Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

NBA

'Madre de Dragones': Jeanie Buss, la mujer que resucitó a los Lakers

La hija del mítico Doctor Buss se hizo con el mando en los Lakers y propició la revolución en una franquicia a la deriva. Kobe Bryant apoyó su causa y LeBron siguió su idea.

'Madre de Dragones': Jeanie Buss, la mujer que resucitó a los Lakers
Ty NowellDIARIO AS

En su programa de televisión, Rich Eisen le dijo a Kobe Bryant que Jeanie Buss, la dueña de los Lakers e hija del legendario Doctor Jerry Buss, el arquitecto de los Lakers del Showtime, le había reconocido que el exjugador le mandó un mensaje en el que la comparaba con la Khaleesi (montaje fotográfico incluido), la Madre de Dragones de Juego de Tronos. Kobe lo confirmó: "Sí, le mandé un gif de la Khaleesi dirigiendo mil barcos con Tyrion a su lado y le dije que eso es lo que ella era. Cuando hablamos sobre las decisiones que tenía que tomar, le dije que en algún momento tenía que abrazar su rol de Khaleesi, ser la Madre de Dragones. Reclamar lo que era suyo por derecho e ir por ello. Así que cuando se confirmó la llegada de LeBron me pareció lo ideal mandarle ese gif".

El periodista Sam Amick recuperó en The Athletic esa historia para trazar un retrato perfecto de la convulsión que devolvió a los Lakers a su esencia y permitió, en el verano de 2018, la llegada de LeBron. Un tramo clave en la resurrección de una franquicia a la deriva y en el que Jeanie Buss fue la gran protagonista, con el consejo (acertado, a la vista está) en un momento importante de Kobe Bryant, uno de los que veían en Jeanie a la perfecta heredera. También su padre, que le dio la última voz en las decisiones cuando estaba a punto de morir (en 2013).

En el ecuador de la temporada 2016-17, Jeanie dio el golpe de estado con el que apartó de la franquicia a su hermano Jim y al longevo general manager Mitch Kupchak, se hizo también con el poder deportivo y dio las llaves del castillo a Magic Johnson y Rob Pelinka. DeMarcus Cousins acababa de irse a los Pelicans sin que los Lakers llegaran a tiempo a la puja después de meses en los que no habían podido atraer en la agencia libre a Kevin Durant, Carmelo Anthony o LaMarcus Aldridge y en los que se habían ido jugadores como Dwight Howard pese al interés de la franquicia por retenerlos. Lo nunca visto en L.A. Jeanie decidió que era el momento. Entre otras razones, porque había comenzado la cuenta atrás: LeBron ya había sido campeón con los Cavaliers, un paso clave para que se pudiera desembocar en su segunda salida de Ohio, y estaba a menos de año y medio de ser agente libre.

Jeanie Buss, la Daenerys de los Lakers que trabaja en gestión deportiva desde los 19 años (tiene 59) y que se crio viendo a su padre construir un imperio (en 1979 compró por 67 millones de dolares los Lakers, los Kings de la NHL y el Forum) estaba cansada del caos, la toxicidad y los pésimos resultados de unos Lakers sin dirección, y ya no le quedaba paciencia con su hermano Jim, que le había herido además en lo personal al rechazar dos veces (para el banquillo y para los despachos) a Phil Jackson, su pareja hasta 2016. Sin embargo, tenía dudas sobre cómo de agresivo tenía que ser su enfoque hasta que apareció en escena Kobe Bryant, con el que se citó (así lo cuenta Amick) en un bungalow de Newport Beach. Kobe le dejó claro cuál era su lugar y hasta qué punto era el momento adecuado... con LeBron convertido en el evidente objeto de deseo.

El consejo de Kobe fue definitivo: "Me dijo que si lo hacía, tenía que hacerlo de verdad, no con medias tintas. Si no, volverán y acabarán contigo. Tienes que moverte rápido, dar un golpe definitivo, ir a por todas o no ir, porque si no te estarán saboteando tú misma". Jeanie tenía otro ejemplo: Phil Jackson no había cambiado las suficientes cosas tras su llegada a los Knicks y la disfuncionalidad que arrastraba la franquicia se lo acabó llevando por delante.

Pero Kobe también hablaba con LeBron en mente: "Jeanie, había una razón por la que tu padre te dio la última palabra. Y también tienes que respetar su deseo. Te dio el martillo para que tomaras decisiones difíciles y en algún momento tienes que tomarlas. La Madre de Dragones tiene que aceptar lo que es. Cambia todo de golpe. Si quieres que las cosas sean de verdad distintas, tienes que hacerlo así. Sé a quién queremos fichar. Los dos los sabemos. Y ese alguien no va a venir aquí con toda la mierda que hay ahora. No va a suceder. Si quieres a ese jugador, tienes que hacer limpieza, empezar de cero. Es algo cultural. Tienes que estar en un entorno adecuado y más para alguien como él y el momento de su carrera en el que está. No quiere ir a un sitio nuevo a lidiar con un montón de problemas. No quiere ir a un sitio donde hay bandos, las paredes hablan... tienes que empezar de cero".

Kobe también introdujo en la conversación a sus hijas, que habían crecido muy cerca de Jeanie: "Para las mujeres que quieran dirigir una franquicia y liderar una empresa de éxito, eres el ejemplo, te están mirando. Marca la pauta. Sienta precedente. Puedes hacerlo, has estado en este mundo desde niña. Lo conoces mejor que nadie. No se trata solo de los Lakers y de lo que tú prefieras, esto va más allá. Tienes que dar un paso y liderar esta lucha".

