El Madrid cierra al alza los amistosos con cuatro victorias
Los blancos superan al Zaragoza con Thompkins y Taylor destacados y un buen tono general. Volvió Tavares y lució Alocén. En el Casademont, Ennis y Hlinason, referentes.
El Madrid ha cerrado su pretemporada exprés (en cuanto a amistosos, porque de preparación lleva casi un mes con la plantilla al completo) con cuatro victorias en ocho días sin salir de Valdebebas (Estu, Betis, Baskonia y Zaragoza). Ahora tiene una semana por delante hasta la Supercopa, donde el sábado 12 le aguarda el Iberostar Tenerife en semifinales.
El Casademont Zaragoza fue un buen último adversario que flaqueó al final: 91-75. El equipo rojillo debe acelerar su puesta a punto porque desde el 30 de septiembre afrontará uno de sus desafíos de la temporada: la fase final de la Champions FIBA en Atenas. Diego Ocampo ha sustituido a Porfi Fisac en el banquillo y se han ido Alocén, Radovic y Fran Vázquez, pero la apuesta es por la continuidad y por la cantera con Pep Cargol en la dirección deportiva. Faltó el escolta Sulaimon, pero vimos al ala-pívot Konate, físico y con buen tiro, que dejó buenas sensaciones. El regreso del pívot canterano Jaime Fernández, de la generación Z, es la otra novedad. El gigante islandés de 2,15 m, Hlinason, sigue en crecimiento y protagonizó buenos momentos ante Tavares; y sin él, cuando lideró la reacción del segundo cuarto junto con Dylan Ennis, el claro referente ofensivo.
Remontada del Casademont (27-27) tras la salida en tromba del Madrid (16-4), que contó con la novedad de Causeur, titular en su estreno veraniego, aunque sus compañeros lo castigaron con tres pases que lo sacaron del campo cuando esperaba en la esquina. También Tavares en el quinteto inicial, de vuelta tras un esguince de tobillo y formando pareja con Garuba. Edy, que no tiene un relevo puro, marcó diferencias en el arranque y Garuba se fue pronto al banco sustituido por Randolph. Tavares y el canterano volvieron a coincidir en el tercer cuarto, mientras que Randolph-Thompkins fue la otra pareja interior durante bastantes minutos. Y tiene pinta de que los veremos mucho juntos este curso en ausencia de otro cinco. En algún ataque nos ofrecieron incluso juego entre pívots más allá del triple.
Entre los exteriores, Campazzo al mando, sin novedad, y más metido que el primer día frente al Estu; Llull se consolida en el puesto de escolta a tiempo completo; Abalde (anote o no) transmite muy buenas sensaciones, Taylor ha empezado fino tras algún debate interno en el club sobre su aportación, Deck es indiscutible y Rudy parece que volverá a estar ahí en lo importante. Alocén, por su parte, lució en varias acciones individuales de enorme talento y velocidad ante sus excompañeros. Todo, de momento, sin grandes conclusiones. Esta vez descansaron Laprovittola (su rol, como era lógico, no ha cambiado demasiado), Carroll, Tisma y Reyes. Plantilla de 16, ya saben.
El Madrid sentenció el duelo en el último minuto del tercer cuarto, cuando pasó de viajar 63-57 a cerrar el acto con un 70-57 (el chicle se estiraría hasta el 86-64). En esos 60 segundos, Campazzo firmó una entrada por la derecha, Randolph robó un balón en una ayuda defensiva, Abalde clavó un triple esquinado a pase de Rudy en transición y Thompkins reboteó y encestó casi sobre la bocina. La mejoría en el tiro acercó a los de Laso a los 100 puntos. La Supercopa anda a la vuelta de la esquina. El verano llega a su fin.