Laso e Iñíguez: de un pupitre en San Viator a campeones
Los técnicos del Real Madrid y el Perfumerías Avenida, que ganaron la Supercopa, eran compañeros en el colegio vitoriano donde también compartían equipo.
La cantera de entrenadores alaveses de baloncesto es muy rica. Xabier Añua, Pepe Laso (residente muchos años en Vitoria), Iñaki Iriarte, Ibón Navarro, Roberto Iñiguez de Heredia y Pablo Laso son sólo algunos ejemplos. Es un deporte que se venera en la capital vasca desde niño y una de las mecas es el colegio San Viator. Por allí han pasado muchos ilustres demostrando que la vocación para enseñar no está reñida con la práctica deportiva de primer nivel. Corazonistas tiene grandes equipos de balonmano, Marianistas de patinaje pero, San Viator huele a basket por los cuatro costados. Aunque hay otras disciplinas, lógicamente, dentro del plan de actividades.
El domingo fue un día mágico para dos exalumnos de este centro docente que está al lado de la Avenida de Gasteiz. Pablo Laso ganaba la Supercopa masculina con el Real Madrid mientras que Roberto Iñiguez de Heredia hacía lo propio con el Perfumerías Avenida ante Lointek Gernika. Dos alaveses, dos vitorianos, dos exalumnos de San Viator. La foto que se puede ver en este reportaje así lo atestigua. Los dos coincidieron en el equipo del colegio. Iñiguez y Pablo nacieron en el 67.
Roberto suele proclamar un lema que le guía en la vida: "Siempre se puede aprender y mejorar, de todo y de todos. Ser coach es el mejor trabajo que existe sólo superado por ser jugador, pero es una gran responsabilidad. Nadie me ha influenciado más, excepto mis padres y hermano mayor, que los coaches que tuve. Cada vez que entrenas y construyes un equipo, dejas un legado en la vida de otros". Los hombres que le dejaron huella a él fueron Alberto Díaz (le recuperó para el basket), Enrique Doval, Iñaki Iriarte y Carlos Iñiguez.
La historia de Pablo Laso pasa más por la figura de Juan Pinedo, que también llegó a ser entrenador del Baskonia. La relación entre los dos técnicos fue intensa desde el principio. Pinedo ya vio en Pablo dotes para jugar como base y, según él mismo cuenta, sangre de entrenador. No se equivocó ya que el técnico del Real Madrid ha sumado a estas alturas veinte títulos comandando la nave blanca. Pero los orígenes de ambos están en el patio del colegio San Viator, al lado de la Avenida de Gasteiz, en pleno corazón de Vitoria.