Así Jeanie Buss se decidió a dar el paso definitivo y abrió una nueva etapa con Magic y Pelinka como gestores. La reacción a ya cinco años sin playoffs después de habérselos perdido solo dos veces desde la llegada de los Buss a los Lakers (10 títulos en 16 Finales). Como es sabido, Magic cerró el acuerdo en casa de LeBron la noche en la que se abrió la agencia libre. Eseera su rol ("finalizador", dice Jeanie) pero el cambio en los Lakers había hecho casi todo el trabajo, como reconoció Rich Paul, mano derecha y agente del mejor jugador del planeta: "Para LeBron fue muy importante que los Lakers estuvieran estableciendo una nueva cultura desde la base y que él pudiera formar parte de ese proceso. Se unió a los Lakers por muchas razones, desde las familiares hasta las específicas del juego, pero la nueva cultura del equipo fue una de las principales. Sintió que Jeanie, Magic y Rob estaban iniciando una nueva era".

Después, Jeanie vivió con los nervios a flor de piel un inicio de agencia libre de 2018 en el que Paul George rechazó hablar con la franquicia (falló el tiro que meses antes parecía más sencillo) y LeBron seguía deshojando la margarita. Pero finalmente, todo cuadró: "La llegada de LeBron legitima todo lo que hemos estado haciendo", dijo.

Pero hay más, mucho más allá. En el ADN de una mujer que vive por y para los Lakers y que ha acabado haciendo lo que siempre quiso su padre: mantener viva la esencia de los Buss, la esencia de los Lakers. En 2019, ya con Pelinka al frente y sin Magic, se ejecutó el trapaso por Anthony Davis, se volvió a reunir en los Lakers a dos de las mayores estrellas del universo NBA y se avanzó hacia el anillo de 2020, el primero en una década y el de la redención y el regreso a la gloria de un gigante dormido. Así lo explica ella, Madre de Dragones en L.A.: "Somos seis hermanos y cada uno tiene ahora una vida muy diferente. Yo no estoy casada, no tengo hijos... todos mis hermanos sí los tienen. Cada uno tiene sus prioridades y no puedo hacer felices a todos. Pero estoy haciendo lo que mi padre me pidió. Y al que le parezca mal que piense en él porque yo no pedí todo esto. Es lo que él quería".

"LeBron ha dejado su marca en los Lakers para siempre"

Así hablaba Jeanie Buss mientras trataba de levantar de nuevo un imperio que estaba en ruinas. Ahora, con la perspectiva de un año muy duro en lo personal, valora por encima de todo un título que reivindica su liderazgo y su compromiso, valores que estuvieron en cuestión cuando muchos aficionados le pedían que vendiera una franquicia que parecía incapaz de adaptarse a los nuevos tiempos: "Este año está siendo una tragedia, la mayor de todas las tragedias. Murió mi madre, murió David Stern, murieron Kobe y su hija Gianna... nadie puede esperar algo así, y todavía duele. Estoy orgullosa de la resiliencia que este equipo ha mostrado en las circunstancias que se han dado y con todo lo que les ha caído encima. La fuerza de nuestro liderazgo, con LeBron James como capitán y como referentes, nos ha unido todavía más. No puedo estar más orgullosa".

Ese momento, el fichaje de LeBron, sigue siendo para ella el kilómetro cero de la resurrección: "He convivido con muchos grandes de los Lakers: Magic Johnson, Shaquille, Kobe, Pau Gasol... jugadores del Hall of Fame. Pero LeBron es una presencia muy, muy fuerte. Su liderazgo es único, no tiene miedo y eso es algo que realmente me influye. Su fuerza me da poder y creo que todos en el equipo se sienten así. No tiene miedo a nada, no le asusta ningún reto. Estoy muy orgullosa de él. Pero creo que lo más importante, lo que más valoramos de él, es que se hace responsable, que asume su responsabilidad. Me gusta mucho cómo habla claro cuando ve hipocresía, alguien que no cumple con su parte... Y cuando el líder de un equipo es así, todo el equipo es así. Espero que siga en los Lakers muchos años. Pero sea como sea, ya ha dejado para siempre su marca en esta franquicia. Es alguien que para mí es un tesoro, a quien protegeré. He disfrutado mucho viéndole jugar y viendo cómo saca lo mejor de todos sus compañeros. Es la personalidad más única que hay en la NBA ahora mismo. No puedo estar más orgullosa de que sea un laker. Es parte de nuestra historia y está devolviéndonos al que siempre fue nuestro sitio. Realmente ha entendido y hecho suya la filosofía de los Lakers, nuestra historia".

Y ahora, finalmente y de nuevo en la cima del mundo, se acuerda de Kobe, el que fue su amigo y consejero y el que ya imaginaba unos Lakers otra vez campeones cuando parecía imposible hacerlo: "Ninguno de los homenajes que se han ido haciendo, de los recuerdos, ha sido artificial ni creado. No ha sido nada que desde las oficinas hayamos orquestado, es totalmente orgánico. Sale del corazón. Así son nuestros jugadores. Sé cómo era mi relación con Kobe, sé lo generoso que fue conmigo, lo que me ayudó con sus consejos. Pero después me he dado cuenta de cuánto ayudó a mucha otra gente, de su sabiduría. Cuando ves a una ganadora del US Open de tenis como Naomi Osaka hablando de cómo la inspiró, cuando ves a gente de otras disciplinas y otros países... te das cuanto de lo que supuso, de cuántas vidas tocó. Era una persona que siempre estaba lista para trabajar y que trabajaba más duro que nadie y seguía superando barreras. Esas lecciones que nos enseñó no van a desaparecer, serán para siempre parte de los Lakers".