NBA | SIXERS 94 - CELTICS 102 (0-3)
Los 76ers se quedan muy cortos y ya ven el abismo desde cerca
El equipo de Filadelfia lo intentó con más pundonor que calidad. Walker, Brown y Smart volvieron a marcar diferencias; Tatum, menos acertado.
Nuevo quiero y no puedo para los Sixers, que ya estaban en una posición complicada con la lesión de Ben Simmons y están quedando expuestos ante unos Celtics que les han cogido las medida y están ya a uno partido de eliminarles. 94-102 ganaron los verdes el tercer partido y van a por el rosco pese a que ellos también tienen una baja importante: el alero Gordon Hayward.
A Jayson Tatum le tocó descansar de sus tareas de hombre para todo. Después de batir y batir su récord personal en los dos anteriores encuentros jugó sólo ocho minutos en la primera mitad por acumular tres faltas y aportó alguna acción destacada en la segunda parte pero dejándole el brillo a otros compañeros que tuvieron más acierto. Sí parecía que iba a ser el día de Joel Embiid, con 22+10 en esa media parte, pero acabó abusando de los tiros y con un total de 7/20.
Entraron algo mejor los Sixers gracias al camerunés, que se echó el equipo a la espalda. Tampoco puede hacer otra cosa. Al Horford, después de que su hermana criticara al entrenador Brett Brown en sus redes sociales, no se reivindicó mucho: cinco lanzamientos intentados y uno metido en 38 minutos. Los ojos estaban puestos, por tanto, en las líneas exteriores. Se ha visto una enorme desigualdad entre las dos alineaciones y en esa parte de las mismas, emparejando a alguien tan eléctrico como Kemba Walker con un neófito como Shake Milton, intentando compensar las defensas de Thybulle con las de Scott, Burks, Korkmaz o Harris. El equilibrio es complicado para Philly.
Precisamente fueron estos jugadores, sobre todo Milton y Harris además de Josh Richardson, los que cogieron el relevo anotador de Embiid para pelear el partido hasta el final. Sí es verdad que le metieron el miedo en el cuerpo a los Celtics, pero estos están mucho mejor trabajados y toman las decisiones adecuadas. Sólo así se explica que el encuentro acabara con un 0-10 de parcial para los aquí visitantes (figuradamente) con una falta antideportiva entre medias. Es un quiero y no puedo.