el 22 de diciembre y las estrellas piden que sea el 18 de enero
Michael ReavesGetty Images

Se avecina tormenta. La NBA está a punto de aprobar el complicado calendario para la temporada 2020-21, un puente hacia lo que debería ser, un regreso a la normalidad en la 2021-22. La información en un inicio apuntaba a unos plazos que ponían el arranque como muy pronto en el 18 de enero, el día de Martin Luther King. Sin embargo, la competición norteamericana cambió de idea y situó el inicio el 22 de diciembre, antes incluso que esa fecha de Navidad que se manejó en ciertos momentos durante la burbuja de Disney. Los cálculos que hicieron las franquicias situaron en más de 500 millones de dólares la ganancia por arrancar antes y las pérdidas económicas de la temporada pasada dieron empuje a esta idea. De esta forma se salva la siempre lucrativa jornada de Navidad y se va hacia un curso baloncestístico que acabaría antes de la festividad del 4 de julio. El experimento forzado de jugar durante julio y agosto y llevar las Finales al territorio de la NFL no fue precisamente bien para unas audiencias que se resintieron respecto a años anteriores y que no despertaron el interés esperado.

El problema del nuevo calendario se hizo pronto patente, y los que empezaron a echar cuentas vieron que el nuevo curso estaba a la vuelta de la esquina. De hecho, queda poco más de mes y medio para que se inciie si atendemos al plan de Adam Silver, un descanso grande para aquellos equipos que nu juegan desde marzo, pero pequeño para los que acudieron a la burbuja. Y prácticamente irrisorio para Miami Heat y Los Angeles Lakers, los dos que disputaron las últimas Finales. Danny Green y Jared Dudley, del equipo angelino, fueron los primeros en entonar protestas, con esa frase del alero que decía eso de que "igual no vemos a LeBron durante el primer mes con este calendario".  "El show tiene que continuar para las televisiones, pero que luego no lloren cuando las estrellas no jueguen", decía Dudley, su compañero.

Pues bien, las estrellas deben de haber pensado lo mismo, porque según el periodista Chris Haynes, las estrellas estarían presionando para que la temporada se retrasara hasta el día 18 de enero, con el día de Martin Luther King, tal y como la NBA tenía pensado en un inicio y antes de ver la ventaja económica que suponía el adelantamiento. Además, los jugadores quieren que sea el 1 de diciembre el día que comience la agencia libre, teniendo así un mes de asueto para poner sus asuntos en orden y disfrutar de un merecido descanso. El pulso está servido y la presión aumenta de cara a la reunión del viernes, donde se podrá clarificar la situación y ver la intención real de la NBA, que busca una regular season de 72 partidos en la que se reduzcan el número de viajes en un 25% para poder ser más precavidos con la pandemia del coronavirus. El tema ya está hablado con los general maganers y los presidentes de los equipos, todo a expensas de una reunión que haga oficial la nueva temporada.

Los jugadores lo tienen claro. Sahms Charania apunta que saben que las televisiones han apretado para arrancar la temporada y consideran que se jugaron su físico volviendo para disputar partidos en una burbuja improvisada y que salvaron 1.500 millones de dólares. Además, piensan que el viernes es muy pronto para tomar una decisión definitiva sobre el tema, tal y como apunta Michele Roberts, directora ejecutiva de la NBPA, el sindicato de jugadores. El hecho de que Roberts se involucre en la trama provoca que el conflicto con la NBA sea ya total y que no haya paliativos, y será en las próximas horas cuando la guerra estalle entre ambas partes. "La abrumadora respuesta de los jugadores que he recibido a esta propuesta ha sido negativa", asegura Roberts.

Solo falta por saber cuándo se producirá. Descartada la burbuja, la competición norteamericana planea reducir viajes y seguir con la ausencia de público ya prometida, pero le queda por delante convencer a las estrellas en la era de los jugadores empoderados y contar con una colaboración casi obligada en un momento de la historia en el que pasan de forzar traspasos a amenazar con cancelar una Liga en marcha. A todo eso, a las peticiones (o exigencias) de un LeBron muy mencionado últimamente y que todo cuadre de la manera adecuada tendrá que hacer frente la NBA en unas semanas que serán clave para el devenir del curso baloncestístico 2020-21. Uno que, no se sabe cuándo, pero empezará. Y eso, ya de por sí, es una magnífica noticia.